Las Odio ondean la bandera del ¡®pospunk¡¯ feminista
El grupo madrile?o reivindica su m¨²sica pol¨ªtica en su segundo disco, 'Autoficci¨®n'
Su m¨²sica es como poner dinamita en un cuento de princesas de Disney. Hacen volar por los aires a Cenicienta, a Blancanieves y a cualquier estereotipo femenino que tenga que ver con la sumisi¨®n y el patriarcado. Ni qu¨¦ decir tiene ad¨®nde van a parar los pr¨ªncipes azules. Son Las Odio, el aguerrido grupo de pospunk salido de las calles de Madrid, que se ha convertido en tan solo tres a?os en un referente del feminismo en la m¨²sica independiente espa?ola. ¡°La m¨²sica canaliza nuestra rabia¡±, asegura ?gata, guitarrista de la banda.
Las Odio acaban de publicar su segundo disco, Autoficci¨®n, una obra que incide de forma m¨¢s contundente en el discurso feminista de su anterior trabajo, Futuras esposas, editado en 2017. ¡°El feminismo es un trabajo del d¨ªa a d¨ªa, de trabajar por la igualdad y de conseguir una sociedad m¨¢s justa¡±, se?ala Alicia, la baterista. ¡°No compartimos la posici¨®n del feminismo que intenta igualar hacia arriba. Es decir, de conquistar los privilegios que te faltan, pero no de conseguir la igualdad. No lo compartimos porque es la parte asimilada por el capitalismo¡±, a?ade.
El grupo est¨¢ formado por cuatro chicas que se conocieron en 2015 en Sisterhood, una comunidad feminista enraizada en la cultura. Las cuatro atienden a esta entrevista en una cafeter¨ªa de Puerta de Toledo despu¨¦s de ajustar los horarios de sus respectivos trabajos. No ha sido tarea f¨¢cil. Ninguna se dedica exclusivamente a la m¨²sica, aunque es ¡°el objetivo¡±, como dicen durante la charla con este peri¨®dico y como reza la letra de Lo quiero todo, la canci¨®n que abre el nuevo ¨¢lbum. Una canci¨®n que es como una se?a de identidad. ¡°En Impresora 3D hablamos de las cosas que parece que tienes que tener para ser feliz: billetes de 500 euros, un marido, un ni?o que salga bien las fotos¡ Sin embargo, en Lo quiero todo hacemos la reivindicaci¨®n m¨¢s honesta sobre nuestro tiempo de ocio y nuestras relaciones¡±, reflexiona ?gata.?
A pesar de reconocerse hijas de la crudeza sonora del pospunk, se sienten lo contrario a nihilistas. ¡°Nuestra m¨²sica es pol¨ªtica¡±, afirma Paula, cantante y compositora del grupo. ¡°Nuestro discurso atraviesa el presente¡±, apostilla la bajista Sonsoles. A diferencia de tantos artistas que reh¨²yen la cuesti¨®n pol¨ªtica en su obra, ellas no se entienden a s¨ª mismas ni a su m¨²sica sin esa confrontaci¨®n con la realidad. ¡°Hablamos de cosas del d¨ªa a d¨ªa porque son cosas que nos pasan a todas¡±, comenta ?gata, quien a?ade: ¡°Pero no solo es personal. No se trata solo de nosotras, sino de que las mujeres de distintas identidades se incorporen a los lugares que les corresponden. Se trata que el feminismo abra una grieta para incorporar a m¨¢s voces. Hacer de la cultura un espacio m¨¢s inclusivo¡±.
De alguna forma, Las Odio son las ¨²ltimas grandes riot grrrls espa?olas, un movimiento que en nuestro pa¨ªs nunca tuvo todo el desarrollo que merec¨ªa a pesar de francotiradoras como Meteosat, Nosotr?sh, Undershakers o Lidia Damunt. ¡°Nos flipa esa etiqueta¡±, reconoce Paula. ¡°Fue nuestro punto de partida como grupo. No tanto por el sonido de aquellas bandas, sino por el sentido espiritual¡±, confiesa Alicia. Incluso nadie como ellas pueden representar en Espa?a este movimiento que naci¨® en Estados Unidos a mediados de los noventa cuando muchas mujeres se posicionaron con una potente carga ideol¨®gica contra el machismo reinante en la m¨²sica. Grupos femeninos como Sleater-Kinney, Heavens to Betsy o The Breeders o artistas independientes como PJ Harvey demostraron que las mujeres no solo rechazaban ser las groupies de los m¨²sicos del rock sino que pod¨ªan ser mejor que ellos hablando sin tapujos del empoderamiento femenino, la desigualdad de g¨¦nero y las nuevas formas de sexualidad desde una perspectiva feminista. ¡°Formamos parte de esa filosof¨ªa del ¡®hazlo t¨² mismo¡¯ y de luchar por la libertad de las mujeres¡±, explica ?gata. ¡°Lo que no vale es quedarse con la est¨¦tica y vaciar de contenido el discurso feminista¡±, dice Alicia. En canciones como Cuenta hasta diez queda demostrada esta actitud. ¡°No sab¨¦is lo duro que es ser yo¡±, dice uno de sus versos. Que es ser mujer. ¡°Vamos a ser peores. Alimentaremos vuestros peores temores¡±, prosigue la canci¨®n.
Con esa urgencia propia de las riot grrrls, a Las Odio no les importa que las vean como irreverentes, incluso dentro del indie nacional, una escena variopinta con la que no se identifican mucho ni se sienten dentro. Pero su irreverencia es, realmente, un arma con la que motivar el cambio social hacia la igualdad. Nada que ver con aquellos que usan esta irreverencia para camuflar un pensamiento retr¨®grado. ¡°Ojo, porque hay fachas hoy en d¨ªa proclam¨¢ndose como pol¨ªticamente incorrectos cuando son fachas y xen¨®fobos¡±, sostiene Paula. ¡°Est¨¢n llamando irreverencia a lo que en realidad es fascismo. Se ponen de rebeldes cuando son reaccionarios¡±. Son los mismos que desautorizan el alzamiento feminista. Tal y como escribe Soraya Chemaly en su esclarecedor ensayo Enfurecidas. Reivindicar el poder de la ira femenina: ¡°No hay una sola mujer que no comprenda que su enojo es abiertamente denigrado¡±. Las Odio dignifican este enojo, esa ¡°rabia¡± canalizada a trav¨¦s de la m¨²sica a la que se refer¨ªa ?gata. Porque como cantan en El Derecho a la Pereza: ¡°Vale m¨¢s morir tumbada que vivir arrodillada¡±.
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