Lingote de baratija

Director argentino afincado en Espa?a, Alejo Flah debut¨® en el largometraje con una coproducci¨®n entre ambos pa¨ªses, la muy simp¨¢tica Sexo f¨¢cil, pel¨ªculas tristes: comedia rom¨¢ntica metaling¨¹¨ªstica sobre el arte de escribir cine, que hund¨ªa su mirada en la rendici¨®n al estereotipo, tanto del argentino como del gallego, pero solvent¨¢ndolo con varios niveles de representaci¨®n en los que el clich¨¦ mutaba en original ejercicio de funambulismo creativo.

Cinco a?os despu¨¦s, Flah repite en Espa?a con otra comedia, esta vez en forma de road movie, tambi¨¦n asentada en el arquetipo de c¨®mo nos vemos mutuamente, pero esta vez el baj¨®n de calidad es bien profundo. Taxi a Gibraltar parte de una leyenda urbana de infinitas posibilidades (la existencia de lingotes de oro en los t¨²neles secretos del pe?¨®n, desde el asedio nazi del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial), y con ella Flah articula una comedia despendolada, escrita junto a Fernando Navarro, donde hay muy poco salvable.

El personaje del timador argentino carece de un dibujo atractivo, acuciado por la falta de vis c¨®mica de Joaqu¨ªn Furriel, y a cada paso es m¨¢s incoherente en sus dudas. La comedia f¨ªsica y la acci¨®n es casi pedestre. De nada le sirve el concepto de pel¨ªcula de carretera, ya que ni los encuentros sucesivos ni el paisaje inciden lo m¨¢s m¨ªnimo en el interior de los personajes. Y aunque la verosimilitud no sea esencial en este tipo de bufonadas, al menos deber¨ªa buscarse una cierta l¨®gica visual y narrativa sobre c¨®mo y por qu¨¦ entran y salen de cada escenario, aparte de d¨®nde encuentran y guardan ropas, mochilas y utensilios varios.

Con un cargamento de clich¨¦s alrededor de c¨®mo vemos al argentino (psicoanalista, locuaz, lig¨®n, futbolero¡­) y c¨®mo ven ellos al andaluz de pueblo, al llanito de Gibraltar y hasta la dicotom¨ªa entre taxistas y conductores de VTC, la pel¨ªcula obliga a los int¨¦rpretes a lidiar con unos di¨¢logos de poca o nula gracia. Y, a pesar de todo, de ah¨ª sale indemne Dani Rovira, el ¨²nico que clava casa frase, adem¨¢s de Jos¨¦ Manuel Poga y Fernanda Orazi, magn¨ªfica actriz teatral en su debut en cine, capaces ambos de mostrar cualidades con dos papeles casi inexistentes y en apenas unas frases.