La falsa verdad de ¡®?ngel negro¡¯
Manuel Gago imagina en su novela un nuevo Fuenteovejuna que busca justicia ante el saqueo de la riqueza patrimonial de Galicia
En ?ngel negro, de Manuel Gago, todo asemeja verdad, pero solo es real lo m¨¢s profundo del mensaje. El saqueo al que fue sometido el patrimonio hist¨®rico espa?ol en el ¨²ltimo siglo protagoniza una historia que se convirti¨® hace dos a?os en un best-seller en Galicia y que ahora ha sido traducida al castellano por el propio autor. La santa Mari?a -la peque?a imagen flamenca de la inexistente parroquia de Cereiro- est¨¢ hecha de miles de esquirlas de santamari?as?sustra¨ªdas por doquier. El abandonado convento inundado por la naturaleza de San Silvestre no es otra cosa que una r¨¦plica creada con piedras cubiertas de musgo procedentes de decenas de cenobios y templos arrasados en las ¨ªnfimas e infinitas parroquias coru?esas.
La obra -que oscila entre la novela policiaca y la hist¨®rica- recrea la Galicia de los a?os ochenta del siglo pasado, donde a¨²n resuenan los ecos del franquismo, de la Guerra Civil, de heridas no resta?adas y de gentes expectantes ante la llegada de unos nuevos tiempos que se abr¨ªan hueco a codazos. La reconstrucci¨®n del enfrentamiento de los grandes centros de poder patrimonial y religioso de Santiago de Compostela frente a la resignaci¨®n tribal de las aldeas descre¨ªdas es la caracter¨ªstica principal de un ejercicio literario que transporta al lector desde las r¨²as empedradas y mojadas de la capital gallega a la profundidad de los bosques de pinos y robles y al encrespado y traicionero mar de la Costa da Morte.
?ngel negro es un relato de amor a Galicia, a esa tierra dolida, de inmigrantes que vuelven cargados de riquezas, pero tambi¨¦n de los que fracasaron en un intento de una vida mejor. Andreu -el ni?o de Cereiro cuyos padres marcharon a Barcelona y que regresa al pueblo cuando ya es adulto- representa la imagen del emigrante que ser¨¢ siempre "el gallego" en Barcelona y "el catal¨¢n" en Cereiro. Un hombre que se adentra en el narcotr¨¢fico en un intento de rehacer su vida, pero sin olvidar sus ra¨ªces, sus tradiciones y que se rebela ante la convulsi¨®n del mundo donde naci¨® y que desaparece destruido por sus propios hijos.
Polvorientos legajos, piratas sin parche, ¨¢ngeles negros y blancos, dinero, rencores ancestrales, reyes, nobles, palizas, asesinatos, guerras, amenazas, miseria, oscuridad¡ Traici¨®n. Sobre todo traici¨®n y dolida. Todo se mezcla en la descripci¨®n del submundo del tr¨¢fico de obras de arte que fuerza al lector a no perder el inter¨¦s y buscar la p¨¢gina siguiente sin saber en qu¨¦ parte del globo acabar¨¢.
Dice Jos¨¦ Antonio Louro, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Corcubi¨®n (municipio que Gago sit¨²a pr¨®ximo a Cereiro), que los que han le¨ªdo la novela hacen excursiones por su pueblo buscando los callejones tenebrosos que se reflejan en ella. Callejuelas que el autor distribuye por las p¨¢ginas carentes de luz y condimentadas con casas destartaladas junto a pazos que se derrumban por falta de dinero con los que mantenerlos. Los templos, iglesias, catedrales, seminarios, pastorales y decenas de edificios religiosos que salpican las calles de Santiago ¨Cdonde se ocultan ignotas bibliotecas que guardan la clave del enigma- confrontan con viejos aldeanos que hacen asomar sus anticuadas escopetas de cartuchos a trav¨¦s de los ventanucos de las casas para defender unas im¨¢genes religiosas en las que no creen, pero que son suyas: del pueblo que las guard¨® durante siglos.
Gago pone lazo feliz a la historia, como hizo Lope con su Fuenteovejuna, pero merec¨ªa terminar mal. Como acaban las cosas en Galicia. Y en Espa?a desde hace siglos.
?ngel Negro. Manuel Gago. Linceediciones. 544 p¨¢ginas. 19 euros
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