P¨¦rez Llorca, pasi¨®n por el arte
El director del Prado destaca las "lecciones vitales y profesionales" del fallecido presidente del Patronato de la pinacoteca
En apenas 10 d¨ªas se cumplir¨¢n dos a?os de mi nombramiento como director del Museo del Prado, 24 meses en los que he tenido el enorme privilegio de trabajar, conocer y trabar amistad con Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca. Se trata, es cierto, de un per¨ªodo de tiempo relativamente corto, pero de efectos duraderos, como duradera ser¨¢ la gratitud del Prado hacia quien ha sido presidente de su Real Patronato desde octubre de 2012.
Han sido muchas y variadas las actuaciones que Jos¨¦ Pedro promovi¨® en este tiempo, varias decisivas para que el Museo del Prado siga siendo lo que es, y ninguna tan importante como su apasionada defensa de la integridad de las colecciones. Si el visitante del Prado puede disfrutar en su visita al museo de obras maestras de Van der Weyden, El Bosco o Tintoretto, bueno es que sepa que lo debe en gran medida a su tes¨®n. La firmeza que demostr¨® entonces no era, sin embargo, incompatible con una innata voluntad de di¨¢logo. Los espa?oles se beneficiaron de ella durante la Transici¨®n, el Museo del Prado en los ¨²ltimos siete a?os, ya fuera en el seno del Patronato, en el desempe?o de la vida diaria o en la relaci¨®n cotidiana con los trabajadores. Tambi¨¦n quien esto escribe, que ha recibido durante dos a?os semanales lecciones vitales y profesionales y un apoyo constante a su gesti¨®n.
Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca asumi¨® con naturalidad desde el primer momento el honor y la responsabilidad que acarreaba presidir la principal instituci¨®n cultural espa?ola, un museo superlativo pero que es tambi¨¦n mucho m¨¢s que un museo, sobre todo para nosotros, los espa?oles. Ha querido el destino que su fallecimiento coincida con el bicentenario de la instituci¨®n, en cuya preparaci¨®n tan activamente particip¨®, y anteceda solo en unos d¨ªas a la clausura de su exposici¨®n inaugural: Museo del Prado 1819-2019, un lugar de memoria, que con su ¨¦nfasis en la importancia de la legislaci¨®n en la preservaci¨®n y acrecentamiento de nuestro patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico, se erige en una suerte de homenaje p¨®stumo a las muchas virtudes e inquietudes de quien supo unir en su persona un talento jur¨ªdico excepcional con una sincera pasi¨®n por el arte.
Estar al frente de una instituci¨®n bicentenaria es motivo de enorme orgullo pero tambi¨¦n una invitaci¨®n a la humildad, pues recuerda que nuestra labor solo es importante en la medida en que somos capaces de transmitir un legado en mejores condiciones de c¨®mo lo recibimos. Jos¨¦ Pedro puede estar orgulloso de haber satisfecho con brillantez ese cometido, pues deja un Museo del Prado a¨²n mejor del que encontr¨®, hermoseado con nuevas obras maestras, como esa portentosa Virgen de la Granada, de Fra Angelico, en cuya adquisici¨®n tanto se afan¨®, y con un s¨®lido proyecto para la culminaci¨®n de su expansi¨®n f¨ªsica, mediante la incorporaci¨®n del Sal¨®n de Reinos. Por estas y tantas otras cosas, mil gracias, en nombre del Museo del Prado y de todos los espa?oles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.