Christine Spengler: la esperanza en medio del caos
Un documental y una exposici¨®n recorren la vida de la artista, cuya visi¨®n del mundo es un canto a la esperanza, parad¨®jicamente a trav¨¦s de la guerra.
Dice haber nacido el mismo d¨ªa en que tom¨® su primera fotograf¨ªa. En el Chad, en 1970, en el instante en que con 23 a?os tom¨® la c¨¢mara de su hermano Eric para fotografiar los enfrentamientos de los guerreros tubus?contra el ej¨¦rcito franc¨¦s. Christine Spengler hab¨ªa nacido para ser corresponsal de guerra. ¡°Para dar testimonio de las causas justas siempre al lado de los m¨¢s desfavorecidos¡±, tal y como ella misma recuerda. Testigo de algunos de los conflictos b¨¦licos m¨¢s relevantes de la historia m¨¢s reciente, ha recorrido el mundo ¡°con la muerte como compa?era¡±, siendo capaz de entonar un canto a la vida. Todo ello a trav¨¦s de una mirada, y una actitud muy particular, que transita entre polos opuestos: entre la faz m¨¢s oscura del mundo y la luz; en ocasiones entre el surrealismo y la realidad; entre el desamparo y la esperanza.
L' Op¨¦ra du munde es el t¨ªtulo de la retrospectiva que el Museo de la Fotograf¨ªa Charles N¨¨gre de Niza dedica a la artista. La muestra incluye sus im¨¢genes de guerra m¨¢s ic¨®nicas, realizadas en blanco y negro, as¨ª como sus fotomontajes en color. De la misma forma, se presenta en la 22 edici¨®n del Festival de M¨¢laga el documental Moonface:una mujer en la guerra, dirigido por Xavi Herrero, que ha obtenido una Biznaga de Plata? (dentro de la secci¨®n Afirmando los Derechos de las Mujeres). Narrado por la propia artista, la pel¨ªcula explora el lado m¨¢s intimista y desconocido de la autora. Ahonda en las figuras que marcar¨¢n su existencia: su hermano Eric, su madre (la artista surrealista Huguette Spengler) y su compa?ero Philippe Warner, quien nos ofrece uno de los momentos m¨¢s divertidos y tiernos del documental interpretando una de sus canciones. ¡°Me sorprendi¨® encontrarme con una persona que confesaba que en algunos momentos de su vida no le hubiese importado morir, y sin embargo el mensaje que lanzaba con sus fotograf¨ªas era completamente opuesto¡±, destaca el cineasta.
Moonface, cara de luna, era el nombre con el que conoc¨ªan los soldados en Vietnam a la intr¨¦pida fotorreportera, quien dice apelar a su ¡°coraz¨®n y mirada de mujer¡± como motor de su obra y quien ha sabido aprovechar su condici¨®n de mujer para abrirse puertas en un mundo predominantemente masculino: ¡°Ning¨²n hombre podr¨ªa haber fotografiado a mujeres ba?¨¢ndose en el mar Caspio en Ir¨¢n o acceder a un hospital de mujeres en Afganist¨¢n¡±.
Su infancia transcurri¨® en Madrid, donde lleg¨® tras el divorcio de sus padres. ¡°Si nunca he tenido miedo a la muerte es porque soy creyente, y eso lo debo a mi infancia espa?ola¡±, destaca la artista. Dos veces por semana visitaba el museo del Prado. ¡°Me fascinaba m¨¢s Goya que Vel¨¢zquez. Me desenvolv¨ªa mejor en el dolor que en la felicidad¡±. Mirando la obra del aragon¨¦s aprendi¨® a encuadrar una imagen. ¡°Yo no sab¨ªa qui¨¦n era Capa¡±, afirma. Fue su ¡°ojo virgen¡± el impulsor de un estilo que a?os m¨¢s tarde sedujo a los responsables de las publicaciones de prensa m¨¢s relevantes de distintos lugares del mundo. La primera imagen que tom¨® muestra a dos combatientes tubus, cogidos de la mano portando un Kalashnikov sobre sus hombros. Se public¨® en el diario Informaciones, era la epifan¨ªa de una artista quien hasta ese momento hab¨ªa cre¨ªdo que la escritura era su principal vocaci¨®n.
Decidi¨® ir a Irlanda del Norte, a aprender el oficio sobre el terreno. All¨ª conoci¨® a Don McCullin, de quien aprendi¨® a hacer aquello que le dictase el coraz¨®n. Fue estando en Vietnam cuando se enter¨® del suicidio de su hermano Eric. De ah¨ª viene esa ¡°llaga interna¡±, que cree que acompa?a a todo corresponsal de guerra. ¡°Mi deseo m¨¢s profundo y secreto era morir¡±, afirma. ¡°Me di cuenta de que mi duelo personal iba a ser menos tr¨¢gico en la guerra¡±, recuerda la autora, quien al ver a un ni?o velando el cuerpo de su padre concluy¨® que ¡°el suicidio es un lujo en nuestra civilizaci¨®n. En las guerras la gente y los ni?os sobre todo lo que quieren es sobrevivir y re¨ªr. Me percat¨¦ de que yo ten¨ªa que estar al lado de la vida¡±.
Aprendi¨® que aquello que le interesaba de la guerra eran las v¨ªctimas. Que una buena foto no necesita un pie, y que ¡°una imagen no vale mil palabras¡±. Necesitaba tambi¨¦n ¡°escribir sobre los gritos de la poblaci¨®n que hu¨ªa de la ardiente jungla de Phnom Penh, los caballos que relinchaban en el humo y especialmente el olor. La muerte que impregn¨® mi ropa y me persigui¨® por los pasillos del Royal Hotel¡±.
Sus primeros fotomontajes los realiz¨® diez a?os despu¨¦s de la muerte de Eric. La idea surgi¨® al tener que enfrentarse a la visita de la tumba de su hermano. Inspirada en las tumbas de los m¨¢rtires de Ir¨¢n, comenz¨® a incorporar color, objetos personales y p¨¦talos de rosas a las im¨¢genes como una forma de eliminar ¡°la frontera entre los vivos y los muertos. Estas naturalezas muertas en colores que realic¨¦ durante a?os, me permitieron sobrevivir¡±. Su obra ser¨ªa como una opera tan tr¨¢gica como sublime, donde ¡°el rojo evoca la sangre de las guerras, pero tambi¨¦n expresa la pasi¨®n, la vida y el amor¡±.
Reconoce que aun le sigue gustando el riesgo, y recuerda como una de las grandes gratificaciones de su vida la frase que le dedic¨® el ministro de Cultura franc¨¦s al recibir la insignia de Caballero de la Legi¨®n de Honor: ¡°Felicito a la combatiente que siempre supo ver y plasmar la esperanza en medio del caos¡±. Su compa?ero Philippe hizo todo lo posible por retirarla de las guerras, pero no lo consigui¨®. No hace mucho la vio vestida con ropa negra y botas de goma. ¡°?Pero ad¨®nde vas?¡±, pregunt¨®. ¡°A la Jungla de Calais¡±, contest¨® la artista. All¨ª un joven migrante afgano miraba por la ventana de una tienda de campa?a negra pintada con grandes palomas de la paz. Lo capt¨® con su c¨¢mara en el momento justo. De un solo disparo.
Christine Spengler. L' Op¨¦ra du monde. Mus¨¦e de la Photographie Charles N¨¨gre. Niza. Hasta el 26 de mayo.
Moonface, una mujer en guerra. Festival de M¨¢laga. Cine en espa?ol. M¨¢laga. 15-24 de marzo.
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