Maldito pa¨ªs, Venezuela
Karina Sainz Borgo se estrena con una novela meritoria pero algo maniquea sobre la vida en una Caracas degradada
Desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, Karina Sainz Borgo (Caracas, 1982) vive en Espa?a, donde es una respetada periodista cultural. Precisamente por cualidades de su escritura (condensaci¨®n, capacidad de dar con met¨¢foras vivas, finura en el gusto, exigencia intelectual) que se manifiestan con mayor despliegue en esta primera novela, La hija de la espa?ola, uno de esos raros ¨¦xitos editoriales desde antes de su publicaci¨®n: la novela ha sido contratada en 22 pa¨ªses, como destacan las solapas del libro. Decir ¨¦xito editorial no es lo mismo que decir ¨¦xito literario, pues la virtud del primero se mide sobre todo en su posibilidad de encarnar varios targets de mercado. Y es evidente la oportunidad de esta novela sobre la Venezuela actual, con grandes personajes femeninos, dosis exactas de color local y una fluida alternancia de escenas de violencia pol¨ªtica con otras de una nostalgia bien trabajada, tanto literaria como pol¨ªticamente. Porque La hija de la espa?ola es una obra de propaganda, y la aguerrida toma de partido lastra esta interesante primera novela.
Resumamos la trama desde la perspectiva de su protagonista y narradora: Adelaida Falc¨®n, correctora freelance de una editorial extranjera, acaba de quedarse hu¨¦rfana. Sobrevive en una Caracas degradada. El Estado se al¨ªa con la delincuencia para destruir el tejido social de una vulnerable clase media, y ella pronto tiene que huir de su casa, ocupada por un grupo de mujeres afines al chavismo dedicadas al estraperlo. De repente surge la posibilidad de suplantar la personalidad de una espa?ola y huir por fin del ¡°maldito pa¨ªs¡± que ha truncado, por medio de una brutalidad aleatoria y sistem¨¢tica, los destinos de quienes s¨®lo quer¨ªan vivir una vida normal. As¨ª, en la novela se alternan breves cap¨ªtulos dedicados a un presente incendiado con otros que recuperan un pasado m¨¢s o menos nost¨¢lgico, pero que sirven, sobre todo, para encajar los engranajes de la trama.
Si antes hemos destacado el talento de Sainz Borgo con las met¨¢foras (condensar con sencillez un mundo complejo), tambi¨¦n sobresale su an¨¢lisis de la construcci¨®n del imaginario de la clase media venezolana, la compleja tensi¨®n de diversos elementos: por ejemplo, la cultura ¡°cosm¨¦tica¡±, el imperativo de la seducci¨®n; o el orgullo por la riqu¨ªsima tradici¨®n de vanguardia literaria y art¨ªstica nacional, cortada de golpe por ¡°la revoluci¨®n¡±.
Pero La hija de la espa?ola no aplica esta exigencia en la construcci¨®n del Otro. Es una novela con buenos y malos, por momentos m¨¢s cerca de La Pimpinela Escarlata que de Los demonios. Los ¡°hijos de la revoluci¨®n¡± pasan a llamarse bastardos, y son: vulgares, bestias, con un olor agrio y oscuro, semianalfabetos, incultos, morenos, obesos; e incluso muestran ¡°la feminidad en su m¨¢s amplio y esperp¨¦ntico esplendor¡±. En su problem¨¢tico clasismo y racismo, la narradora llega a comparar el desorden de Caracas con ¡°una merienda de negros¡±. ?C¨®mo se habr¨¢ traducido esta expresi¨®n a otras lenguas? Adem¨¢s, el tremendismo de las escenas de violencia neutraliza uno de los m¨¢s perversos instrumentos del poder totalitario, se llame o no democr¨¢tico: el miedo. En La hija de la espa?ola no se siente miedo, sino un v¨¦rtigo de pudrici¨®n, heces y cuerpos amontonados.
Son los elementos m¨¢s dudosos de una novela con sobradas virtudes, pero que no logra transformar el resentimiento (muy presente, incluso en la invocaci¨®n a Thomas Bernhard) en un rotundo artefacto literario.
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Autor: Karina Sainz Borgo.
Editorial: Lumen (2019).
Formato: tapa blanda y versi¨®n Kindle (224 p¨¢ginas).
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