Las convulsas noches de Exarchia, el barrio griego donde conviven gentrificaci¨®n y c¨®cteles molotov
La mexico-canadiense Nadine G¨®mez muestra las paradojas de un pa¨ªs que es la cuna y el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil del Occidente actual
La ¨¦tica y la est¨¦tica se funden continuamente en Exarchia, el c¨¦ntrico barrio de esp¨ªritu anarquista instalado a dos kil¨®metros de la Acr¨®polis de Atenas. Repleto de edificios okupados y autogestionados y de expresiones art¨ªsticas alternativas, es uno de los lugares m¨¢s convulsos de la ya de por s¨ª agitada realidad griega.
La directora de cine Nadine G¨®mez recorre el lugar que se enfrent¨® a la dictadura en los a?os 70 y que despu¨¦s vio nacer a la coalici¨®n de izquierda radical Syriza. Busca su esencia hablando con sus vecinos y destacando sus paradojas: all¨ª conviven ahora la silenciosa amenaza de la gentrificaci¨®n y el estallido de los c¨®cteles molotov.
Popular expropriation of several Smarkets in #Exarchia, as part of an resistance operation against the gentrification of the neighborhood. pic.twitter.com/eCgOzCelBc
— th1an1 (@th1an1) August 19, 2017
"Expropiaci¨®n popular de varios Smarkets en #Exarchia, como parte de una operaci¨®n de resistencia contra la gentrificaci¨®n del barrio"
¡°La parte buena de toda esta confusi¨®n es que sus ciudadanos se mantienen abiertos al cambio¡±, reflexiona la canadiense de ascendencia mexicana, que ha presentado la pel¨ªcula Exarchia, el canto de los p¨¢jaros en el Festival de Cine Documental de Montreal (RIDM). En ella hace un retrato del pa¨ªs que desde hace a?os vuelve a ser el epicentro de Occidente.
Grecia ha pasado de ser cuna de la civilizaci¨®n a convertirse en su eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil. La naci¨®n que m¨¢s se enfrenta a las consecuencias de la crisis econ¨®mica, situada adem¨¢s en primera l¨ªnea del conflicto migratorio, ha sido tambi¨¦n la primera en experimentar la polarizaci¨®n pol¨ªtica en la que ahora se encuentran muchos otros pa¨ªses.
¡°Los vecinos de Exarchia y los griegos en general sufren ese peso de la historia. Se sienten responsables de lo que est¨¢ ocurriendo en Occidente, pero, por otro lado, saben que es injusto que sean ellos los que paguen la peor parte de esta crisis m¨²ltiple. Por eso est¨¢n tratando de descubrir qu¨¦ papel desempe?an ahora¡±, reflexiona G¨®mez en Montreal.
En ese limbo de indefinici¨®n, el lugar cumple con los dos g¨¦neros del drama cl¨¢sico. Hay tragedia en la revoluci¨®n extrema que se libra en sus calles, y momentos de agria comedia, al convertirse en uno de los destinos favoritos del llamado turismo de manifestaciones.
Nacida en M¨¦xico y afincada en Canad¨¢, conoci¨® el barrio griego cuando acudi¨® ver una obra de teatro que estrenaba all¨ª un amigo suyo. Tras ese primer viaje, regres¨® otras cuatro veces para rodar el documental. ¡°Fue en el ¨²ltimo de ellos en el que se recopil¨® casi todo el material. Los anteriores sirvieron para conocer realmente el lugar, derribando prejuicios, y conocer cu¨¢l es la historia que desea contar¡±.
En uno de los di¨¢logos callejeros, una mujer transexual confiesa tener sentimientos encontrados hacia los inmigrantes que llegan a su pa¨ªs y a su barrio, a pesar de reconocer haberse enfrentado a la intolerancia en primera persona. Con su testimonio muestra lo complicado que es posicionarse en debates sociales que el populismo intenta reducir a una cuesti¨®n de blanco o negro.
Hacer pol¨ªtica desde la cultura
La c¨¢mara de G¨®mez tambi¨¦n muestra c¨®mo los habitantes de Exarchia montan una obra de teatro en un semis¨®tano o ensayan coreograf¨ªas en plena calle. ¡°No dependen de instituciones y se mantienen as¨ª vivos y unidos¡±, comenta la cineasta.
¡°Hay una tendencia a expulsar el arte de la pol¨ªtica, sin darnos cuenta de lo importante que es el di¨¢logo entre ambos. Todo en la vida es pol¨ªtico. En cierto modo, los anarquistas de Exarchia lo entienden as¨ª, aunque lo vean y lo expresen de una manera radical¡±, cuenta la mexicana.
El documental comienza al atardecer y termina con la salida del sol, entre ambos momentos, todo ocurre en las muchas veladas que G¨®mez ha pasado en Exarchia. La noche es cuando el barrio est¨¢ m¨¢s despierto y el momento m¨¢s fruct¨ªfero para las intenciones de la directora: ¡°Es el horario propio de lo on¨ªrico. Al fin y al cabo, la pol¨ªtica se sustenta en ideales, que son fantas¨ªas con las que proyectamos la idea de lo que nos gustar¨ªa ser¡±.
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