Mi casa es un mundo (o varios)

Animar a un ni?o empa?ando con su aliento el cristal de una ventana, mientras espera la llegada de sus padres con su hermana reci¨¦n nacida, tiene mucho de declaraci¨®n de intenciones. Mamoru Hosoda, uno de los m¨¢s destacados renovadores de la animaci¨®n japonesa surgidos al margen del estudio Ghibli, se acerca con esa imagen a las po¨¦ticas fr¨¢giles de Miyazaki e Takahata, impresi¨®n reforzada por la redondez del dise?o de ese ni?o protagonista y de la beb¨¦ que pondr¨¢ en crisis su peque?o mundo, rasgo estil¨ªstico en claro contraste con la angulosidad del trazo caracter¨ªstico del autor. El significado de ese vaho exhalado durante la espera se extiende un poco m¨¢s all¨¢: Mirai, mi hermana peque?a, s¨¦ptimo largometraje del director y quinta de sus obras de autor ¨Clas dos precedentes pertenec¨ªan a las sagas Digimon y One Piece-, marca un visible cambio en la filmograf¨ªa hosodiana, pues aqu¨ª se prolongan y reafirman obsesiones autorales e improntas estil¨ªsticas, al tiempo que se contiene la proverbial tendencia al desbordamiento del autor de El ni?o y la bestia (2015). El talento del cineasta para capturar un revelador gesto min¨²sculo encuentra en este largo su perfecto equilibrio con su gusto por el vuelo fant¨¢stico.

En Mirai, mi hermana peque?a la fluida animaci¨®n de Hosoda proporciona un buen n¨²mero de gloriosos momentos apoyados en la observaci¨®n gestual ¨Clos juegos del protagonista con el rostro de su hermana hasta que ¨¦sta estalla en llanto-, aunque no resulta menos asombroso el modo en que el cineasta aprovecha la estilizaci¨®n de las formas para experimentar con el lenguaje cinematogr¨¢fico: los desplazamientos de la c¨¢mara por el espacio al servicio de la compresi¨®n temporal de escenas cotidianas o el travelling circular que introduce las inmersiones en lo fant¨¢stico son un buen ejemplo de ello en este trabajo que funde con acierto lo digital y lo artesanal. Relato de aprendizaje donde lo m¨¢gico es prolongaci¨®n de lo real, Mirai, mi hermana peque?a tambi¨¦n muestra a un valiente Hosoda tanteando formas tan inesperadas como la de ese empleado ferroviario que podr¨ªa haber salido de un corto checo de animaci¨®n de recortes.