¡®L¡¯enigma di Lea¡¯ sorprende al Liceo

Lo que deber¨ªa ser habitual en un teatro de ¨®pera -estrenar nuevas obras-, adquiere en el Liceo visos de acontecimiento excepcional. De hecho, lleva sin hacerlo una d¨¦cada. Por ello, el estreno mundial de la primera ¨®pera de Benet Casablancas, L?enigma di Lea, con texto de Rafael Argullol, supone una esperanzadora bocanada de aire fresco. Un potente montaje de Carme Portaceli muestra con brillantez la calidad y riqueza vocal de la nueva partitura, bajo la meticulosa direcci¨®n de Josep Pons.

Casablancas y Argullol debutan en el g¨¦nero, aunque el primero juega con ventaja, pues ya ha mostrado un certero instinto teatral en obras tan notables como las Siete escenas de Hamlet. Y en su primera ¨®pera, en la que ha trabajado con ah¨ªnco durante tres a?os, no da gato por liebre: L?enigma di Lea es una ¨®pera en toda regla que clava sus ra¨ªces en Monteverdi y busca la emoci¨®n a trav¨¦s del canto.

La s¨®lida arquitectura musical, en tres partes y quince escenas, responde a la idea de exposici¨®n, scherzo y movimiento final, en un relato bien trabado con el poder expresivo del canto como motor de la ¨®pera; hay arias, d¨²os, tr¨ªos y escenas corales de gran peso. Casablancas ama y renueva con un lenguaje personal una rica tradici¨®n, con la huella de maestros como Monteverdi, Mozart, Berg, Sch?nberg, Debussy, Stravinski, Puccini o su colega y amigo, George Benjamin.

Por su parte, Argullol define su texto -no le gusta llamarlo libreto- como "cuento m¨ªstico para una ¨®pera": est¨¢ escrito en italiano, lingua franca del g¨¦nero, salvo la parte coral, confiada al idioma del lugar donde se represente. Por calidad literaria y carga simb¨®lica, est¨¢ m¨¢s cerca del oratorio y la cantata esc¨¦nica que de la acci¨®n teatral, pues prima la reflexi¨®n sobre la b¨²squeda de la belleza como ideal de perfecci¨®n.

La trama nos muestra la ind¨®mita personalidad de Lea, violada por un ser superior y condenada a errar por el universo, atrapada en la red de sus sentidos, admirada y temida por hombres que quieren poseerla descubriendo el enigma que guarda en su interior. Las potentes im¨¢genes de Argullol son poco teatrales, pero la sensacional escenograf¨ªa de Paco Azor¨ªn y la h¨¢bil coreograf¨ªa de Ferran Carvajal dan forma y vida teatral a un gran montaje, dirigido con pericia por Carme Portaceli.

Josep Pons conoce a fondo el estilo de Casablancas y muestra en el foso la calidad de su refinada, exigente y puntillosa escritura orquestal con claridad y rigor. M¨²sica que es pintura de emociones, de gran lirismo y ricos colores que recrean con sutilezas y sabios contrastes los elementos dram¨¢ticos y tragic¨®micos del texto.

El sentido cantabile es admirable. Todos los personajes y el nutrido coro cantan y mucho, enfrentados a una ardua tesitura que exige intensidad, extensi¨®n y flexibilidad a las voces. Hay logros memorables, como el ardiente lirismo del d¨²o de la tercera parte y la gran escena coral que la formaci¨®n liceista saca con nota.

La poderosa y atractiva Lea de la mezzosoprano Allison Cook encabeza un elenco sin fisuras. El bar¨ªtono Jos¨¦ Antonio L¨®pez da fuerza expresiva al personaje de Ram, en el que Lea encontrar¨¢ la redenci¨®n por amor; en una histri¨®nica caracterizaci¨®n, el contratenor Xavier Sabata se luce en los grotescos registros de Dr. Schicksal, psic¨®logo y antiguo due?o de un circo -fue domador, payaso y mago- que regenta con mano dictatorial una instituci¨®n de outsiders.

Las tres damas, de filiaci¨®n mozartiana, est¨¢n bien defendidas por la soprano Sara Blanch y las mezzos Ana?s Masllorens y Marta Infante, al igual que los tres tenores que encarnan a los escultores que quieren atrapar el secreto de Lea, interpretados por David Alegret, Antonio Lozano y Juan Noval Moro. Completan el solvente elenco la soprano Sonia de Munck y el bajo Felipe Bou.