El MoMA compra ¡®A Lua¡¯, de Tarsila do Amaral, por 20 millones de d¨®lares
La adquisici¨®n, la m¨¢s cara jam¨¢s pagada por una obra brasile?a, supone la consagraci¨®n de la artista en el pante¨®n del modernismo
Un cactus solitario cuya figura sugiere la de un humano se alza ante una noche de luna menguante en un lienzo de 110 por 110 cent¨ªmetros. A Lua (1928), un exponente de la pintura antropof¨¢gica de la brasile?a Tarsila do Amaral?(1886-1973), es la nueva adquisici¨®n del?MoMA de Nueva York. El museo ha anunciado este mi¨¦rcoles la compra del cuadro por 20 millones de d¨®lares, la mayor suma nunca pagada por la obra de un artista brasile?o.
La obra, que pertenec¨ªa a una colecci¨®n privada, llega al MoMA solo un a?o despu¨¦s de que el museo realizase la primera retrospectiva de Tarsila do Amaral en Nueva York con 130 obras de la pionera del modernismo en el gigante sudamericano. En ese momento,?A Lua no estaba disponible para pr¨¦stamo por problemas familiares. Ann Temkin, curadora y jefa de pintura y escultura del MoMA, cuenta que los organizadores de la exposici¨®n se quedaron ¡°enamorados¡± de la pintura y a?ade que han tenido ¡°mucha suerte en encontrarla¡±. ¡°Siempre hemos sido conscientes de que ser¨ªa dif¨ªcil dar con un buen lienzo del per¨ªodo antropof¨¢gico todav¨ªa disponible¡±, ha dicho este mi¨¦rcoles durante el anuncio de la compra.
Tras la famosa Abaporu (1928), la principal obra de ese per¨ªodo de Tarsila es Urutu (O Ovo). Ambas pertenecen a colecciones privadas, aunque est¨¢n expuestas en el Museo de Arte Moderno de R¨ªo de Janeiro y en el Museo Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), respectivamente¡ª. A Lua es, no obstante, la primera pintura de la pionera del modernismo en Brasil. Con ella, Tarsila logr¨® el matrimonio definitivo entre las vanguardias art¨ªsticas europeas con la tradici¨®n del pa¨ªs latinoamericano. El tono on¨ªrico de A Lua se presenta como un surrealismo made in Brazil? en el que tambi¨¦n destacan los colores fuertes y un elemento esencialmente nacional, un mandacaru, que mezcla?lo?animal y vegetal en una sola figura surrealista.
Ese cuadro supuso el comienzo de una fase de cromatismo explosivo y ex¨®tico en la producci¨®n de la artista, y le abri¨® las puertas a su segunda exposici¨®n individual en Par¨ªs, en 1928, en la Gal¨¨rie Percier. La pintura tuvo tanto ¨¦xito que el m¨¦dico Milton Guper y su mujer, Fanny Feffer -que ahora se la han vendido al MoMA- la compraron directamente de manos de Tarsila, en la casa de la artista, seg¨²n cuenta a EL PA?S su sobrina nieta y la administradora de su obra, tambi¨¦n llamada Tarsila do Amaral y conocida como Tarsilinha.
¡°La muestra en el MoMA fue un parteaguas. El reconocimiento de la obra de Tarsila lleg¨® a un nuevo nivel¡±, comenta. Despu¨¦s de la exposici¨®n, el museo norteamericano recibi¨® de un coleccionista brasile?o un dibujo de la artista. El bosquejo ocupar¨¢ ahora un segundo plano al lado de A Lua. La familia de la artista cree que esa nueva adquisici¨®n potenciar¨¢ la valorizaci¨®n del legado de Tarsila do Amaral, considerada una de las mujeres m¨¢s revolucionarias de la historia del arte. ¡°He recibido muchas invitaciones para realizar nuevas muestras internacionales y ya estoy en contacto con algunos de grandes museos europeos¡±, afirma Tarsilinha, sin mencionar el nombre de las instituciones.
Los lienzos de Tarsila do Amaral son escasos: no llegan a 240.?¡°Por eso los precios de compra son altos, hay mucha demanda en el mercado internacional¡±, se?ala Tarsilinha. Los expertos calculan, por ejemplo, que Abaporu, comprada en 1995 por el Malba por 1,4 millones de d¨®lares en una subasta, valdr¨ªa hoy cerca de 26 millones de d¨®lares.
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