Macrofestivales sin fronteras estil¨ªsticas

En 2015, cuando el Primavera Sound celebr¨® sus 15 a?os de vida, ofreci¨® una programaci¨®n encabezada por los siguientes nombres: Patti Smith, The Replacements, The Strokes, Damien Rice, Sleater-Kinney, The Black Keys, Antony & Johnsons, Interpol, Belle and Sebastian, Battles, Panda Bear, Ride, Alt-J y Foxygen. Todos ellos potentes representantes del indie-rock ¡ªo indie-pop si se prefiere¡ª, ese concepto abstracto y variado pero que el macrofestival barcelon¨¦s tanto ayud¨® a definir y a consolidar en la psicolog¨ªa y el gusto del p¨²blico espa?ol.

No fue el ¨²nico. Tambi¨¦n, a su manera, lo impulsaron el Festival de Benic¨¤ssim (FIB), el Bilbao BBK Live o el Mad Cool de Madrid, el m¨¢s reciente de todos en sus tres a?os de vida. Sin embargo, los tiempos han cambiado. Los grandes festivales espa?oles, por asistencia de p¨²blico y volumen de negocio, han roto con cualquier concepto del pasado. Mucho m¨¢s que ning¨²n a?o, estilos como la electr¨®nica, el rhythm and blues contempor¨¢neo, el trap, el hip hop y el reguet¨®n se han asentado en sus escenarios.

¡°Intentamos ser term¨®metro de la m¨²sica actual¡±, comenta Joan Pons, responsable de comunicaci¨®n del Primavera Sound. El certamen barcelon¨¦s dio la campanada al anunciar una programaci¨®n repleta de sonidos urbanos y con cabezas de cartel como Solange, Charlie XCX, Cardi B o James Blake. Pero ninguno hizo tanto ruido como el colombiano J Balvin, rey actual del reguet¨®n y toda una estrella de ¨¦xito global. ¡°Si el programa est¨¢ as¨ª es porque la realidad es as¨ª. Los gustos cambian¡±, arguye Pons.

Rosal¨ªa es cabeza de cartel del Primavera Sound, pero tambi¨¦n del Doctor Music Festival y?Bilbao BBK Live, que incluye entre sus principales atractivos a Nicola Cruz, Vince Staples o Princess Nokia. La fusi¨®n de flamenco con sonidos electr¨®nicos de Rosal¨ªa se ha convertido en el ¨²ltimo gran fen¨®meno musical en Espa?a. Para Marc Ventosa, encargado de la contrataci¨®n del BBK Live, es un caso paradigm¨¢tico para reflejar el panorama actual: ¡°Rosal¨ªa ha sacado uno de los mejores discos que se han publicado en este pa¨ªs nunca, pero tiene muchos haters. Suelen ser los mismos que se quedaron estancados en su visi¨®n de la m¨²sica en el pasado, tal vez en los noventa¡±. Y Ventosa a?ade: ¡°Algunos quieren tener una visi¨®n como si viviera en la serie El secreto de Puente Viejo, pero la situaci¨®n musical es muy distinta y ha evolucionado mucho¡±.

Esta evoluci¨®n se ha podido comprobar en los ¨²ltimos a?os, tal y como los responsables de los festivales hacen hincapi¨¦ cuando comentan que ya a?adieron electr¨®nica o rap en carteles antes dominados por el rock y el pop. Sin embargo, de la tendencia se ha pasado a un nuevo paisaje, que poco se parece al de a?os atr¨¢s con festivales con identidades muy marcadas y nichos m¨¢s cerrados. ¡°Si uno se fija en los carteles del Primavera Sound, la clave est¨¢ en que estos artistas suben de la letra peque?a a la grande. El momento transcendental para nosotros fue el a?o que Kendrick Lamar fue cabeza de cartel. Fue un paso adelante¡±, apunta Pons.

Un motivo para explicar esta radiograf¨ªa actual tiene que ver con otra realidad: los macrofestivales espa?oles se miran en sus hom¨®logos extranjeros, que asumieron antes estos cambios. As¨ª lo reconoce Javier Arnaiz, director de Mad Cool, un evento que se abre m¨¢s que nunca a la electr¨®nica: ¡°Siempre hemos sido ecl¨¦cticos. Miramos el modelo europeo de los grandes formatos¡±. Festivales como Glastonbury de Reino Unido, Sziget de Hungr¨ªa o Coachella o Lollapalooza de Estados Unidos asumieron antes el gusto de los j¨®venes asistentes, que tienen menos prejuicios debido a su forma de consumir m¨²sica, con m¨¢s posibilidad de escuchar muchos m¨¢s artistas y estilos que generaciones anteriores gracias al streaming.

Otro motivo importante es que los macrofestivales espa?oles se han ido nutriendo de p¨²blico extranjero. El porcentaje de asistentes procedentes de fuera de Espa?a fue de un 55% en la ¨²ltima edici¨®n del Primavera Sound. En el Mad Cool la cifra se situ¨® en un 30%, mientras que en el BBK Live fue del 31,8%. Unos datos que se esperan que crezcan y, tal y como afirma Arnaiz, ¡°condicionan¡± la programaci¨®n de unos festivales que ya no quieren fronteras estil¨ªsticas.