Pablo Trapero: ¡°Patria¡¯ no puede ser una serie solo para vascos¡±
El director argentino estrena 'La quietud' mientras prepara la adaptaci¨®n para HBO de la novela de Fernando Aramburu
A Pablo Trapero (San Justo, 1971) los retos le azuzan. Y este, a¨²n m¨¢s si cabe. Anda estos d¨ªas d¨¢ndole vueltas a los guiones de Patria, el proyecto televisivo del a?o en Espa?a. La novela de Fernando Aramburu fue adquirida por el productor Aitor Gabilondo, quien encabeza su adaptaci¨®n audiovisual para HBO. No fueron Trapero y F¨¦lix Viscarret, con quien compartir¨¢ labores de direcci¨®n, las primeras opciones como realizadores, pero son las definitivas.
El argentino se ha instalado en Espa?a, solapando la promoci¨®n del drama familiar La quietud, su ¨²ltima pel¨ªcula, con la que particip¨® en el pasado festival de Venecia y que se estrena en Espa?a este viernes; las postreras jornadas de trabajo en la serie?ZeroZeroZero (ha dirigido tres de las ocho entregas), que adapta el libro de Roberto Saviano sobre el narcotr¨¢fico, y que ha tenido a Trapero varios meses trabajando en Marruecos, y la preproducci¨®n de?Patria, el libro que resume, a trav¨¦s de enfrentamientos familiares, los a?os de violencia y dolor del Pa¨ªs Vasco.
Un c¨®ctel que define tambi¨¦n La quietud: dolor, amores exacerbados y ausencias dentro de una familia. Una pel¨ªcula con claros aromas al cine de Chabrol (burgues¨ªa putrefacta busca redenci¨®n), con la que Trapero le ha regalado otro personajazo a su esposa, Martina Gusman, y ha logrado que B¨¦r¨¦nice Bejo (The Artist), ruede por primera vez en Argentina, su pa¨ªs natal, tras desarrollar toda su carrera en Francia. En Madrid, el cineasta desentra?a en una comida todos estos proyectos, y sobre todo, reflexiona sobre Patria: "Estoy encantado con el reto. Ahora mismo estamos en el proceso de reescritura de guiones, de ver c¨®mo encaramos el rodaje con Viscarret. Aitor me llam¨® para ofrecerme ser el showrunner, y entendimos que?Patria es como una pel¨ªcula larga, de esas que hay pocas pero que se pueden ver del tir¨®n o por partes. Sobre todo, por la densidad y volumen de los personajes, imposibles de resumir en solo dos horas. La oferta primero me sorprendi¨® y luego me alegr¨®". El argentino encontr¨® r¨¢pidamente conexiones entre la obra de Aramburu y su filmograf¨ªa. "Muchos de los materiales de?Patria se asemejan a mis pel¨ªculas anteriores, desde luego. No transcurre en Argentina, pero la mayor parte de mis personajes nacieron de mundos muy alejados del m¨ªo. Si te fijas, hay una conexi¨®n entre?La quietud y la novela de Aramburu. Parte de mi familia es segoviana y parte vasca, as¨ª que su melod¨ªa no me suena ajena".
Como le pas¨® con El clan, Trapero adaptar¨¢ a la pantalla hechos conocidos para el gran p¨²blico. Asegura que eso no supone ninguna presi¨®n. "No sufro el peso, probablemente, de un director espa?ol ante el material", comenta. "Aunque el desaf¨ªo es c¨®mo hacer comprensibles cosas que eran cotidianas en el Pa¨ªs Vasco, que las entienda cualquier espectador.?Patria no puede ser una serie solo para vascos. Cuidado, comprensible no es did¨¢ctica. No vamos a dar clases¡ Con Saviano hice el mismo ejercicio de traducci¨®n audiovisual. Me gusta saltar de un proyecto a otro, cambiar y sublimarme a la historia, porque cada una tiene su naturaleza. Estar con dos series a la vez no provoca estr¨¦s, sino que me ayuda a tomar distancia y a disfrutar. Yo siempre he compaginado proyectos".
Trapero lleva meses en Europa y Marruecos, entre ZeroZeroZero y Patria. A¨²n le quedan algunas jornadas en Roma de trabajo en la serie de Saviano. "Bah, las distancias europeas son m¨ªnimas comparadas con las argentinas", r¨ªe. "No me preocupa mucho que se solapen ambos trabajos". La que seguro no estar¨¢ en su encargo espa?ol ser¨¢ su esposa y musa, Martina Gusman, a la que ha sometido en La quietud a un esfuerzo interpretativo al l¨ªmite. "A m¨ª Martina me sigue sorprendiendo. Este personaje tiene un nivel de exposici¨®n muy grande. No tanto por el sexo ¨Cque para m¨ª son planos muy coreografiados y medidos- como por el trabajo emocional. Soy un privilegiado por ella, por B¨¦r¨¦nice, que encarna a su hermana, y por el resto del equipo". Otro de los cebos de La quietud: es el primer trabajo en Argentina de Bejo, quien cont¨® en el certamen de Venecia que no hab¨ªa sido consciente hasta el rodaje de que la pel¨ªcula ahondada en las barbaridades cometidas durante la dictadura militar -algo que le ata?e directamente, ya que su familia emigr¨® a Francia cuando los milicos tomaron el poder-. Trapero afirma con una sonrisa: "Fue curioso. Cada uno lee un guion y entiende aspectos distintos¡ hasta que llega el rodaje y los compara con el resto. Bejo descubri¨® de repente su conexi¨®n personal con la historia. Y tuvo que encarar una enorme labor para afrontar ¨ªntimamente esa situaci¨®n, una demanda emocional adicional. B¨¦r¨¦nice y Michel [Hazanavicius, su marido y director de cine] se mudaron a Argentina, e hicimos mucha vida familiar. Martina y B¨¦r¨¦nice se comportaron al final, ciertamente, como hermanas".?
El t¨ªtulo, La quietud, alberga una declaraci¨®n ir¨®nica de intenciones, a tenor del explosivo drama que narra. "Es que las casas de campo en Argentina tienen nombres as¨ª. Y si te fijas, parece un edificio de revista de decoraci¨®n, todo divino, con una familia perfecta¡ Un mundo artificial que esconde un trasfondo de miseria moral, como ya mostr¨¦ en?El bonaerense o en?El clan. Por eso el arranque es un homenaje a?Rebeca, y el resto bebe de Bu?uel, que se re¨ªa del absurdo en sus melodramas algo surrealistas:?Viridiana, El discreto encanto de la burgues¨ªa, El ¨¢ngel exterminador". Lo que tambi¨¦n se?alar¨ªa a Chabrol y su eterna radiograf¨ªa de la burgues¨ªa francesa. "Con otro trasfondo hist¨®rico, claro".
Una ¨²ltima duda: las dos hermanas comparten f¨ªsico, novios, amantes, celos... ?No podr¨ªan ser un mismo ser? Trapero sonr¨ªe de oreja a oreja; "Otra vez Bu?uel con Ese oscuro objeto del deseo, ?ves?".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.