El sistema de votaci¨®n de los Oscar favorece filmes de consenso

Solo en dos ocasiones, desde 2012, los Oscar a mejor pel¨ªcula y direcci¨®n los ha ganado el mismo t¨ªtulo. El domingo por la noche volvi¨® a haber dos ganadores distintos para las dos estatuillas m¨¢s importantes, porque adem¨¢s Peter Farrelly, director de la pel¨ªcula ganadora Green Book, no era candidato en su categor¨ªa.

Desde que en 2009 se cambi¨® el sistema de voto, esta duplicidad se ha acentuado. Puede que se deba a que mientras el resto de los premios se eligen por mayor¨ªa simple, la Academia emplea para el Oscar a la mejor pel¨ªcula un complejo sistema de recuento de papeletas preferenciales, que es, por cierto, el que usa para seleccionar a los finalistas de casi todas las categor¨ªas en la primera ronda de votaciones.

Si se usara el sistema mayoritario, con 10 pel¨ªculas ¡ªen esta edici¨®n hab¨ªa ocho¡ª y votando todos los acad¨¦micos (cerca de 6.000), con solo 601 sufragios y el 10% del colegio electoral ya se podr¨ªa ganar el Oscar principal. Con las papeletas preferenciales (que ya se aplic¨® de 1934 a 1945), los votantes enumeran del 1 al 10 ¡ªeste a?o, del 1 al 8¡ª sus candidatas y se complica la elecci¨®n. El objetivo es que usando la correcci¨®n estad¨ªstica la triunfadora de la noche guste a la mayor¨ªa.

Montones de papeletas

Cuando las papeletas llegan a PriceWaterhouseCoopers, los auditores las separan seg¨²n la pel¨ªcula que encabeza cada voto. Si un t¨ªtulo lidera m¨¢s del 50% de las papeletas, ya hay ganador, algo bastante improbable. Si no, el filme con menos votos cae eliminado y sus papeletas se reparten atendiendo a la pel¨ªcula que aparece en segundo lugar en cada sufragio. As¨ª se pasa a la segunda tabulaci¨®n y se repite el proceso: si un largometraje no supera el 50% de las papeletas, se deja fuera al que tenga menos, y sus votos se redistribuyen seg¨²n quien aparezca en la segunda posici¨®n. Y se sigue hasta que una pel¨ªcula supere ese 50%.

La Academia ha impulsado con este proceso el consenso en detrimento del riesgo, y que al final la ganadora sea una pel¨ªcula que la mayor parte de los acad¨¦micos hayan elegido en segundo o tercer lugar. Que guste, pero no que polarice. Con este sistema, lo importante es haber sido mencionada muchas veces en la segunda posici¨®n y no tanto en la primera. Es decir, que puede que unos hayan votado a Roma, otros a La favorita, y solo unos pocos a Green Book... No importa si todos han elegido al filme de Farrelly en segundo lugar: ah¨ª llega la estatuilla.