La momia del Arqueol¨®gico era el m¨¦dico del fara¨®n

En la seca noche del domingo 6 de junio de 2016, un enorme tr¨¢iler refrigerado, acompa?ado de dos veh¨ªculos de escolta, aparc¨® frente a las Urgencias del Hospital Universitario Quir¨®nsalud (Pozuelo, Madrid). All¨ª le esperaba un amplio equipo m¨¦dico que iba a examinar a los cuatro pacientes que transportaba el cami¨®n desde el centro de Madrid, tres egipcios y un canario. Los especialistas solo dispon¨ªan de 15 horas para completar con ¨¦xito el llamado Proyecto TAC Momias. Los visitantes del Museo Arqueol¨®gico Nacional no deb¨ªan notar que los cuatro cad¨¢veres hab¨ªan pasado la noche fuera, y los atendidos en el centro hospitalario no deb¨ªan saber que hab¨ªan compartido la m¨¢xima tecnolog¨ªa m¨¦dica con humanos que hab¨ªan vivido m¨¢s de dos milenios antes. Ahora, dos a?os despu¨¦s, el museo ha hecho p¨²blicos los espectaculares resultados obtenidos: el cuerpo de una de las momias, bajo cuyas vendas se ocultaban numerosos amuletos y joyas, corresponde al sacerdote Nespamedu, oftalm¨®logo personal de los faraones Ptolomeo II y, quiz¨¢s, Ptolomeo III?(los expertos no han llegado a una conclusi¨®n definitiva sobre este ¨²ltimo).

La historia ahora resuelta comienza en 1925 cuando llega al puerto de Barcelona el vapor espa?ol C. L¨®pez y L¨®pez con un cargamento poco habitual: una momia que hab¨ªa sido adquirida en El Cairo por el estudioso Ignacio Bauer. Pero apenas exist¨ªa documentaci¨®n sobre ella, seg¨²n explica en un informe la especialista del Museo Arqueol¨®gico Nacional Esther Pons Mellado. De hecho, al principio se pens¨® que se trataba del cad¨¢ver de una mujer.?

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Gracias al an¨¢lisis tomogr¨¢fico se ha determinado que Nespamedu fue un sacerdote que vivi¨® en ¨¦poca ptolemaica, entre el 300 y el 200 a. C., y que ejerci¨® sus funciones en el sanatorium de Imhotep- Asclepio, en Serapeum de Saqqara (Menfis) o en Alejandr¨ªa. Lleg¨® a ser m¨¦dico del monarca, seg¨²n explican en otro informe la arque¨®loga Mar¨ªa del Carmen P¨¦rez Die y el doctor Javier Carrascoso.

Su momia y los textos que cubren el cuerpo desvelan que se trataba de un alto funcionario que dispon¨ªa de suficientes recursos econ¨®micos para prepararse el camino y la estancia en el m¨¢s all¨¢. Pero sobre todo, se?alan los expertos, son muy reveladoras las placas y amuletos que lo cubren y que est¨¢n estrechamente relacionados con la supervivencia tras la muerte. En concreto, se han observado dos grupos de ocho placas en las que se representa a los cuatro hijos de Horus, colocadas en diferentes partes de la momia. Otras dos plaquitas representan a las diosas Isis y Neftys en actitud de pla?ideras, adem¨¢s de representaciones de la momificaci¨®n del cad¨¢ver, junto al dios Anubis, en la parte superior de las piernas.

Destacan, asimismo, dos placas del dios Thot y los ojos Udyats, que significan la magia, la protecci¨®n, la purificaci¨®n y el s¨ªmbolo solar que encarnaba la estabilidad c¨®smica. Thot, por su parte, es la divinidad de los oftalm¨®logos, el que puso en su lugar el ojo de Horus tras perderlo en su batalla con Seth. Esto lleva a pensar a los especialistas que Nespamedu se acogi¨® a esta divinidad por su oficio. ¡°La iconograf¨ªa no es casual y est¨¢ claro que deseaba dejar constancia de sus creencias y de los cargos que le elevaron a una alta categor¨ªa social. El hecho de que fuese un m¨¦dico del fara¨®n nos inclina a pensar que parte de su vida debi¨® transcurrir en Alejandr¨ªa, donde estaba instalada la corte de los Ptolomeos¡±, se?alan los estudios publicados en el ¨²ltimo n¨²mero del Bolet¨ªn del Museo Arqueol¨®gico Nacional.

Un tercer informe del caso, elaborado por Andr¨¦s Carretero P¨¦rez, director del Arqueol¨®gico, recuerda que las ¡°momias son bienes culturales muy vulnerables a los cambios ambientales y, a priori, deben evitarse en lo posible manipulaciones y movimientos porque no existe el riesgo cero¡±. En el museo, de hecho, est¨¢n aclimatadas y monitorizadas. Se conservan en vitrinas herm¨¦ticas con sistemas de renovaci¨®n de aire y con temperatura, humedad e iluminaci¨®n controladas.

Por eso, la especialista Teresa G¨®mez Espinosa recuerda que se seleccion¨® una empresa de transporte especializada para el traslado. Se escogi¨® una ruta con dos opciones por si surg¨ªan imprevistos. Se busc¨®, adem¨¢s, un d¨ªa con condiciones clim¨¢ticas secas y temperatura moderada. La operaci¨®n se abortar¨ªa inmediatamente si se pusiese a llover o la humedad relativa se elevase en exceso.

Tras llegar al hospital, la momia de Nespamedu y sus acompa?antes fueron introducidas con el m¨¢ximo cuidado en el TAC. Al m¨¦dico se le realizaron 2.739 im¨¢genes. La momia ¡°fue desvendada virtualmente y pronto se vislumbraron una serie de adornos de joyer¨ªa que cubr¨ªan su cuerpo¡±. La diadema que portaba correspond¨ªa a un escarabeo alado con el disco solar, colocado de forma invertida, el dios Khepri, s¨ªmbolo de la resurrecci¨®n y del renacimiento.

Nespamedu lleva en el cuello, adem¨¢s, un collar usekh. ¡°Este abalorio es uno de los m¨¢s caracter¨ªsticos de la joyer¨ªa egipcia y est¨¢ normalmente rematado con sendas cabezas de halc¨®n que apoyan en los hombros, o con broches semicirculares, y un contrapeso en la espalda¡±.

Se sabe que en el templo en el que Nespamedu atend¨ªa a los enfermos se llevaba a cabo la formaci¨®n de los m¨¦dicos y sacerdotes. En honor a Imhotep se erigi¨® una capilla dedicada a la sanaci¨®n, hasta donde se desplazaban miles de personas procedentes de los lugares m¨¢s remotos de Egipto en busca de una curaci¨®n milagrosa. Su dios era Thot; el de la ciencia y la medicina, el antepasado de los oftalm¨®logos. El que eligi¨® Nespamedu a sabiendas.