La palabra libre

En una secuencia de A viva voz, un joven, participante en el concurso de oratoria de la Universidad de Saint-Denis, habla con su padre sobre el tema que centrar¨¢ su discurso en la semifinal: la diferencia entre derecho y falta. El chico, que cada d¨ªa recorre diez kil¨®metros a pie para llegar a la Universidad, se sorprende ante la claridad de argumentaci¨®n de su padre, que tuvo que abandonar sus estudios. El padre le contesta que hay otras maneras de seguir aprendiendo: ¨¦l hace crucigramas a diario y, cuando se atasca, abre el diccionario. Durante su consulta lee las definiciones de las otras palabras que rodean al t¨¦rmino buscado, pr¨¢ctica que le permite detectar vocablos con la misma ra¨ªz y, as¨ª, ir form¨¢ndose un bagaje. La conversaci¨®n captura un momento que fija la esencia de toda una cultura: una cultura donde la palabra es reconocida como elemento esencial para construirse, articular una identidad, canalizar un pensamiento y, en definitiva, apuntalar el ejercicio de una sagrada e irrenunciable libertad de expresi¨®n.

Documental emitido en su pa¨ªs de origen en el seno del espacio televisivo Infrarouge del canal France 2 antes de su recorrido por las salas, A viva voz, dirigido por St¨¦phane de Freitas y Ladj Ly, sigue el proceso de entrenamiento de los participantes en el concurso Eloquentia y ofrece una mirada sobre el estado de la educaci¨®n p¨²blica en el pa¨ªs vecino que, desde aqu¨ª, cualquier espectador incumbido por el tema -?acaso no deber¨ªa ser todo espectador?- s¨®lo puede contemplar con embeleso y sana envidia: una mirada a una realidad donde la pol¨ªtica educativa no parece gestionarse en contra el docente, donde el alumno no act¨²a como un cliente y donde los padres no fiscalizan el tiempo, ni las metodolog¨ªas del profesor.

Una raz¨®n brillante (2017) de Yvan Attal aprovech¨® el contexto narrativo de las competiciones de oratoria para celebrar la cultura francesa como territorio ilustrado capaz de escuchar todo tipo de voces, canalizando su tema a trav¨¦s de una convencional, tramposa comedia de contrarios. A viva voz se acerca a ese universo sin necesidad de dramaturgias, ni construcciones narrativas externas, porque en el proceso ya hay est¨ªmulos suficientes. Las palabras de una joven musulmana en torno al feminismo y el uso del velo o un debate sobre los l¨ªmites del humor sin atisbo de nuestras crispaciones tuiteras son s¨®lo dos de los m¨²ltiples alicientes de un documental ejemplar.