El hombre que amaba a las mujeres detective

Tiene los pies sobre la mesa, dice. Tambi¨¦n dice que es una mala costumbre, pero ?qu¨¦ va a hacerle? Soren Sveistrup, el tipo que ide¨® y perpetr¨®, para fortuna de los amantes del noir que vino del fr¨ªo, The Killing, en realidad, Forbrydelsen, la serie que sigue los pasos de la peculiar y fascinante detective Sarah Lund, est¨¢ en su despacho, en alg¨²n lugar del centro de Copenhague. Sveistrup dice que Copenhague ¡°es vieja y joven a la vez, basta con pasear por sus calles para toparte con edificios de lo m¨¢s moderno reci¨¦n levantados junto a construcciones medievales: creo que tiene eso en com¨²n con mis personajes, intenta seguir adelante, pero el pasado la arrastra hacia alg¨²n otro lugar¡±. Le gusta pensar en ella como en el Tebas de Edipo Rey, en el sentido de que, ¡°algo en el pasado sali¨® mal, y ese algo afecta al presente, que necesita liberarse de ese mal, expiar la culpa, para poder seguir adelante¡±, dice.

El mensaje siempre es el mismo cuando escribo: cuida de aquello que amas. Intenta ser bueno. Haz el bien, en especial, con los ni?os Soren Sveistrup

Hace fr¨ªo fuera y suena AC/DC. Sveistrup teclea y come pedacitos de zanahoria. En las paredes de su despacho hay tres p¨®sters: uno es de Marlon Brando en El Padrino, otro de Tibur¨®n, y el tercero, de la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de su primera novela, El caso Hartung (Roca Editorial), que acaba de llegar a Espa?a. Un thriller con asesino en serie, joven inspectora al frente, y pol¨ªtica de fondo: la clave del caso ¨C el cad¨¢ver encontrado junto a una figura hecha con casta?as en un parque infantil ¨C parece tenerla la hija de la ministra de Asuntos Sociales, Rosa Hartung, desaparecida un a?o antes. Porque se dio a la ni?a por muerta, pero podr¨ªa no estarlo, porque en la escena del crimen ha aparecido una huella dactilar, y es suya. ¡°Todo empez¨® en la guarder¨ªa de mi hijo, hace unos a?os. En Dinamarca, en oto?o, los ni?os acostumbran a cantar una canci¨®n llamada Chestnut Man ¨C el Hombre Casta?a, algo as¨ª como el esp¨ªritu del oto?o ¨C, y hacen mu?ecos con casta?as que parecen peque?as ofrendas. Me asust¨¦ un poco porque al llegar a recogerlo parec¨ªa que todos los ni?os estaban invocando a una especie de bestia del bosque¡±, cuenta.

Por primera vez se fij¨® en que los mu?ecos hechos de casta?as no ten¨ªan manos ni pies, y pens¨® que podr¨ªa ser ¡°una firma de lo m¨¢s macabra¡± para un asesino en serie. Luego se le ocurri¨® que ese Hombre de Casta?as podr¨ªa querer lanzar un mensaje y que ese mensaje tuviese que ver con la manera en que cuidamos de nuestros hijos: todas sus v¨ªctimas son j¨®venes madres que, al parecer, no hicieron lo suficiente por sus peque?os, porque todas hab¨ªan sido objeto de denuncias an¨®nimas a los servicios sociales. ¡°Nadie es perfecto. Queremos a nuestros hijos ¨C har¨ªamos cualquier cosa por ellos ¨C pero cometemos errores. Las autoridades tambi¨¦n. Y a veces esos errores tienen como consecuencia algo horrible si no lo paramos a tiempo. El mensaje siempre es el mismo cuando escribo: cuida de aquello que amas. Intenta ser bueno. Haz el bien, en especial, con los ni?os¡±, dice el escritor, que hasta ahora no se hab¨ªa sentado a solas ante su ordenador.

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Porque ?qu¨¦ hay de distinto entre escribir para televisi¨®n y hacerlo para uno mismo, con el fin de que, quiz¨¢, se convierta en una novela, como ha sido el caso? ¡°A los 20, estudiaba literatura en la Universidad de Copenhague convencido de que iba a escribir la Gran Novela Danesa. Pero no acababa de funcionar. En cambio, me lo pasaba en grande viendo cada noche las mismas pel¨ªculas de Clint Eastwood y Tarantino, que alquilaba en el videoclub. As¨ª que me cambi¨¦ a la escuela de cine. Y ahora, 25 a?os despu¨¦s de todo aquello, se me ocurre intentar escribir una novela. Porque creo que puedo hacerlo, por fin. Supongo que si no lo he hecho antes ha sido por respeto. Es mucho m¨¢s solitario que escribir para televisi¨®n o que escribir una pel¨ªcula. S¨ª, esa dir¨ªa que es la diferencia principal, con todo lo que eso implica: est¨¢s solo cuando tomas las decisiones, y todo depende de ti, por lo que, en un sentido, es m¨¢s complicado¡±, responde.

Prefiero a las mujeres detective porque se enfrentan a muchas m¨¢s cosas que los hombres. Para empezar, se les cuestionan sus aptitudes s¨®lo por el hecho de ser mujeres Soren Sveistrup

Lo que no ha cambiado es su predilecci¨®n por la mujer como protagonista. Una mujer detective, una tipa dura, que no es, como Sarah Lund, como ninguna otra: Naia Thulin, una madre soltera que sabe exactamente lo que quiere y c¨®mo lo quiere. ¡°Prefiero a las mujeres detective porque se enfrentan a muchas m¨¢s cosas que los hombres. Para empezar, se les cuestionan sus aptitudes s¨®lo por el hecho de ser mujeres. Siempre tienen que ser mejores para que se las acepte a la manera en que se acepta a los hombres. Y f¨ªsicamente no son tan fuertes como un hombre, por lo que si tienen que enfrentarse a un criminal hombre, tendr¨¢n m¨¢s dificultades, y esa desigualdad ya de por s¨ª es atractiva, lo es desde el principio de los tiempos, pensemos en David y Goliat¡±, dice. ¡°Y si no las dibujo obsesionadas con su imagen, con el maquillaje y la ropa y su vida sentimental, es porque tampoco lo har¨ªa con los hombres. Para m¨ª, m¨¢s que mujeres, son personas, m¨¢s solitarias y aisladas porque viven en un mundo de hombres en el que ellas mismas han elegido estar, y si a veces hago que a¨²n se les complique m¨¢s la cosa porque no les gusta la gente, es porque es algo que a m¨ª me pasa. A veces me siento fuerte y otras, de lo m¨¢s vulnerable, y quiero que mis personajes sean como yo¡±, a?ade.

Sveistrup dice no tener maestros, aunque ha aprendido mucho, asegura, de Hitchcock, Agatha Christie, Sj?wall y Wahl??, Sergio Leone ¨C de ah¨ª todos los momentos de silencio en The Killing, ¡°son claramente un homenaje a su cine¡± ¨C David Lynch y Stephen King. Tambi¨¦n de Astrid Lindgren, la autora de Pippi Calzaslargas. De hecho, si le preguntas qu¨¦ libro le hubiera gustado escribir, no menciona un noir, dice que la novela que querr¨ªa haber escrito es en realidad un libro infantil: Los hermanos Coraz¨®n de Le¨®n, de Lindgren. No en vano consideran que Sveistrup le ha dado al noir n¨®rdico aquello que le faltaba: sentimiento. Pero es que todo lo que cuenta es cierto. Porque ¨¦l ha pasado por casi todo. Su madre se suicid¨® cuando ¨¦l ten¨ªa 21 a?os. Sus padres acababan de separarse, y era la tercera vez que lo intentaba. La escena de The Killing en la que los padres le dicen a sus hijos que su hermana no va a volver est¨¢ directamente basada en cuando ¨¦l mismo les dijo a sus hermanas que su madre hab¨ªa muerto. Si tenemos en cuenta que tampoco era en realidad su madre biol¨®gica ¨C los tres se enteraron a los 13 de que eran adoptados y de que su verdadera madre los hab¨ªa dado en adopci¨®n porque quer¨ªa vivir un poco m¨¢s, era demasiado joven para tener que hacerse cargo de tres ni?os ¨C, la cosa se pone a¨²n m¨¢s intensa. ¡°Escribo sobre cosas que he vivido y sentido, todo el rato¡±, dice.