David Afkham: ¡°Los mejores m¨²sicos espa?oles deben volver¡±
El director alem¨¢n firma un contrato como responsable titular de la ONE y art¨ªstico de la formaci¨®n y el coro
Existe una palabra que David Afkham (Friburgo, 1983) repite como un mantra: ¡°Ethos¡±. Es lo que busca para motivar a sus m¨²sicos, lo que cree que define como punto de partida la personalidad de un buen grupo. Cuando ayer firm¨® su nuevo contrato como director titular de la Orquesta Nacional y art¨ªstico de la misma y del coro, insisti¨® en el t¨¦rmino griego que define la energ¨ªa com¨²n: ¡°Tenemos que buscarlo en conjunto, alentarlo as¨ª como el orgullo de todos los m¨²sicos, porque estoy convencido de su potencial¡±.
Afkham ampl¨ªa su influencia y tambi¨¦n su presencia en Madrid. De las ocho semanas al a?o que estaba obligado a cumplir, pasa a 15"
Las luchas, los vaivenes y enfrentamientos de la ¨²ltima etapa en la ONE han perjudicado su relieve y autoestima. La divisi¨®n quema. El t¨¢ndem que formaba Afkham con el que ha sido director t¨¦cnico y art¨ªstico hasta ahora, F¨¦lix Alcaraz, no permit¨ªa al alem¨¢n llevar hasta las ¨²ltimas consecuencias un proyecto propio. Muchos lo acusaban de debilidad: ¡°Si lo ve¨ªan as¨ª es porque mis atribuciones por contrato me limitaban. Ya no. Ahora tengo el poder de decidir casi todo¡±, avisa.
Quiz¨¢s, desde el ministerio pensaron al inicio que necesitaba tiempo. La madurez que requiere imponerse a un colectivo con algo m¨¢s de experiencia. Pero el caso es que ni perfilaba los programas, ni se le consultaban los ciclos. Cuando entr¨® al podio como director principal contaba 31 a?os y poco recorrido. Ahora ha cumplido 36 y conoce de sobra un terreno a menudo minado. Lo cierto es que lleg¨® con ilusi¨®n a dos bandas. Por su parte y por la de los m¨²sicos. La orquesta se lo daba todo y era el favorito del p¨²blico. Pero las luchas intestinas han mermado aquel idilio y muchas veces es peor recomponer una decepci¨®n que descubrir una inc¨®gnita.
Ahora debe intentar recuperar aquel primer sentimiento compartido. Algo se pudo notar la pasada semana cuando dirigi¨® la Sexta Sinfon¨ªa de Mahler, con gran ¨¦xito: ¡°Las cosas deben aclararse. No quiero imposiciones. Se han tomado decisiones respecto a los m¨²sicos que creo acertadas, pero que quiz¨¢s no se han hecho con las formas correctas. Podr¨ªamos haber evitado energ¨ªas negativas. En el ¨²ltimo a?o me he esforzado por tender puentes de di¨¢logo y a partir de ahora todo se har¨¢ en conjunto. Creo en el nosotros, no en los personalismos¡±. Lo aseguraba tras firmar el contrato en la sede del Ministerio de Cultura y ser presentado por la actual responsable del Instituto Nacional de Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica (Inaem), Amaya de Miguel.
La negociaci¨®n ha sido dura en los ¨²ltimos meses. Desde que De Miguel entr¨® en el Inaem pens¨® en reforzar la opci¨®n Afkham y finalmente lo ha logrado. Necesitaba una mayor implicaci¨®n por parte del director para otorgarle todo el poder. De las ocho semanas al a?o que tiene comprometidas hasta que caduque su contrato el 31 de agosto, pasa a 14 en las dos temporadas prorrogables, que firmaron ayer. Afkham deber¨¢ dise?ar la programaci¨®n, elegir batutas y solistas, perfilar ciclos e impulsar nuevos proyectos.
Pero la prioridad es recuperar el buen ambiente y dejar clara su autoridad para la nueva etapa. ¡°Se abre un nuevo cap¨ªtulo, ahora podr¨¦ cumplir mi sue?o al frente de la ONE¡±. Para ello tambi¨¦n necesita una reforma urgente del actual reglamento. Es algo que recalcaba ayer De Miguel como condici¨®n fundamental y que requiere del nombramiento de un nuevo director t¨¦cnico, previsto, a m¨¢s tardar, en Semana Santa.
Con quien resulte elegido, Afkham dise?ar¨¢ un equipo. La base del trabajo ser¨¢ el di¨¢logo: ¡°Compartir decisiones, debatirlas, para finalmente tomar el camino m¨¢s adecuado que ser¨¢, en gran parte, mi responsabilidad. Habr¨¢ diferencias, discutiremos, no va a ser f¨¢cil, pero ir¨¦ en busca siempre del efecto positivo¡±. Tiene planes ambiciosos: ¡°Una academia. La que existe no funciona, seamos sinceros. Necesitamos una academia que congregue a los mejores talentos del pa¨ªs y atraer de fuera. Los m¨¢s destacados m¨²sicos espa?oles est¨¢n en orquestas del extranjero, deber¨ªan volver¡±. Ese ha sido uno de los puntos que deseaba dejar claros en el contrato junto al refuerzo del proyecto social y educativo.
Adem¨¢s, abrir¨¢ la n¨®mina de directores e int¨¦rpretes invitados: ¡°De figuras espa?olas que triunfan fuera, como Jaime Mart¨ªn o Gustavo Gimeno, a especialistas en repertorios como Tom Koopman, Philippe Herreweghe, Marc Minkovski, John Eliot Gardiner o William Christiedrid, o leyendas, como Simon Rattle, Esa Pekka Salonen o Barenboim¡±.
M¨¢s presencia en toda Espa?a
El nombre no es simb¨®lico: Orquesta Nacional de Espa?a. Durante las ¨²ltimas temporadas ha sido m¨¢s bien la Orquesta Nacional de Madrid, porque apenas se la ve¨ªa fuera del Auditorio Nacional. Es una exigencia del Ministerio de Cultura que comparte. ¡°Adem¨¢s de redoblar la presencia en los festivales de verano m¨¢s importantes ¡ªSantander, Granada, San Sebasti¨¢n¡ª, mi deseo es que viajemos a ciclos en las ciudades e intercambiemos el nuestro para abrirlo a otras orquestas espa?olas¡±, asegura Afkham. ¡°Nacional tambi¨¦n significa, para m¨ª, internacional. Debemos viajar al extranjero y no es f¨¢cil entrar en los circuitos. Eso reforzar¨¢ la autoestima de la orquesta¡±, a?ade. En su ¨¢nimo est¨¢ organizar simposios, ¡°discutir sobre m¨²sica abiertos a la sociedad y a espacios al aire libre¡±. Tambi¨¦n redoblar los grupos de c¨¢mara o dedicar espacios a la m¨²sica contempor¨¢nea. Y espaciar los ciclos m¨¢s all¨¢ de un a?o: ¡°No es necesario desarrollar todo en el mismo periodo, podemos expandir ciertas iniciativas a lo largo de dos o tres temporadas¡±.
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