Jenny Holzer alza la voz y las palabras contra el poder
El Guggenheim Bilbao acoge una completa muestra de la artista estadounidense
Mucho antes de la invenci¨®n de las redes sociales una jovenc¨ªsima Jenny Holzer (Gallipolis, Ohio, 1950), descubri¨®, a mediados de los setenta, una forma de denunciar las injusticias y abusos ejercidas sobre la poblaci¨®n, en particular las mujeres. Colocaba carteles en Times Square y alrededores con textos (que bautiz¨® como truismos) contundentes e invitaba a otros a hacer lo mismo. Su salto a la fama se produjo en 1982, cuando se atrevi¨® a reprogramar un cartel publicitario de luz ledes con mensajes como Prot¨¦geme de lo que quiero o El abuso de poder viene por sorpresa. Desde entonces, Holzer no ha parado de extender su obra por todo el mundo, siempre sobre los mismos asuntos: el poder, la violencia, la memoria, el amor, el sexo y la muerte. Todo ello se puede contemplar en la exposici¨®n que el Guggenheim Bilbao mostrar¨¢ hasta el 9 de septiembre, en su segunda planta, aunque durante 10 d¨ªas se extender¨¢ a la fachada del edificio de Frank Gehry que da a la r¨ªa del Nervi¨®n. Patrocinada por el BBVA, la muestra lleva por t¨ªtulo Lo indescriptible, que mezcla piezas antiguas con otras realizadas expresamente para la ciudad vasca.
Con pantal¨®n azul marino, chaqueta negra y su cl¨¢sica melena al viento, Holzer lleg¨® a la sala de prensa del Guggenheim con aire de ir a hablar poco. Sus colaboradores hab¨ªan asegurado que la artista se limitar¨ªa a saludar y que no participar¨ªa en el recorrido habitual por la exposici¨®n. Pero las previsiones no van con ella y para sorpresa de todos no solo se explay¨® en el encuentro inicial con los periodistas, sino que despu¨¦s, seg¨²n se volv¨ªa a enfrentar ante cada una de sus instalaciones, rememor¨® la gestaci¨®n de cada una de ellas y habl¨® de todo lo que se le plante¨®, incluida la tranquila relaci¨®n con su hija y la pol¨ªtica estadounidense. Del presidente de su pa¨ªs, Donald Trump, asegur¨® que le queda una vida pol¨ªtica no muy larga, gracias a la fuerza de la protesta de las mujeres. ¡°Ganar¨¢n y echar¨¢n a Trump. Las mujeres ya no est¨¢n dispuestas a volver a la cueva nunca m¨¢s¡±, dijo con un amago de sonrisa en los labios. Poco antes de formular este deseo, Holzen se hab¨ªa definido como artista y como feminista, aunque precis¨® que ambos conceptos no tienen por qu¨¦ ser inseparables. ¡°Ser feminista est¨¢ en mi naturaleza, en mi vida. No puedo ver las cosas m¨¢s que como feminista. En ese sentido, mi obra es militante¡±.
En la primera sala, Holzer se ocupa de los refugiados que ha provocado la guerra civil en Siria. La obra recoge 131 relatos de testigos presenciales reunidos entre 2011 y 2016. Petra Joos, comisaria de la exposici¨®n conjuntamente con la artista, precisa que ¡°son entrevistas hechas con manifestantes civiles arrestados, detenidos y torturados por el r¨¦gimen de El Asad, as¨ª como con desertores del Ej¨¦rcito y de las agencias de inteligencia sirias; estos testimonios nos ofrecen una perspectiva de las promesas rotas de la Primavera ?rabe en Siria¡±. Lo que el visitante ve son palabras encadenadas en luminosos que caen desde el techo o toman la forma de viga vertical iluminada. En las proximidades, monta?as de huesos humanos adquiridos por Holzer en cementerios dan idea del destino de todos esos testigos.
La instalaci¨®n titulada Purple (2008) ocupa una gran sala iluminada en malva. 19 letreros led curvos, en forma de costillas humanas, se mueven y van escupiendo frases en ingl¨¦s y espa?ol, pertenecientes a personas agredidas o violadas, como le ocurri¨® en su infancia a la propia artista. Los textos son de Holzer, relacionados con las violaciones como arma de guerra utilizada en la antigua Yugoslavia.
A estas alturas del recorrido, alguien le pregunta si ve alguna contradicci¨®n entre ser una artista cotizada y que el material de su obra sea el sufrimiento m¨¢s descarnado. Holzer reconoce que puede haberlas, pero que es igual que exponer en un museo cuando se viene del arte callejero. Muy seria, responde: ¡°Son contradicciones inevitables¡±.
Proyecciones de luz al anochecer
Durante el par de semanas que Jenny Holzer ha pasado en Bilbao controlando de cerca el montaje de la exposici¨®n, no ha dudado en modificar peque?os detalles si no lo acababa de ver claro. Junto a su extenso equipo de historiadores, fot¨®grafos e inform¨¢ticos ha puesto especial atenci¨®n al exterior del museo, con proyecciones de luz desde el anochecer hasta las 21.30. Son 169 textos de 19 autores nacionales y extranjeros. El resultado es un deslumbrante paisaje junto a la Torre Iberdrola, de C¨¦sar Pelli; el Rectorado de la Universidad, de Siza; la Biblioteca de Deusto, de Moneo; el puente de Calatrava o la torre de viviendas de Isozaki.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.