Una carrera contra reloj contra el monstruo que todos llevamos dentro
El escritor F¨¦lix J. Palma enfrenta a un padre a sus peores pesadillas en su primer 'thriller'
?Qu¨¦ ser¨ªas capaz de hacer por tu hija? Con esta premisa, el escritor F¨¦lix J. Palma (Sanl¨²car de Barrameda, 1968) enfrenta a un padre a sus peores pesadillas en El abrazo del monstruo (Destino), su primera incursi¨®n en la novela negra. Pero el autor, que lleg¨® al thriller casi sin querer tras pasar del cuento a la novela con la saga de ficci¨®n Trilog¨ªa victoriana, afirma que el libro trasciende al g¨¦nero al abordar otra serie de temas m¨¢s all¨¢ de la investigaci¨®n criminal: el propio proceso creativo a la hora de escribir un libro, el amor paternal y de pareja y, sobre todo, c¨®mo afectan los traumas de la infancia al adulto en el que nos convertimos.
Diego Arce, un reconocido escritor de novelas de misterio que lleva ya demasiados a?os sin publicar nada de ¨¦xito, llega a su casa una noche de una fiesta con su mujer cuando descubre que su hija, Ariadna, ha sido secuestrada. Alguien ha decidido llevar a la realidad al villano que le catapult¨® a la fama, un psic¨®pata apodado el Monstruo que secuestraba ni?as en la Barcelona modernista. Ahora ser¨¢ su creador el que deber¨¢ pasar tres pruebas que tendr¨¢ que superar en directo a trav¨¦s de Internet si quiere recuperar a su hija. As¨ª comienza esta novela llena de giros narrativos en una carrera por descubrir qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s del apodo literario. Mientras, Diego tendr¨¢ que reconstruir su vida con la ayuda de su mujer y del inspector Rocamora para averiguar qui¨¦n puede desearle tanto mal.?
En la novela, aclara el autor, hay dos monstruos: ¡°El Monstruo real, con el que Diego se tiene que enfrentar y la polic¨ªa tiene que localizar, que es el que ha secuestrado a su hija; pero luego hay un monstruo metaf¨®rico, que es el que todos llevamos dentro, que est¨¢ hecho con los retales de nuestra cobard¨ªa, de nuestras inseguridades¡±. Para Palma era importante reflejar que Diego ni es, ni se ha considerado nunca un h¨¦roe, que el inter¨¦s recayese en que no fuera un padre modelo. Y ante los dilemas que se le plantean queda patente la poca confianza del propio protagonista en s¨ª mismo, lo que lo vuelve m¨¢s humano que h¨¦roe, papel que se le otorga en exclusiva al inspector de polic¨ªa.
¡°Qu¨¦ pasar¨ªas si¡¡±. Y a partir de ah¨ª ¡°puedes poner cualquier cosa¡±. Palma, que tambi¨¦n es coach literario y profesor de talleres literarios, explica el ejercicio que usa con sus alumnos para vencer el bloqueo creativo con el que comenz¨® la idea de la novela. Y complet¨® la frase: ¡°Qu¨¦ pasar¨ªa si un autor de novela negra, de estos que tienen un villano con un plan malvado que nunca consigue terminar porque la polic¨ªa siempre se lo impide, qu¨¦ pasar¨ªa si ese villano, en vez de vengarse de la polic¨ªa, sale de la novela y se venga del autor¡±. Y luego la fue concretando m¨¢s. Admite que le gust¨® por esos ecos a Stephen King, cuyos protagonistas son tambi¨¦n escritores y sus novelas met¨¢foras del proceso creativo.
Vivir del cuento
¡°Los escritores somos aut¨®nomos, y generalmente mileuristas¡±, afirma F¨¦lix J. Palma. ¡°La literatura tampoco es la panacea, o tienes ¨¦xito y vives bien, pero esos escritores se cuentan con una mano, o eres de los que hacen bulto en las librer¨ªas, y la mayor¨ªa no tenemos unos ingresos boyantes. Tienes un poco que mal vivir y buscar otras cosas¡±. Desde que de ni?o descubri¨® el programa televisivo Alfred Hitchcock presenta, este autor tuvo claro que eso era lo que quer¨ªa hacer, contar historias. Y comenz¨® con los cuentos.
Palma confiesa que le encanta el cuento, le gustan sus normas (no oficiales), ¡°que si las respetas, te puede salir algo bueno¡±. Y con esta tradici¨®n de sorpresas finales y giros inesperados, propios del formato corto, afronta sus novelas, cuyo salto result¨® irremediable. ¡°El cuento est¨¢ muy limitado por el espacio y no te permite desarrollar personajes ni hacer tramas complicadas¡±, dice. Pero el cambio no fue solo un requerimiento art¨ªstico, se?ala, sino tambi¨¦n comercial. ¡°Porque el cuento en Espa?a, la verdad, es un g¨¦nero muy minoritario, y si yo quer¨ªa vivir de mi obra ten¨ªa que escribir novelas, con cuentos es muy dif¨ªcil¡±.
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