Tu televisi¨®n te esp¨ªa
Los televisores inteligentes a menudo esconden que pueden escuchar y registrar todo lo que ocurre a su alrededor
En la era de los datos, a menudo existe una distancia abismal entre c¨®mo percibimos los servicios que recibimos y las motivaciones reales de aquellos que desarrollan esos servicios. Los discursos que nos hablan de personalizaci¨®n, optimizaci¨®n y mejora, a menudo esconden modelos de negocio que tienen poco que ver con nuestras prioridades y experiencia de usuario, y mucho con una industria de datos personales que espera encontrar en nuestros h¨¢bitos de consumo el santo grial del lucro futuro.
As¨ª, los televisores inteligentes, que se presentan como un avance tecnol¨®gico al servicio del cliente (quien a trav¨¦s de estos dispositivos puede acceder no s¨®lo a la oferta televisiva sino tambi¨¦n a todas las posibilidades de internet), a menudo esconden que pueden escuchar y registrar todo lo que ocurre a su alrededor. Los manuales de uso de los televisores inteligentes, por ejemplo, recomiendan a sus clientes no tener conversaciones privadas delante de estos dispositivos, porque estas puede ser registradas con fines comerciales. No obstante, son pocas las personas que son conscientes que ese televisor que compraron es, a su vez, un robot de control que se ha metido en sus hogares (?y habitaciones!) para espiarles y extraer datos sobre su familia y sus h¨¢bitos que ser¨¢n utilizados con fines comerciales o para su reventa a empresas de agregaci¨®n de datos (data brokers).
Es parad¨®jico que sea precisamente un cap¨ªtulo de la serie Black Mirror, desarrollada para lanzar un mensaje de alerta a la sociedad sobre los impactos perniciosos de la sociedad tecnol¨®gica, el que nos alerte de que la televisi¨®n el futuro/presente no s¨®lo esp¨ªa las conversaciones y movimientos de sus usuarios, sino tambi¨¦n sus preferencias y acciones al ver un programa de televisi¨®n.
Esa captura de datos no es nueva. La mayor¨ªa de videoconsolas actuales (igual que los asistentes personales tipo Alexa, Echo, Cortana o Siri) son capaces de capturar todas nuestras decisiones y preferencias, cruz¨¢ndolas con datos relativos a nuestra renta, geolocalizaci¨®n, entorno familiar y social e incluso datos m¨¦dicos o laborales con el fin de conocernos mejor (y vendernos mejor). Ese ¡°conocernos mejor¡± puede mejorar el tipo de anuncios que recibimos a trav¨¦s de nuestro mail, ordenador o tel¨¦fono, pero construye a la vez una red de control de nuestras circunstancias y preferencias sobre la que no tenemos ning¨²n control. Aquello que deduce Netflix de nuestras opciones al ver Bandersnatch est¨¢ mediado por algoritmos, de forma que nuestros datos alimentan perfiles que te¨®ricamente nos representan pero que en realidad no controlamos.
Si esos algoritmos se limitaran a determinar opciones de ocio (qu¨¦ serie se nos sugiere, qu¨¦ producto se nos recomienda), quiz¨¢s estos desarrollos no merecer¨ªan mayor atenci¨®n. Pero los perfiles que alimentan nuestros datos impactan cada vez m¨¢s en nuestras opciones de acceso a servicios fundamentales, desde un lugar de trabajo a una prestaci¨®n o nuestra reputaci¨®n online, que puede afectar a nuestras opciones vitales futuras. Al final, la sociedad de los datos est¨¢ articulando infraestructuras de captura de datos y preferencias personales cuyo impacto va mucho m¨¢s all¨¢ de lo razonable. Como dice Zeynep Tufekci, ¡°estamos creando una distop¨ªa tecnol¨®gica s¨®lo para conseguir que la gente le de click a los anuncios¡±. Estamos aceptando una infraestructura de seguimiento y control que se mete en nuestras casa, en nuestras camas, s¨®lo para poder vendernos mejor.
?Es aceptable que una decisi¨®n tomada al ver una serie online en Netflix acabe impactando en nuestras oportunidades vitales o nuestra empleabilidad? Quiz¨¢s este es el debate que a¨²n no hemos afrontado. Netflix parece haber decidido que s¨ª es deseable y aceptable que nuestro comportamiento ante el televisor construya nuestro ¡°yo¡± digital. ?Nosotros, como sociedad, estamos de acuerdo?
Gemma Gald¨®n Clavell es doctora en pol¨ªticas p¨²blicas
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