Dos presentadores desnudos y alguna mejora: aciertos y errores de los Goya 2019
Andreu Buenafuente y Silvia Abril han sacado adelante una gala con mejor ritmo que en a?os recientes
Las galas de premios siempre son largas, pesadas, cansinas. Y los premios Goya 2019, aunque han mejorado en algunos aspectos el recuerdo que dej¨® la ceremonia del a?o pasado, tambi¨¦n lo han sido, aunque no tanto como otras veces. Andreu Buenafuente y Silvia Abril aceptaron el dif¨ªcil encargo de llevar adelante la entrega de galardones que coron¨® a Campeones como la mejor pel¨ªcula del a?o. Las tres horas y cuarto que han durado los premios han dado para mucho, tanto bueno como malo. Esto ha sido lo mejor y lo peor de los Goya desde el punto de vista televisivo:
- Los presentadores
Buenafuente y Abril vienen del mundo de la tele y se nota. El arranque de la gala, aunque demasiado largo (pasaron casi 20 minutos hasta que se dio el primer premio), result¨® divertido, con un v¨ªdeo a modo de minipel¨ªcula de acci¨®n con los presentadores huyendo de un supuesto desastre de ceremonia. El discurso a d¨²o entre los dos reparti¨® pullas a pol¨ªticos y asistentes, adem¨¢s de incluir varias reivindicaciones feministas en boca de Silvia Abril. A lo largo de la ceremonia volvieron a aparecer en varias ocasiones, casi siempre los dos juntos, como en el divertido gag en el que terminaron medio desnudos en el escenario para dar el premio al mejor vestuario. Quiz¨¢ se ech¨® de menos algo de interacci¨®n con el patio de butacas.?
- Ritmo y guion
La gala del a?o pasado hab¨ªa puesto el list¨®n tan bajo que era f¨¢cil superarlo. Y efectivamente, la ceremonia de 2019 ha funcionado mejor. Aunque eso no quiere decir que haya sido la mejor versi¨®n posible de los Goya. La gala se ha extendido hasta las tres horas y cuarto de duraci¨®n, 15 minutos m¨¢s de lo previsto. En esta ocasi¨®n se decidi¨® no cortar los discursos de los premiados porque para algo es su noche (aunque en algunos casos se les invit¨® a acotar el discurso con m¨²sica alta). Y eso ha extendido m¨¢s una gala que ha contado con varios momentazos, como esa actuaci¨®n de Rosal¨ªa y su versi¨®n de Me quedo contigo de Los Chunguitos, a pesar de que posiblemente su aparici¨®n a los pocos minutos de arrancar fue quemar un gran cartucho demasiado pronto.
Sin embargo, poco se entendi¨® el momento en el que los Goya se convirtieron en Got Talent con la aparici¨®n de una charanga, la tuna, una batucada y un grupo de baile en medio de los premios a los cortos. O el gag de Berto Romero y David Broncano colgados, un momento que empez¨® con gracia y termin¨® haci¨¦ndose demasiado largo y robando protagonismo a los premiados. Por cierto, el mejor chiste de la noche no lo hicieron los presentadores, sino M¨¤xim Huerta en la que posiblemente fue la aparici¨®n m¨¢s sorprendente de la noche: "No se preocupen que ya saben que yo soy breve". Brevedad que no facilitaban los sobres, cerrados a cal y canto, y unos entregadores que no eran capaces de prever esa situaci¨®n y adelantarse a abrirlos. En todo caso, la gala ha tenido mejor ritmo que en a?os recientes.
Una menci¨®n imprescindible, por cierto, al discurso de agradecimiento de Jes¨²s Vidal, lleno de emoci¨®n que traspas¨® la pantalla. El ejemplo m¨¢s claro de lo que David Trueba le dijo a Buenafuente de que lo importante no es que un discurso sea corto, sino que sea bueno.
- Escenograf¨ªa
Ha sido un acierto el homenaje al cine que serv¨ªa de tel¨®n de fondo a los premios con un gran cortin¨®n rojo y un ne¨®n que simulaba la entrada de un cine. Elegante y limpia pero a la vez acogedora y c¨¢lida para arropar la frialdad de una entrega de premios como esta. El escenario era suficientemente amplio para acoger a los premiados y las actuaciones. La elecci¨®n del Palacio de Congresos y Exposiciones FIBES Sevilla como lugar para celebrar los premios ha parecido correcta.
- Fallos t¨¦cnicos y realizaci¨®n
No aprendemos. El a?o pasado, ya se tropez¨® en este aspecto y ha vuelto a ocurrir. En el momento de recordar a los que ya no est¨¢n con nosotros, los protagonistas deber¨ªan ser ellos, los fallecidos, y su recuerdo. Pero la realizaci¨®n de este a?o imped¨ªa que eso ocurriera. Un plano general del escenario no permit¨ªa ni ver bien el rostro ni leer el nombre y el cargo de quien se homenajeaba. Tampoco se present¨® a James Rhodes, pianista que estaba tocando en directo. Algo despu¨¦s, Amaia Romero tuvo que salir al escenario a interrumpir el arranque del n¨²mero musical previo al Goya a la mejor canci¨®n porque no estaban escuchando la m¨²sica. Amaia siempre al rescate de cualquier cosa. Porque Amaia es siempre de verdad y eso, en la tele y en la vida, funciona.
En general, aunque no ha sido la gala de los Goya so?ada (quiz¨¢ las expectativas eran demasiado elevadas), ha mejorado la nota de las ¨²ltimas entregas de premios del cine espa?ol en algunos aspectos. Eso s¨ª, a¨²n quedan muchas cosas por mejorar.
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