Algunos prop¨®sitos
Propongo amanecer a deshoras y sin culpa alguna, comer sin libreto y sin aviso de engorda o caminar sin rumbo y a ritmo lento
Al filo de las uvas, sugiero inaugurar las primeras p¨¢ginas de la inmaculada libreta del a?o 2019 con una renovada lista de prop¨®sitos que incorporen algunos de los pendientes de inviernos pasados, pero que sienten sobre todo las ilusiones in¨¦ditas, los proyectos impensables y los aut¨¦nticos antojos absolutamente ins¨®litos. Propongo, por ejemplo, amanecer a deshoras y sin culpa alguna, comer sin libreto y sin aviso de engorda o caminar sin rumbo y a ritmo lento.
Me propongo leer el Quijote ¨Ccomo todos los a?os¡ªsabiendo que ser¨¢ la primera y en¨¦sima vez que lo hago, tal como ofrendar¨¦ el mes de marzo para descubrir por primera y s¨¦ptima vez una novela titulada Cien a?os de soledad y regalar a alguien las p¨¢ginas in¨¦ditas que Octavio Paz dej¨® bajo el t¨ªtulo de Tiempo nublado o releer por primer vez en el mundo los cuentos de Carlos Fuentes y el final de Pedro P¨¢ramo. De ser posible ¨Cy en el mismo ¨¢nimo¡ªquiero regalarme la primera, ¨²nica e inencontrable grabaci¨®n del primer concierto para piano de Beethoven, interpretado por ¨¦l mismo, y volver a amanecer en Lisboa.
Propongo una sana sordera ante la generalizada estulticia de casi todos los pol¨ªticos y un repentino ataque de silencio para los m¨¢s nefastos, as¨ª como un rayo fulminante en el mero centro de la hip¨®fisis de los usureros impunes, los plagiarios irredentos y las meretrices que se creen dignas triunfadoras del concierto. Propongo una par¨¢lisis facial en las caras de los sinverg¨¹enzas, pederastas y huachicoleros del esti¨¦rcol amni¨®tico y tambi¨¦n la paulatina esfumaci¨®n de las mentiras que apuntalan tantas de las supuestas verdades imperantes en derredor.
As¨ª, propongo aprender a volar y jugar durante los pr¨®ximos doces meses con los cambios de horario y el sentido de la rotaci¨®n del globo terr¨¢queo, asumir el resplandor de las canas en cabellera un poco m¨¢s larga y olvidarme del afeitado en mi rostro y en los p¨¢rrafos que pretendo transcribir durante un a?o entero, pas¨¢ndolos del verbo hablado a la tinta morada hasta completar tres libros de cuentos pendientes, una nueva novela y dos o tres antolog¨ªas de cr¨®nicas que se unen a las ya existentes como peque?o estante de constancia de que, en realidad, todos los a?os me propongo exactamente lo mismo que so?¨¦ desde ni?o: leer m¨¢s all¨¢ de cualquier horario normalizado o convencional, escribir al antojo y a veces a destajo y dibujar personajes pendientes, paisajes inexistentes y prop¨®sitos que siempre se alcanzan en sue?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.