M¨¢s glamour, por favor

¡°?Por qu¨¦ estoy llorando? En realidad, est¨¢ muy bien llorar, cuando te pasan cosas buenas¡±. Fue el gran momento de la noche, un momento divertido, conmovedor, solemne y mundano a un tiempo. Un momento humano. Lo protagoniz¨® la que ha sido el gran faro de este Fun & Serious 2018. Aficionados, prensa y dise?adores han sido un¨¢nimes. Este festival, incluyendo la gala de clausura de ayer con la entrega de los premios Titanium, ha sido Brenda Romero. Ha encarnado como nadie la inteligencia, la valent¨ªa, la intelectualidad, el arte y la madurez de este medio. M¨¢s importante a¨²n, le ha puesto un rostro y una emoci¨®n inolvidables al d¨¦cimo arte.

¡°Le quiero decir a mi hija, que ya ha sacado su primer videojuego, que puede llegar aqu¨ª. Que la premien no por ser mujer, sino porque es la hostia [fucking good asever¨® Brenda] en lo suyo¡±. Fue una ocasi¨®n reivindicativa para una mujer que ha cambiado la historia del videojuego, adelant¨¢ndose al movimiento indie que ha supuesto la Nouvelle Vague del medio.

En 2008, despu¨¦s de sufrir una experiencia traum¨¢tica, Brenda Romero cre¨® seis juegos bajo el mismo t¨ªtulo: La mec¨¢nica es el mensaje. En uno de ellos los jugadores deportan jud¨ªos a campos de concentraci¨®n sin ser conscientes de lo que hacen, simplemente siguiendo los automatismos que explican el Genocidio y el silencio de la poblaci¨®n germana ante su horror.

Por contraste, la gala fue bastante mediocre. Hubo un collage de presentadores ¡ªla actriz B¨¢rbara Goenaga, el presentador Xos¨¦ Castro, el doblador Claudio Serrano¡ª que no acabaron de coger un tono consistente. No se cay¨® en el bochorno ofensivo de Toni Garrido entregando las pulgas del Gamelab, pero desde luego no se logr¨® darle ni lustre ni espect¨¢culo.

Recuerdo que la gala de 2014, la m¨¢s llamativa a la que he asistido, al menos ten¨ªa de lo segundo, con asesinos del Assassin¡¯s creed descolg¨¢ndose del tel¨®n y unos bailarines a lo Tron para las transiciones que eran una maravilla. Es el precio, en cierto modo, de hacerla m¨¢s recogida y solemne con el Guggenheim como marco. Esto ¨²ltimo me sigue pareciendo un acierto. Le da fuste y los invitados salen con la percepci¨®n de que han estado en un lugar de m¨¢xima relevancia cultural siendo honrados por su arte: dise?ar videojuegos.

Luego hay otro problema, si hacemos el paralelismo con un festival de cine, pues el Fun & Serious intenta, con acierto, ser m¨¢s evento cultural que feria y jolgorio para los bilba¨ªnos (aunque tambi¨¦n muestra ese rostro). La inmensa mayor¨ªa de los premios eran recogidos por responsables de marketing de las divisiones espa?olas de las compa?¨ªas.

Am¨¦n de los invitados, y de un mensaje de Lukas Pope (creador de The return of Obra Dinn, premio al mejor indie del a?o), los creadores no sub¨ªan a la tarima. Esto resulta inconcebible en un festival como San Sebasti¨¢n, sin ir m¨¢s lejos, que los premios no sean recogidos por sus creadores. Pero los videojuegos ¡ªy esto no es un problema solo del Fun & Serious, sino estructural¡ª siguen aquejando un desapego con mostrar los rostros tras los p¨ªxeles. Doy por hecho, mejor dicho, lo s¨¦, que la organizaci¨®n se desvive por tener a cuanto premiado puede tener. Unos premios recogidos por sus creadores deber¨ªan convertirse en el est¨¢ndar si este festival aspira, como nos repitieron diversas autoridades y voces del sector en el hemiciclo, a ser ¡°la referencia europea del sector¡±. M¨¢s cultura, m¨¢s glamour.

De los premiados, poco m¨¢s que decir. Am¨¦n del fogonazo de Romero, Jade Raymond y Fumito Ueda, los otros dos homenajeados, estuvieron correctos, agradecidos y previsibles. Melissa MacCoubrey, directora narrativa de Assassin¡¯s creed oddyssey, estuvo divertida y ocurrente recogiendo el premio. Y especial ilusi¨®n para la industria espa?ola supuso los premios a Alberto Olivan por Do not feed the monkeys y a Jordi De Paco por The Red Strings Club, dos ejemplos magistrales de narrativa en videojuegos a la altura de los mejores del a?o aqu¨ª y en cualquier rinc¨®n del mundo. Por cierto, Red dead redemption 2 gan¨® Mejor Juego del A?o y fue, junto con God of war, el gran triunfador de la noche. En el guion previsible.

En resumen, la gala confirma que los Premios Titanium siguen apostando por ese molde cultural en el que el videojuego se quiere sentir cada vez m¨¢s c¨®modo. Pero a la vez son s¨ªntoma de todo lo que queda por hacer para lograr que no se vean como el hermano chico que pretende pero no logra ser lo que es el cine. Y hacen falta mejores presentadores y mejores guionistas. La gala paralela hecha por los indies espa?oles, en su tono desenfadado, estaba infinitamente mejor planificada en ritmo, diversi¨®n, emotividad e implicaci¨®n del p¨²blico. Y vendr¨ªan bien unos presentadores que de verdad amaran el videojuego. Porque por profesionales que sean los que se suben al escenario, se los nota a una distancia sideral del medio. Tener a un P¨¦rez Reverte, por ejemplo, no estar¨ªa mal.?