El viejo y costumbrista pop catal¨¢n

Unos se acercan a los 60, pero tienen nombre de banda de quincea?eros con espinillas, Els Pets (Los Pedos, en espa?ol). Los otros dos no llegan a los 40 y parecer¨ªa que ambos habitan bajo un champi?¨®n, con elfos y hadas. Joan Pons es El Petit de Cal Eril (El peque?o de la casa Eril) y es de Guissona (Lleida), y Ferran Palau se asienta en Collbat¨® (Barcelona). Los primeros son de Constant¨ª (Tarragona) ¡ªes decir, todos proceden de pueblos con menos de 7.000 habitantes¡ª y, despu¨¦s de 30 a?os de carrera en Catalunya, son populares como Messi, tienen disco de oro y un p¨²blico a¨²n asombrosamente joven. Si se quiere saber c¨®mo es hoy la m¨²sica en Catalu?a, estos artistas son referencia inevitable.

El duod¨¦cimo disco de Els Pets, Som, no es el t¨ªpico trabajo de decadencia, sino una perfecta obra de pop costumbrista m¨¢s all¨¢ del caf¨¦ con leche, el gato y el recuerdo. Los otros dos artistas hicieron el a?o pasado ¨¢lbumes igualmente sobresalientes, Triangular y Blanc, sexto y tercero, respectivamente, pero m¨¢s cr¨ªpticos porque reh¨²yen la narratividad en su delicad¨ªsimo pop con marcadas ra¨ªces folk. Joan Pons ha producido a Els Pets y adem¨¢s de su carrera en solitario toca la bater¨ªa con Ferran Palau, asimismo vocalista de An¨ªmic, y todos se profesan un respeto sincero.

El pop es tambi¨¦n cosa de viejos. Llu¨ªs Gavald¨¤, compositor y cantante de Els Pets, lo reivindica en Som: ¡°No hemos hecho un disco que vende la vida disipada de artistas que se quieren comer el mundo, sino la obra de personas con 55 a?os¡±. Y por ello la enfermedad, los padres que envejecen en el ocaso de sus vidas, el maltrato infantil y las rupturas emocionales son el hilo conductor de un ¨¢lbum que, como todos a partir de Bon Dia (1997), se expresa en un pop mel¨®dico y agridulce de estirpe new wave con gui?os a todos los cl¨¢sicos, de Costello a Beach Boys, y con alma de Beatles.

Ferran Palau domina tambi¨¦n las melod¨ªas, en su caso tintadas con un fr¨¢gil misterio solo barroco en su austeridad. Y ¨¦l dice que se debe al hip-hop. ¡°No alargo las palabras, siento la melod¨ªa, pero no canto mel¨®dico, no me gusta hacerlo. Mi ritmo natural es el del hip-hop. Me gusta c¨®mo canta Chris Cohen, como desganado¡±, explica. No lo dice, pero en alg¨²n sentido Nick Drake palpita en su m¨²sica, que define como pop metaf¨ªsico, igual que Joan Pons. No cabe buscar un sentido lineal a unas frases que en s¨ª mismas tienen valor est¨¦tico y significaciones a la carta de cada comensal.

Que tampoco nadie busque significado narrativo a las letras de Joan Pons en El Petit de Cal Eril, su grupo con dos bater¨ªas: ¡°Lo que es cr¨ªptico es la vida. Las buenas letras lo son no tanto por lo que cuentan, sino por las palabras que no llegan a decirse¡±. Su voz de duendecillo travieso vuela entre l¨ªneas mel¨®dicas suavemente tocadas por melanc¨®lica psicodelia, aire campestre y luz filtrada. Es como un ni?o que juega con la m¨²sica. Ya est¨¢ preparando un nuevo disco y, de paso, ayudando a Ferran Palau a dar forma al suyo, que producir¨¢ Jordi Matas. Mientras, Els Pets ya han comenzado su nueva gira, en la que tocan casi entero su ¨²ltimo ¨¢lbum, sin apenas mirar atr¨¢s, como corresponde a una banda que ha sabido encajar el paso del tiempo. Gavald¨¤ lo explica: ¡°Serrat o Miguel R¨ªos deber¨ªan trabajar con productores m¨¢s j¨®venes, como hizo Johnny Cash con Rick Rubin. Te hacen evolucionar¡±.