Cuba: se acab¨® la magia

El 8 de enero de 1959 Fidel Castro entr¨® en La Habana; a medianoche dio un discurso ante miles de personas y en medio del ¨¦xtasis general una paloma blanca revolote¨® en torno a su cabeza y se pos¨® en su hombro derecho. ¡°El Esp¨ªritu Santo iniciaba una epifan¨ªa pos¨¢ndose sobre Fidel¡±, dir¨ªa despu¨¦s el sacerdote nicarag¨¹ense Ernesto Cardenal. Seis d¨¦cadas despu¨¦s, la magia ha desaparecido de Cuba y la mayor parte de los ciudadanos de la isla caribe?a asume que aquella revoluci¨®n ha muerto, aunque se resistan a enterrarla.

Este recorrido es el que analiza el completo ensayo-cr¨®nica r¨ªo del chileno Patricio Fern¨¢ndez, director de la revista The Clinic, que insiste sobre todo en los ¨²ltimos tiempos, poco antes de que Fidel dejase a Ra¨²l y ¨¦ste al actual presidente, Miguel D¨ªaz-Canel. El texto es el retrato de una sociedad, lo bueno, lo malo y lo inclasificable, sus sentimientos y las percepciones que los habitantes tienen de su futuro, basado tanto en su vida cotidiana como en los acontecimientos excepcionales que se desarrollaron en los a?os m¨¢s recientes (entre otros, la visita del papa Francisco, el restablecimiento de relaciones diplom¨¢ticas con EE?UU y la presencia en la isla del presidente americano Barack Obama, el prodigioso recital de The Rolling Stones, la muerte de Fidel y el desarrollo de las conversaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla colombiana, etc¨¦tera). El procedimiento utilizado por el autor ha sido proporcionar el habla a los protagonistas m¨¢s conocidos, y a los m¨¢s an¨®nimos, de este cap¨ªtulo tan importante de la historia contempor¨¢nea. Autoridades civiles, militares, peque?os empresarios, periodistas j¨®venes, escritores, cantantes, diletantes y personas de una pieza, jineteras, rastafaris, etc¨¦tera, todos son fuentes privilegiadas de un ensayo que refleja el final de uno de los procesos pol¨ªticos y sociales m¨¢s relevantes de la Am¨¦rica Latina contempor¨¢nea.

Patricio Fern¨¢ndez hab¨ªa estado muchas veces en Cuba, pero fue a partir del a?o 2014 cuando acentu¨® su presencia profesional en la isla. Fidel Castro hab¨ªa cre¨ªdo que ¨¦l era su pueblo (el d¨ªa que muere, el diario Granma titula a toda p¨¢gina ¡®Cuba es Fidel¡¯) y hasta el final se enfrent¨® a EE?UU como si se tratara de un enemigo personal. ¡°Por eso, cuando en diciembre de 2014 su hermano Ra¨²l y Obama aparecieron en la televisi¨®n, uno en La Habana y otro en Washington, comprometi¨¦ndose a reanudar relaciones diplom¨¢ticas, entend¨ª que comenzaba a escribirse el ¨²ltimo cap¨ªtulo de una larga historia. Fue entonces que part¨ª a Cuba para ser testigo del fin de la revoluci¨®n¡±.

Efectivamente, se encuentra con que Fidel es el m¨¢s admirado de todos los cubanos, que Cuba es m¨¢s fidelista que comunista, que no importa cu¨¢n disconformes est¨¢n algunos con la situaci¨®n de su pa¨ªs porque la mayor¨ªa exculpa al m¨¢ximo l¨ªder de todas las miserias; quiz¨¢ los menores de 30 a?os, aquellos que abarrotaron la campa para ver a unos Stones que ten¨ªan pr¨¢cticamente la misma edad de la revoluci¨®n (nacieron como grupo en 1962) y que enloquecieron cuando Jagger se puso una boina que a muchos hizo pensar en el Che Guevara, pero que, en vez de gritar ¡°?Hasta la victoria siempre¡±!, enton¨® Satisfaction, quiz¨¢ esos menores de 30 a?os no alcanzaron a sufrir su embrujo, pero para el resto Fidel fue su padre sagrado.

Fern¨¢ndez es testigo de la acentuaci¨®n de algunas tendencias que estaban presentes en la revoluci¨®n desde hac¨ªa tiempo: c¨®mo cuando una nueva fe alcanza el poder comienza al mismo tiempo su transformaci¨®n, su conversi¨®n en iglesia; de pronto, lo que un d¨ªa fue sentimiento deviene en dogma, las fuerzas transformadoras se convierten en mandamientos, el impulso ind¨®mito es sometido por aquellos que evolucionaron a profetas o cardenales. El socialismo, en cualquiera de las versiones que se ha conocido, se mueve entre la creencia en un hombre superior (el Cristo redentor, Mao, Lenin, Fidel, Ch¨¢vez, Guevara¡­) y su iglesia. Mientras los valores de la democracia se diluyen en el pueblo que la practica, los del socialismo parecen requerir de un santo que los encarna, o de una organizaci¨®n bien jerarquizada que los perpet¨²a.

En los ¨²ltimos tiempos se hace evidente que la revoluci¨®n ha perdido su encanto. Que se acab¨® el encantamiento. Que su proceso de degradaci¨®n no es precisamente nuevo, pero que ahora se halla en una fase terminal, quiz¨¢ acelerada desde la muerte de su principal hacedor. El r¨¦gimen castrista vivi¨® un peque?o renacer mientras Hugo Ch¨¢vez gobern¨® Venezuela con el petr¨®leo a precios estratosf¨¦ricos y se convirti¨® en el mecenas que Cuba necesitaba para mantener en pie su econom¨ªa (una ideolog¨ªa improductiva s¨®lo perdura mientras tenga quien la financie). Cuando Venezuela se arruin¨®, Cuba volvi¨® a v¨¦rselas con ella misma. Aquella utop¨ªa del hombre nuevo, de una sociedad sin clases donde los ciudadanos produzcan lo que puedan y reciban lo que necesitan, qued¨® archivada. Patricio Fern¨¢ndez es rotundo en su diagn¨®stico: ¡°Hace un a?o yo no me habr¨ªa atrevido a asegurar que en la iglesia de la revoluci¨®n ya nadie cre¨ªa en el socialismo. Hoy, el panorama parece ser m¨¢s sencillo: ya nadie cree en nada¡±.

La reflexi¨®n final del libro resume en dos im¨¢genes el contenido de una investigaci¨®n period¨ªstica de la mejor escuela: el guion era bueno, lo malo fue la puesta en escena. El autor se encuentra con un poeta comunista que le pregunta por el libro que est¨¢ terminando; le responde que su mayor inter¨¦s era que, al leerlo, sus amigos cubanos reconocieran que le hab¨ªa movido la verdad. El poeta interpret¨®, del conjunto de la conversaci¨®n, que el libro ser¨ªa la historia de un fracaso. ¡°Bueno, ?pero vali¨® la pena?¡±, pregunt¨® a Patricio Fern¨¢ndez. ¡°Entonces, levant¨¦ los hombros. Mi respuesta debi¨® ser ¡®no, pero hab¨ªa que intentarlo¡±.

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Autor:?Patricio Fern¨¢ndez.

Editorial: Debate (2019).

Formato: tapa blanda (416 p¨¢ginas).

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