David Wojnarowicz: una f¨¦rtil paranoia
Una exposici¨®n re¨²ne la fotograf¨ªa del vers¨¢til artista norteamericano, cuya obra resuena en tiempos de incertidumbre pol¨ªtica
Durante la d¨¦cada de los ochenta, en las maltrechas calles del Lower East Side neoyorquino, una generaci¨®n de inmigrantes, artistas y marginados buscaba su lugar en el mundo alejada de una sociedad intolerante, a la que sin duda alguna contribu¨ªa a enriquecer. En este n¨²cleo de efervescencia de la cultura underground encontr¨® David Wojnarowicz (1954-1992) su voz, y la alz¨® como figura central. Veinticinco a?os despu¨¦s de su muerte, la obra del polifac¨¦tico autor est¨¢ siendo revisada dentro del canon del arte contempor¨¢neo m¨¢s all¨¢ de la etiqueta de contestatario artista gay. El Whitney Museum abri¨® la brecha, tras dedicarle una gran retrospectiva que llegar¨¢ al Reina Sof¨ªa a finales de mayo. Mientras, el KW?Institute of Contemporary Art de Berl¨ªn exhibe David Wojnarowicz. Photography & Film 1978- 1992, donde a trav¨¦s de 150 obras (que incluyen fotograf¨ªas, pel¨ªculas en 16 mm y super-8 y v¨ªdeos) se profundiza en una obra ¡°tan sumamente personal como fuertemente pol¨ªtica¡±, tal y como la describe su comisaria, Krist Gruijthuijsen.
Wojnarowicz fue el paradigma del outsider. Descre¨ªdo ante cualquier tipo de instituci¨®n, lo suyo eran los m¨¢rgenes, la b¨²squeda de la belleza en medio de la fealdad, un grito de ira contra la injusticia y la discriminaci¨®n, en una ¨¦poca en la que el sida, categorizado como un azote divino por algunos sectores de la sociedad americana, diezmaba la comunidad gay. Tambi¨¦n acab¨® con ¨¦l. A los 37 a?os dejaba tras s¨ª cientos de obras de arte donde exteriorizaba su rabia y dolor a trav¨¦s de la fotograf¨ªa, el cine, la pintura, la performance, as¨ª como la escritura. ¡°El infierno es un lugar en la tierra. El cielo es un lugar en vuestros corazones¡±. escrib¨ªa el artista. ¡°La furia y la desconfianza que manifestaba el artista con respecto a la negligente actitud del gobierno de Reagan en los ochenta resuena en la pol¨ªtica actual, donde se ponen en marcha estrategias similares¡±, se?ala la comisaria. ¡°Utiliz¨® su voz de artista para luchar por una causa y enfatiz¨® que lo personal es ciertamente pol¨ªtico¡±.
Naci¨® en Nueva Jersey. Su infancia estuvo marcada por la soledad, la violencia y el abandono. Tras el divorcio de sus padres se traslad¨® a Nueva York con su madre. Pronto comenz¨® a pasear por los lugares m¨¢s s¨®rdidos del extrarradio de la ciudad. A los 12 a?os un hombre le pag¨® por tener sexo, ser¨ªa el comienzo de su experiencia como chapero. Estudi¨® en el High School of Music and Art de Manhattan, pero nunca se gradu¨®. A los 17 a?os abandon¨® la casa materna. La calle se convirti¨® en su hogar; la coca¨ªna, y m¨¢s tarde la hero¨ªna, en su refugio. La vida sin un techo era sin¨®nimo de libertad para su alma ind¨®mita. El arte y el sexo se convirtieron en el motor de su vida. Ambas llevaban impl¨ªcito el riesgo. Siempre se consider¨® un superviviente en lucha con su instinto de autodestrucci¨®n. ¡°?Qu¨¦ significa que tu deseo sea ilegal? Miedo, frustraci¨®n, ir¨¢, s¨ª, pero tambi¨¦n un despertar pol¨ªtico, una f¨¦rtil paranoia. Mi homosexualidad fue una cu?a que lentamente me distanciaba de una sociedad enferma¡±, escribi¨®.
Trabaj¨® junto a Keith Harring de camarero. Tuvo una banda, 3 Teen Kill 4, donde los sonidos interpretados con juguetes de ni?os se mezclaban con sonidos grabados indiscriminadamente. A principios de los setenta, realizar¨ªa una serie de fotograf¨ªas en blanco y negro, donde posaba o hacia posar a sus amistades con una careta del poeta Arthur Rimbaud en distintos lugares de la ciudad. Estos estaban relacionados con sus experiencias personales. Yuxtapon¨ªa anacr¨®nicamente el tiempo, el espacio y la actividad, relacionando la identidad del poeta simbolista con la suya propia.
¡°Mi hermano, mi padre, mi lazo emocional con el mundo¡±. as¨ª se refer¨ªa Wojnarowicz a otra figura, fundamental en su vida: su amante y mentor el fot¨®grafo Peter Hujar. ¡°Fue ¨¦l quien le indujo a convertirse en un artista visual, destaca Cynthia Carr, su bi¨®grafa, autora de Fire in the belly. The life and times of David Woijnarowicz. ¡°Por aquel tiempo practicaba fundamentalmente el dibujo.Hab¨ªa? publicado su primer libro,?Sounds in the distance,?una serie de mon¨®logos de los personajes marginados que iba encontrando en sus viajes. Ya? hab¨ªa finalizado la serie de Rimbaud pero no se consideraba un artista visual. Hujar consigui¨® incluir una de sus obras en una exposici¨®n comisariada por un conocido, en la que participaban Julian Schnabel y David Hockney. As¨ª comenz¨® a producir m¨¢s obra y pas¨® a ser representado por una de las galer¨ªas del East Village¡±.
Con frecuencia la fotograf¨ªa constituy¨® la base de su obra, que a veces combinaba con otros medios. Muchas veces la practicaban en colaboraci¨®n con otros artistas. ¡°Eran pocas las veces que pod¨ªa contar con un laboratorio o tener el suficiente dinero para alquilar uno¡±, recuerda su bi¨®grafa. ¡°Cuando muri¨® Hujar, se traslad¨® a su apartamento donde hab¨ªa un cuarto oscuro, lo que le habilit¨® a indagar m¨¢s en el medio¡±. Hujar muri¨® de sida en 1987. Wojnarowicz filmar¨ªa y fotografiar¨ªa entonces su cabeza, sus manos y sus pies. El v¨ªdeo Fragments for a film about Peter incluye parte de este material y supone un duro testimonio, tan crudo como tierno. ¡°Hujar era lo m¨¢s importante de su vida. Ten¨ªa mucha influencia sobre ¨¦l. Consigui¨® alejarle de la hero¨ªna. David le cuid¨® hasta el final¡±, cuenta Carr. ¡°Cuando la gente que le rodeaba empez¨® a enfermar y fue consciente de su lucha por mantenerse vivos, se dio cuenta de que no pod¨ªa seguir relacion¨¢ndose con gente autodestructiva¡±. Meses despu¨¦s de la muerte de Hujar, Wojnarowicz fue diagnosticado tambi¨¦n de sida.
Uno de los motivos que llev¨® a Carr a escribir la biograf¨ªa del artista fue ¡°querer mostrar a las nuevas generaciones lo que supuso la epidemia. Creo que la gente joven no sabe lo que fue. Es dif¨ªcil imaginarlo¡±, afirma. Pero tambi¨¦n quiso profundizar en la escena art¨ªstica de East Village y las guerras culturales. ¡°Wojnarowicz fue una figura central en estas tres vertientes. Fue objetivo de la censura junto con Mapplethorpe y Andr¨¦s Serrano. Por aquel entonces la derecha quiso suprimir las ayudas de la National Endowment for the Arts (Fundaci¨®n Nacional para las Artes), y la Asociaci¨®n Americana de la Familia le acus¨® de? inmoral por utilizar la figura de Cristo pinch¨¢ndose como un yonki en una de sus obras. Mi opini¨®n es que utiliz¨® la figura para destacar la cercan¨ªa tanto de Cristo como de s¨ª mismo con los marginales y desfavorecidos¡±.
La exposici¨®n tambi¨¦n incluye la serie Untitled, the sex series (for Marion Scemama) (1989), compuesta por fotomontajes en blanco y negro donde se yuxtaponen im¨¢genes de sexo inscritas en un c¨ªrculo sobre distintos paisajes. El c¨ªrculo hace referencia a las im¨¢genes captadas a trav¨¦s de prism¨¢ticos o telescopios en clara alusi¨®n a la injerencia del Estado y la Iglesia en la vida privada. ¡°Fueron varios los que pensaron que este trabajo no hab¨ªa sido realizado por el artista, debido a la complejidad que implica en el laboratorio¡±, dice Carr. ¡°Pero ten¨ªa un talento incre¨ªble. Y era muy carism¨¢tico. La gente gravitaba a su alrededor en busca de cierta autoridad moral".
¡°Algo que pas¨¦ por alto en mi libro fue su sentido del humor, que a veces quedaba camuflado por su ira. Era muy pol¨ªtico¡±, resalta Carr. ¡°No le importaba el estatus, ni el dinero. Existe un mensaje en su obra que ¨¦l quer¨ªa lanzar. Lo importante es el mensaje y esto es algo que aun funciona hoy en d¨ªa. Algo que resulta estimulante para la gente, porque, en cierto sentido, no predomina en estos d¨ªas. Tuvo el coraje de hacer exactamente lo que cre¨ªa que estaba bien. Y eso es realmente admirable¡±.
David Wojnarowicz. Photography & Film 1978- 1992. KW Institute of Contemporary Art, Berl¨ªn. Hasta el 5 de mayo.
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