El dinero que quema

En una memorable secuencia de En tierra hostil (Kathryn Bigelow, 2008), su protagonista, un maestro en la desactivaci¨®n de bombas en la guerra de Irak, un yonqui de la adrenalina que en algunos genera la batalla, sufr¨ªa un ataque de ansiedad durante un permiso en EE UU ante la inmensidad de un pasillo de supermercado repleto de cajas de cereales.

Aquella secuencia, escrita por Mark Boal, podr¨ªa tener su continuaci¨®n, a?os despu¨¦s, en el retrato inicial de personajes de Triple frontera, historia perge?ada de nuevo por Boal, con Bigelow esta vez como productora, direcci¨®n de J. C. Chandor, y que se estrena el pr¨®ximo mi¨¦rcoles en Netflix. Es la imposibilidad de una vida civil, la lacra que tantos soldados sufren tras su retiro, a la espera de una mecha que vuelva a encender unas vidas ahora apagadas, vendiendo casas, dando aburridas charlas a los nuevos combatientes, d¨¢ndose de tortas por cuatro pavos en un garito infecto. Y esa chispa, la que los devuelve a la refriega y, de paso, puede hacerles ricos, va a ser una acci¨®n puntual contra el narco en la selva colombiana.

Compuesta en tres actos bien diferenciados, el reclutamiento del grupo, con ecos estructurales y de personajes de Los siete samur¨¢is y todos sus afluentes posteriores, el asalto a la casa de un rey de la coca¨ªna, y la posterior huida, la pel¨ªcula tiene en el trabajo de Chandor a uno de los ¨²ltimos reductos del clasicismo americano. Como James Gray, Jeff Nichols y Taylor Sheridan, el director de El a?o m¨¢s violento huye de los fuegos de artificio contempor¨¢neos con la puesta en escena y el montaje, y se luce con el fuera de campo en las secuencias m¨¢s violentas, con la calma en la edici¨®n, y con la sosegada fluidez de la acci¨®n, expuesta en parad¨®jicamente c¨¢lidos planos secuencia rodados con la steadycam.

Sin embargo, y a pesar de las diferencias en cuanto a la direcci¨®n, los dos primeros actos, los di¨¢logos y los acontecimientos escritos por Boal (En el valle de Elah, La noche m¨¢s oscura) con la ayuda de Chandor, copados por la camarader¨ªa, el honor y la virilidad del grupo (y de su fant¨¢stico reparto), bien podr¨ªan ser de una producci¨®n de Michael Bay o de Peter Berg. Es, en cambio, en su ins¨®lito tercer segmento narrativo cuando Triple frontera coge vuelo. En esa encrucijada entre la avaricia, la ¨¦tica y la supervivencia; en las grietas en el grupo. Es el dinero que quema, y las cenizas que deja, en una pel¨ªcula, de todos modos, m¨¢s cercana al esp¨ªritu aventurero y desvergonzado de obras como 12 del pat¨ªbulo y Los violentos de Kelly, que de la gravedad de las anteriores obras de Boal y Chandor.