Mam¨¢ cuenta y la psiquiatra llora
El escritor argentino Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz narra en 'Mam¨¢' la odisea de su madre, emigrante a los 15 a?os
Carmina D¨ªaz escuch¨® su nombre completo a bordo del barco que la llevaba sola, a los quince a?os, desde Asturias a un destino del que solo sab¨ªa una palabra, Argentina. Como siempre sus padres la llamaron Carmina, a ella le preocup¨® que esa Mar¨ªa del Carmen D¨ªaz fuera otra muchacha extraviada en los vericuetos del viaje.
Carmina ten¨ªa hambre, como los ni?os de 1948, y como aquella Espa?a que abandonaba. Por el camino ella se fue preguntando por qu¨¦ sus padres le hab¨ªan hecho eso, pero al llegar a Buenos Aires ya ten¨ªa una idea de la responsabilidad del hambre en ese desgarro.
Su memoria la lleva otra vez a Asturias aunque est¨¦, como desde su adolescencia, en Buenos Aires
Se cas¨® luego con otro asturiano, Marcial Fern¨¢ndez; al contrario que ¨¦ste, que viv¨ªa en Buenos Aires encerrado en el Centro Asturiano, ella se hizo de veras argentina. Hace veinte a?os sufri¨® una depresi¨®n, se le mezcl¨® el tiempo viejo con el principio de su propia vejez, y los hijos le recomendaron una psiquiatra. Tras una de esas visitas cl¨ªnicas, su hijo Jorge, escritor, periodista, entonces de 40 a?os, le pregunt¨® qu¨¦ pasaba entre ella y la doctora. "Es una buena mujer, me escucha, me pregunta por mi vida, se la cuento y ella llora".
Al tiempo saltaron el hijo y el novelista que ya era Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz. As¨ª que se la llev¨® a un aparte y siguieron cincuenta horas de un di¨¢logo en el que, "con alegr¨ªa y con dolor", Carmina le cont¨® a Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, su propia historia. Y el hijo llor¨®, como la psiquiatra.
Mi madre contaba cosas tr¨¢gicas que convert¨ªa en divertidas, a la manera de John Ford
Aun llora Jorge, y esta vez lo hace en una de las butacas rojas del Caf¨¦ Gij¨®n. Su libro, publicado hace dieciocho a?os, uno de los ¨¦xitos m¨¢s importantes de la cultura de la memoria literaria en espa?ol de las ¨²ltimas d¨¦cadas, renace en Espa?a de la mano de Alfaguara y ¨¦l aprovecha estos d¨ªas para contar la historia de Mam¨¢ (as¨ª se titula la historia de Carmina contada por su hijo) a los periodistas espa?oles.
La cuenta, adem¨¢s, en un momento en que Carmina pasa, como dice su hijo, "por una de esas enfermedades viejas y tan de ahora tambi¨¦n. Su memoria la lleva otra vez a Asturias aunque est¨¦, como desde su adolescencia, en Buenos Aires".
Mam¨¢ Carmina es, en la historia de su hijo, una mujer que respond¨ªa "con mucha alegr¨ªa y a veces con mucho dolor, pero cuando yo la hac¨ªa detenerse se encontraba con recuerdos a los que no hab¨ªa querido volver. Muchas veces me sent¨ª perturbado, por ejemplo, cuando me cont¨® que su t¨ªo abuelo, al que yo adoraba, la persegu¨ªa para violarla, un secreto largamente guardado. Vi", a?ade Jorge, "c¨®mo los h¨¦roes acomet¨ªan cosas siniestras".
La vida de mi madre fue muy tr¨¢gica. Pero contaba con mucha alegr¨ªa su infancia durante la posguerra espa?ola
?Y las alegr¨ªas? "La vida de mi madre fue muy tr¨¢gica. Pero contaba con mucha alegr¨ªa su infancia durante la posguerra espa?ola, en la que pas¨® hambre pero a¨²n as¨ª su vida estuvo llena de gestos de esperanza y diversi¨®n. Mi madre contaba cosas tr¨¢gicas que convert¨ªa en divertidas, a la manera de John Ford". Hollywood, por cierto, se interes¨® por la historia. "Carmina dijo no".
La tragedia mayor "fue cuando mi abuela la manda al otro lado del mundo, donde apenas ten¨ªa la borrosa imagen de unos t¨ªos suyos, para salvarla de la pobreza; entonces ella crey¨® que su madre la hab¨ªa abandonado. Mi abuela le hab¨ªa dicho que todos ir¨ªan tras ella. Al final todos se fueron quedando y mi madre qued¨® desarraigada del otro lado, atrapada por la vida, y nunca pudo volver. Ese fue el gran desgarro de toda su vida".
En el relato del hijo ese drama es tambi¨¦n tragicomedia, alegr¨ªa. "Y es la historia de una familia que a la vez es la de miles de familias de todas partes que fueron lanzadas a la emigraci¨®n por la maldici¨®n triste de la guerra y del hambre". Ahora, cuando ya ¨¦l es aqu¨ª tambi¨¦n un autor muy conocido, Mam¨¢ viaja a Espa?a como "un pedazo de historia de este pa¨ªs, quiz¨¢ ignorado por los propios espa?oles. Es una desgraciada paradoja: cuando aparece Mam¨¢ en esta edici¨®n, con tanta memoria dentro, su propia memoria se va apagando. Y ella ten¨ªa una memoria prodigiosa. Hubiera sido una gran periodista Carmina". Como su hijo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.