Las series regresan al espacio en busca de esperanza
El g¨¦nero de la 'space-opera' recupera su fuerza tras un tiempo ausente con 'Star Trek' y 'The Expanse'
Son buenos tiempos para las distop¨ªas. El ¨¦xito de El cuento de la criada o Black Mirror como dos de las series m¨¢s populares lo demuestran. Son los tiempos que corren, y la televisi¨®n refleja nuestro estado de ¨¢nimo. Ambas se revuelcan en el sufrimiento de sus personajes, y tambi¨¦n del espectador, que convierten sus momentos ic¨®nicos en espejo de la realidad pol¨ªtica y social. Sus futuros existen, sin embargo, tambi¨¦n para consolarnos: demuestran que todo puede ser peor. Pero todav¨ªa existe un futuro de esperanza. El inesperado renacimiento de la epopeya espacial es un s¨ªntoma de que no todo est¨¢ perdido.
Naves, aliens y pol¨ªtica sideral. La space opera puede no ser siempre esperanzadora (?c¨®mo de divertido ser¨ªa eso?), pero es por definici¨®n optimista. Por malas que sean las condiciones, todas narran un futuro en el que no hemos sido calcinados por una bomba nuclear o esclavizados por el hombre y su tecnolog¨ªa, sino uno en el que la humanidad ha superado sus l¨ªmites gravitacionales y viaja all¨¢ donde nadie hab¨ªa llegado antes.
La batuta de esta feliz coincidencia la vuelve a manejar la franquicia Star Trek. Unos 53 a?os despu¨¦s de su estreno, la saga ha renacido en los tiempos del streaming gracias a Discovery, pero su marca no fue la primera en liderar esta moderna hornada. El m¨¦rito de ese logro es para Battlestar Galactica, que recicl¨® otra marca vetusta para mejorarla. Fue el veterano guionista de Star Trek, Ronald D. Moore, quien, tras el ataque a las Torres Gemelas, se olvid¨® de la nostalgia por la serie de aventuras setentera (incluso si enfurec¨ªa a sus seguidores) para aplicar al g¨¦nero la f¨®rmula de complejidad y ambig¨¹edad moral que HBO hab¨ªa aplicado a dramas familiares, mafiosos y western. La nueva Gal¨¢ctica era una visi¨®n crepuscular y madura de una odisea intergal¨¢ctica, desaparecidas entonces, inspirada en el mundo tras aquel 11S. Una civilizaci¨®n a la deriva busca un nuevo hogar mientras cuestiona las grandes cuestiones de nuestra historia, desde la organizaci¨®n pol¨ªtica, religi¨®n y el terrorismo hasta la filosof¨ªa b¨¢sica, preguntando lo que nos hace seres humanos. Nada era maniqueo, ni en el bando de los protagonistas ni en el de los supuestos villanos rob¨®ticos, los Cylon. Moore lo dejaba claro desde su presentaci¨®n a la cadena Syfy: "Queremos sacar la ¨®pera de la space opera. Es ciencia ficci¨®n naturalista. No buscamos a los fans de Star Trek, sino revolucionar el g¨¦nero".
Gal¨¢ctica logr¨® su prop¨®sito, incluso si su final dej¨® un regusto amargo entre los espectadores, pero pocas se atrevieron a seguir su estela. Su heredera m¨¢s fiel es The Expanse, serie pol¨ªtica basada en una colecci¨®n de libros de James S. A. Corey cuya cuarta temporada prepara Amazon, tras ser cancelada por Syfy. Sus tramas no son f¨¢ciles de digerir ni entran a la primera. Su ambicioso relato comienza con una ambientaci¨®n de drama noir cual Blade Runner y Dark City y un cl¨¢sico asesinato, pero poco a poco construye una gigantesca conspiraci¨®n en la sombra que amenaza con desencadenar un conflicto diplom¨¢tico entre la humanidad, representada por Naciones Unidas y que ha colonizado el Sistema Solar, y Marte. No recita aburridas explicaciones sobre su universo, sino que es el espectador, al que trata como adulto, quien descubre atento c¨®mo funciona una red inmensa de personajes y tramas cruzadas que crece cada a?o. Cada vez hay m¨¢s en juego. "Queremos que seas un turista en un pa¨ªs extranjero, pero que pronto empieces a entender observando y sacando conclusiones", explicaba el creador Mark Fergus.
The Expanse es una serie sobre relaciones internacionales y tramas palaciegas, si bien resulta estar situada en un futuro no demasiado lejano, lo que da otra capa de complicada moralidad a su ingente relato. Su trama r¨ªo, y sus personajes en la brecha moral, son herederos de Babylon 5 o Star Trek: espacio profundo nueve (en la primera serie de la franquicia sin un viaje Moore ya mostraba inter¨¦s por los conflictos morales entre estrellas). Sus combates gal¨¢cticos y encuentros alien¨ªgenas, aun as¨ª, tampoco tienen nada que envidiar a los de cualquier otra serie de su magnitud.
?Alguna vez una serie hab¨ªa hecho un 'previously on' con 54 a?os de diferencia? El comienzo de #StarTrekDiscovery esta semana adaptando el piloto original descartado de la primera serie, 'The Menagerie', es una maravilla. Pelos de punta #StarTrek pic.twitter.com/ZRBX3ujD3W
— Eneko Ruiz Jim¨¦nez (@enekoruizj) March 9, 2019
Ese mensaje es en realidad en lo que siempre se inspir¨® Star Trek, nacida en 1966 para narrar alegor¨ªas de los conflictos de la ¨¦poca, como la Guerra Fr¨ªa, Vietnam o la lucha de los derechos civiles. Conocimiento, descubrimiento y diplomacia. 400 a?os en el futuro los problemas segu¨ªan siendo los mismos. Star Trek: Discovery utiliza esos conceptos, pero es deudora tambi¨¦n de la acci¨®n de fantas¨ªas m¨¢s modernas, gracias a sus mejorados efectos especiales. Entre nuevas razas y dramas familiares, la serie emitida en Netflix en Espa?a ha comenzado a incluir tramas cl¨¢sicas en sus dramas de personajes, con la incorporaci¨®n de un joven Spock o una continuaci¨®n del primer episodio descartado por NBC en 1965.
"Star Trek es m¨¢s necesaria que nunca", dec¨ªa Bryan Fuller, que relanz¨® el proyecto para ser despedido al primer episodio. Parec¨ªa ir encaminado, porque la plataforma CBS All Access tiene en producci¨®n m¨¢s series sobre la franquicia lanzada por Gene Roddenberry que las que se han producido nunca. Algunas nost¨¢lgicas, y otras mirando al futuro. "Quiero emitir algo de Star Trek a todas horas", dijeron desde el canal. Dicho y hecho. Entre los proyectos: una serie en la que Patrick Stewart regresa para interpretar a un anciano Picard, comandante de la Enterprise en La nueva generaci¨®n; una comedia animada sobre los trabajadores de baja alcurnia de la Flota Estelar; un drama sobre la secci¨®n 31, departamento dedicado a lo que nadie m¨¢s se atreve a hacer, protagonizado por Michelle Yeoh, y un drama juvenil? sobre lla Academia estelar. Disney+ contraatacar¨¢ con series de Star Wars, y AppleTV+ producir¨¢ la nueva serie de Moore, sobre un mundo en el que el programa espacial nunca ces¨®, as¨ª como la adaptaci¨®n de la legendaria Fundaci¨®n de Isaac Asimov.
Pero la inspiraci¨®n de la saga no se limita al universo trekkie. Seth MacFarlane, responsable de Padre de familia y Ted, creci¨® viendo con su padre al comandante Picard, y siempre que pudo lo homenajea en sus creaciones. Pero su ¨²ltima idea narra directamente c¨®mo har¨ªa ¨¦l una serie de Star Trek, sin pagar un d¨®lar por los derechos. Al contrario que las space operas contempor¨¢neas, The Orville no trata de adaptar aquellos conceptos a los nuevos tiempos de espectacularidad y dilemas morales. Su estilo nost¨¢lgico rezuma en sus naves, trajes y en episodios autocontenidos que regresan a las met¨¢foras directas a la humanidad del siglo XXI. La tripulaci¨®n vuelve a ser el alma familiar y complicidad de la serie, un grupo de personajes que por encima de todo a?oran hacer el bien, mezclados ahora con los c¨®digos de sitcom que controla MacFarlane, cada vez m¨¢s alejado de la escatolog¨ªa por la que es famoso. Algunos episodios capturan su mensaje ochentero como nada m¨¢s lo ha hecho.
The Orville, en Fox, se apunta a esa otra ciencia ficci¨®n desenfadada que practican las canadienses Killjoys (m¨¢s cercana al western) y Dark Matter, Legends of Tomorrow (que lo mezcla con viajes temporales y superh¨¦roes) y la instituci¨®n brit¨¢nica Doctor Who. Fantas¨ªas que demuestra que las series siguen siendo tambi¨¦n el entretenimiento de compa?¨ªa. Uno que conf¨ªa en que la humanidad no puede darse por vencida, que todav¨ªa tiene mucho por dar y tiempo para disfrutar. No todo puede ser sufrimiento. Todav¨ªa quedan utop¨ªas.
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