?Qui¨¦n teme a Paula Fox?
David Foster Wallace y Jonathan Franzen alabaron por igual la prosa venenosa de la abuela no reconocida de Courtney Love, la reina del apocalipsis conyugal
La primera escena de You, la impecablemente vac¨ªa serie de Sera Gamble y Greg Berlanti sobre lo tormentosamente obsesivo del amor en los tiempos de las redes sociales, se desarrolla en una librer¨ªa del Upper East Side neoyorquino que tendr¨ªa vistas a la isla Roosevelt si no estuviese rodeada de rascacielos de tan cerca como est¨¢ del r¨ªo. En apariencia, la librer¨ªa, que empieza a ser una librer¨ªa famosa ¨C tambi¨¦n aparece en ?Podr¨¢s perdonarme alg¨²n d¨ªa?, la comedia de Marielle Heller que se estren¨® el a?o pasado y escribieron a cuatro manos Nicole Holofcener y Jeff Whitty ¨C, es una librer¨ªa cualquiera, en la que una chica cualquiera ¨C que no lo sabe, pero est¨¢ a punto de convertirse en objetivo de un librero psic¨®pata ¨C, puede entrar a comprar un libro que, aunque lo parece, no es un libro cualquiera.
Lo curioso es que, si se pasa ante la puerta de la librer¨ªa real y se pretende entrar para comprar ese mismo libro, en un gui?o delirantemente propio del universo al borde del derrumbe de Sophie Bentwood, la protagonista del libro en cuesti¨®n, Personajes desesperados, de Paula Fox, lo que ocurre es que no puede hacerse nada ni remotamente parecido. ?Por qu¨¦? Porque la librer¨ªa Logos es una librer¨ªa cristiana, tan poco tormentosa, en apariencia, como los personajes de Fox, la reina del apocalipsis conyugal, del ajuste de cuentas constante con el da?o infligido, de la necesidad y la obligaci¨®n de no olvidar que todos venimos de alg¨²n lugar, y que ese lugar es una madre que quiz¨¢, como ella misma, nunca estuvo, porque se sospech¨®, o no se tuvo m¨¢s remedio que admitir el verso de Anne Sexton que ¡°una mujer es su propia madre¡±.
Paula Fox naci¨® un d¨ªa de abril de 1922 en Nueva York. Sus padres eran guionistas. Su madre, una chica cubana llamada Elsie, Elsie De Sola, decidi¨® que no quer¨ªa a la ni?a. La dejaron en un hospicio. La abuela la rescat¨® y se la llev¨® consigo a Florida y luego a Cubo y de vuelta a los Estados Unidos. La ni?a pas¨® de casa de un familiar a casa de otro familiar. De vez en cuando ve¨ªa a su madre. Su madre no pod¨ªa soportar la sola idea de su existencia. Escribi¨® la propia Fox en su libro de memorias, Elegancia prestada, que la primera vez que fue a verla ¨C estaba entonces en una especie de hospicio cat¨®lico: tal vez la conexi¨®n con Logos no sea del todo desafortunada ¨C, tuvo la sensaci¨®n de que ¡°si hubiera podido matarme all¨ª mismo lo habr¨ªa hecho¡±. Paula ten¨ªa entonces cinco a?os. ?El padre? El padre siempre fue un personaje secundario, aunque espor¨¢dicamente cari?oso, que volvi¨® a casarse y tuvo una verdadera familia en alguna otra parte.
Cuenta Jonathan Franzen, uno de sus disc¨ªpulos m¨¢s aventajados ¨C nunca dejar¨¦ de preguntarme por qu¨¦ no se la menciona m¨¢s a menudo, o directamente, alguna vez, como una de las madres, o figuras clave,de la narrativa de familias en ca¨ªda libre que se practica hoy en Estados Unidos, si hasta David Foster Wallace consideraba que Fox no escrib¨ªa, ¡°esculp¨ªa¡±, de forma ¡°l¨²cida y brillante¡± ¨C, que la primera vez que ley¨® Personajes desesperados lo hizo tratando de encontrar una respuesta a su propio matrimonio conflictivo, y que no s¨®lo le pareci¨® ¡°una genialidad irrebatible¡±, sino que construy¨® su obra, toda su obra posterior, Las correcciones, Libertad, Pureza, todo lo que conocemos tan bien, a partir de una las m¨¢ximas que dibuja Fox en la novela: la de que el miedo al dolor es m¨¢s destructivo que el dolor mismo.
Experta en aquello en lo que ahora es famosa Yasmina Reza, esto es, colocar a una pareja ante el espejo y enfrentarla a sus demonios, en explorar, como dijo alguien, el caos de la vida moderna ¨C en peque?as piezas de c¨¢mara que transcurren en un corto tiempo capaz de contener d¨¦cadas ¨C, Paula Fox exorciz¨®, en sus seis novelas ¨C todas imprescindibles ¨C, no ya su propio demonio ¨C como su madre, ella abandon¨® a una hija, la primera, que acab¨® convertida en escritora, oh, la gen¨¦tica, Linda Carroll, madre de Courtney Love, y raz¨®n por la que en You, la serie, a Fox se la coloca en la estanter¨ªa de Autores Famosos, no por su propia fama, sino por la de la nieta a la que solo vio en una ocasi¨®n ¨C sino los demonios de sus padres, tratando de entender lo que nunca entendi¨®. ¡°Deseo averiguar por qu¨¦ mi nacimiento y mi existencia fueron una desgracia tan grande para mi madre¡±, escribi¨®. Sinti¨¦ndose maldita desde que era un beb¨¦, un poco a la manera de Patricia Highsmith ¨C y por la misma raz¨®n ¨C no es de extra?ar que llevara, una y otra vez, a parejas de intelectuales ¨C siempre lo son ¨C contra las cuerdas, y acabara, como ocurre en Personajes desesperados, queriendo llamar a su madre sin poder hacerlo.
Fox muri¨® en 2017 a los 93. Hac¨ªa tan s¨®lo seis a?os, en 2011 y gracias a Jonathan Franzen, se hab¨ªan reeditado sus obras. Aunque del todo alejada del esp¨ªritu Fox, se dir¨ªa que You guarda con Personajes desesperados al menos una semejanza. Dice su creadora, Gamble, que la idea n¨²cleo de la historia, sobre la que se construye la pesadilla, es que nunca llegamos a conocer al otro. Fox nunca lleg¨® a conocer a su madre. No pudo entenderla. Tampoco pudo entender muchas de las cosas que ella misma hizo. Quiz¨¢ por eso, cuando a Sophie Bentwood, la protagonista de la novela, le muerde el gato callejero que desencadena la insomne noche ¨C a lo ?Jo, qu¨¦ noche!, versi¨®n mujer casada con un hombre aburrido y previsible ¨C, desea que ese gato tenga la rabia para poder tenerla ella tambi¨¦n porque as¨ª ser¨¢ ¡°como lo que hay ah¨ª fuera¡±. Algo horrible. ¡°No es un momento de revelaci¨®n¡±, como dice Franzen, ¡°es un momento de alivio¡±.
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