El teatro como ¨¢gora contempor¨¢nea

Tradicionalmente el teatro ha sido un espacio para desarrollar ficciones: tragedias, dramas o comedias nacidas de la imaginaci¨®n de un dramaturgo. Pero hace tiempo que ya no es solo eso: desde que el cine y la televisi¨®n saturan el mundo de narraciones, la disciplina esc¨¦nica se ha visto obligada a renovarse y, entre otras mutaciones, hoy es habitual ver espect¨¢culos sin personajes ni historias. Llam¨¦moslo teatro posdram¨¢tico o, simplemente, la forma que ha encontrado este viejo arte de reflejar la compleja realidad contempor¨¢nea.

En este contexto hay que entender el auge actual de la no ficci¨®n en los escenarios. Y no solo del teatro documental -con buenos ejemplos en Espa?a como Ruz-B¨¢rcenas, El pan y la sal, El Rey, Camargate y la a¨²n sin estrenar Jaur¨ªa-, sino tambi¨¦n de montajes basados en ensayos, biograf¨ªas, escritos filos¨®ficos o reportajes period¨ªsticos. Pareciera que el teatro quiere asumir hoy la funci¨®n de ¨¢gora para pensar en comunidad, lo que no significa que no se vayan a encontrar emociones en este tipo de obras: el arte esc¨¦nico contempor¨¢neo, con su hibridaci¨®n de lenguajes, tiene recursos muy poderosos para mantener atrapado al espectador sin necesidad de recurrir a tramas trepidantes.

As¨ª como esta temporada triunfa en Broadway la obra basada en The Lifespan of a Pan, que precisamente trata sobre la delicada frontera que separa la realidad de la ficci¨®n, en Londres se ha estrenado este oto?o A Small Place, adaptaci¨®n del libro en la que la escritora Jamaica Kincaid recoge sus reflexiones sobre el colonialismo, a la vez que est¨¢ a punto de presentarse la versi¨®n esc¨¦nica de A Very Expensive Poison, investigaci¨®n period¨ªstica de Luke Harding sobre el oscuro asesinato del ruso Alexander Litvinenko. Otro ejemplo europeo lo ofrece el aclamado director de la Schaub¨¹hne de Berl¨ªn, Thomas Ostermeier, que llev¨® a escena el a?o pasado el ensayo autobiogr¨¢fico Regreso a Reims, del soci¨®logo franc¨¦s Didier Eribon.

Espa?a tampoco es ajena a esta corriente. Precisamente estos d¨ªas est¨¢ en cartel Elogio de la pereza, una producci¨®n del Centro Dram¨¢tico Nacional basada en dos ensayos, el Elogio de la ociosidad de Bertrand Russell y El derecho a la pereza de Paul Lafargue. Esta misma instituci¨®n estrenar¨¢ en abril Shock. 1 El C¨®ndor y El Puma, inspirada en La doctrina del shock, libro de Naomi Klein sobre las consecuencias del libre mercado, aplicado en concreto al golpe de Estado de Pinochet en Chile.