Seamos el virus
Matadero Madrid acoge el trabajo audiovisual de la artista Mar¨ªa Ruido, una invitaci¨®n a pensar el poder de las im¨¢genes y su fuerza narrativa
Tras algo m¨¢s de un a?o al frente de la direcci¨®n art¨ªstica de Matadero, empiezan a verse las ideas que hay tras el proyecto de Rosa Ferr¨¦. Quien conoce a esta comisaria y gestora formada en literatura comparada sabe que le encanta llegar al arte desde muy diferentes frentes. Seguramente esa sea su virtud: hacer una trabajo de conexi¨®n, donde los contenidos buscan sus formatos, y no al rev¨¦s. Por eso, uno de los programas que replante¨® al llegar fue Abierto x Obras, lo que ahora conocemos como Nave 0. Recuerden: la antigua c¨¢mara frigor¨ªfica convertida en espacio de proyectos para artistas. El giro es notable en su Profundidad de campo, la del audiovisual, y esos creadores que desarrollan su obra en formato v¨ªdeo, dialogan con el cine o proponen instalaciones con im¨¢genes en movimiento. No abundan las instituciones culturales con una programaci¨®n constante en arte audiovisual, pensada en torno a tem¨¢ticas y no a nombres, con un enfoque internacional y combinando sin distancias grandes trayectorias con otras m¨¢s emergentes. Una haza?a tras la que est¨¢ tambi¨¦n la comisaria Ana Ara.
Mar¨ªa Ruido (Ginzo de Limia, 1967) encaja perfectamente en el actual ciclo dedicado a la violencia que inaugur¨® hace unos meses el japon¨¦s Meiro Koizumi. La que recoge su trabajo es, en muchos casos, una violencia latente e impl¨ªcita. Un ¡°cine de museo¡± que vemos tambi¨¦n en el circuito cinematogr¨¢fico y que habita en ese rico lugar de lo interdisciplinar, el que permite trabajar sin c¨¢nones y crear una genealog¨ªa propia tensando los l¨ªmites de la instalaci¨®n audiovisual, el documental, la pel¨ªcula o el ensayo visual. Ese es el gran punto de partida, la circulaci¨®n de ideas, que muchas veces nacen de las palabras y los libros, y pasan a las im¨¢genes. No en vano, viene del mundo de la teor¨ªa, de la historia, los estudios culturales y de ese repensamiento desde la palabra hasta la imagen, el terreno que ocupan otras muchas artistas como Martha Rosler, Adrian Piper o Hito Steyer. Para ella, hacer una pel¨ªcula es como editar un texto, sobre todo uno lleno de preguntas. D¨®nde est¨¢ la voz de las mujeres y del lenguaje como herramienta pol¨ªtica es la que propone La voz humana (1998), el trabajo m¨¢s antiguo recogido aqu¨ª y de los pocos en los que la artista es la ¨²nica protagonista. Cu¨¢l es la memoria oficial de la Transici¨®n es lo que plantea Lo que no puede ser visto debe ser mostrado (2010), y c¨®mo ha cambiado el capitalismo industrial la idea de clase trabajadora es la base de ElectroClass (2011).
En Mater Amat¨ªsima (2017), uno de sus mejores trabajos, ahonda en los imaginarios y discursos sobre la maternidad en una sociedad todav¨ªa caracterizada por las relaciones patriarcales y el apoyo a los valores familiares. Bajo el mito de Medea y de madres asesinas como el conocido caso de Asunta, la pel¨ªcula trata de ser una herramienta de trabajo y pensamiento sobre los modelos de familia y sobre la idea de si elegimos de verdad ser madres y qu¨¦ modelo de maternidad queremos. Una generosidad de planteamiento que alcanza la propia biograf¨ªa de la artista, seguramente el gran tema de fondo de su trabajo. El ¨²ltimo, Estado de malestar (2018), una lectura del sufrimiento ps¨ªquico en tiempos de realismo capitalista, se proyectar¨¢ en la Cineteca de Matadero el pr¨®ximo 30 de marzo. Ser¨¢ el colof¨®n a su carta blanca para comisariar un ciclo de cine firmado por mujeres cineastas muy poco conocidas en Espa?a.
Mar¨ªa Ruido habla de feminismo, de capitalismo contempor¨¢neo, de pensamiento poscolonial, de microeconom¨ªa, de esfera p¨²blica, de neoliberalismo, de las huellas del franquismo, de contranarrativas hist¨®ricas, de las formas de poder, de sexismo, de la divisi¨®n global del trabajo y de las pol¨ªticas de g¨¦nero. Pero tambi¨¦n, de marcos invisibles e intangibles como el dolor, la memoria, el hartazgo, las escalas de valor, lo afectivo, la identidad, la idea de pertenencia, la de resistencia, o la potencia viral de lo colectivo. Pero, sobre todo, habla del amor y de la importancia e impotencia del lenguaje. Y eso mismo provoca. Pocos trabajos interpelan tanto como el suyo. Im¨¢genes que piensan tambi¨¦n en nosotras.
Mar¨ªa Ruido. Matadero Madrid. Del 13 de marzo al 5 de mayo.
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