El otro tesoro del Banco de Espa?a
La instituci¨®n difundir¨¢ su desconocida colecci¨®n de arte de m¨¢s de 5.000 piezas en una nueva sala de exposiciones que abrir¨¢ en noviembre con una muestra sobre Goya
A 35 metros bajo tierra, una c¨¢mara acorazada guarda bajo el edificio de la plaza de Cibeles el tesoro del Banco de Espa?a: 5.400 lingotes de oro puro. En los pasillos y despachos del inmueble aguarda semiescondido otro tesoro, la parte m¨¢s importante de la colecci¨®n de arte que la instituci¨®n ha ido acumulando desde su fundaci¨®n en 1782: 5.337 piezas entre obras hist¨®ricas (el 20%) y contempor¨¢neas (80%). Por razones obvias, no es f¨¢cil acceder a la c¨¢mara del oro; tampoco admirar las pinturas y esculturas del conjunto.
La necesaria seguridad requerida para el edificio se hac¨ªa incompatible con el tr¨¢nsito de visitantes. Pero los tiempos han cambiado y las pol¨ªticas de puertas abiertas han llegado a una instituci¨®n tan cerrada. A partir de noviembre el p¨²blico podr¨¢ acceder, con el formato de las exposiciones temporales, al arte acumulado a lo largo de sus dos siglos de historia.
Yolanda Romero (Granada, 1962), conservadora de la Colecci¨®n Banco de Espa?a desde hace cuatro a?os, se ha marcado ese objetivo. Por un lado, anuncia que despu¨¦s del verano se publicar¨¢n los primeros tres tomos del cat¨¢logo razonado de la colecci¨®n. Los dedicados a pintura, dibujo, escultura y fotograf¨ªa. Adem¨¢s, una nueva web institucional ofrecer¨¢ m¨¢s de 1.800 obras catalogadas. Y para las exposiciones abiertas al p¨²blico, se est¨¢ terminando de acondicionar el espacio, ya conocido como ¡°el chafl¨¢n de Cibeles¡± y que hoy es una habitaci¨®n con muebles de oficina rotos, al que se accede directamente desde la plaza madrile?a, sin que los visitantes tengan que pasar por las dependencias del banco.
La primera exposici¨®n, dedicada a Goya y a los or¨ªgenes de la colecci¨®n Banco de Espa?a, estar¨¢ comisariada por Yolanda Romero y Manuela Mena, gran especialista mundial en el pintor aragon¨¦s. Y tendr¨¢ como n¨²cleo el conjunto excepcional de seis retratos de Goya encargados la naciente instituci¨®n: Carlos III, Francisco de Cabarr¨²s, Jos¨¦ de Toro-Zambrano, el marqu¨¦s de Tolosa, el conde de Altamira y Francisco Javier de Larumbe y Rodr¨ªguez. Para contemplar esos retratos, que los expertos sit¨²an entre la gran producci¨®n de la ¨¦poca de Goya, es necesario pasar los estrictos controles de seguridad y recorer las espectaculares galer¨ªas que conducen por los despachos del edificio construido por Eduardo Adaro y Severiano Sainz de Lastra a finales del XIX.
La mayor parte de la colecci¨®n, m¨¢s del 90%, est¨¢ expuesta entre la sede central, el edificio de Alcal¨¢ 522, en Madrid, y las 15 sucursales que el organismo tiene repartidas por toda Espa?a. El n¨²cleo duro de la parte hist¨®rica es el retrato, al igual que ocurre con instituciones del Estado como el Congreso o el Senado. ¡°El planteamiento decorativo interior ha tratado de ser tan imponente como el edificio que lo contiene¡±, explica la conservadora. ¡°El banco ten¨ªa que atraer a sus clientes potenciales y necesitaba una sede que simbolizara su poder¡±. Por eso, junto a las paredes y escalinatas de m¨¢rmol de Carrara y las vidrieras de Mayer se suceden retratos de reyes y gobernadores firmados por Esquivel, Villegas, Madrazo o Goya.
Pero, seguramente, la parte m¨¢s desconocida tiene que ver con el arte contempor¨¢neo, que entra de manera muy notable en la instituci¨®n durante la etapa de Luis ?ngel Rojo, primero como subgobernador y luego como gobernador (1988 a 2000), y con Jos¨¦ Mar¨ªa Vi?uela como conservador de la colecci¨®n desde 1982. ¡°Son a?os en los que la Administraci¨®n busca la homologaci¨®n de nuestro pa¨ªs con la Europa democr¨¢tica y la cultura es un buen pasaporte para conseguir esa nueva imagen que se hab¨ªa deteriorado durante la dictadura¡±, reflexiona Romero.
As¨ª, adquieren obras de Antonio Saura, Manuel Millares, Manuel Rivera, Antoni T¨¤pies, Chillida, Oteiza, Jos¨¦ Guerrero, Pablo Palazuelo, Equipo 57, Soledad Sevilla o Elena Asins. En compras sucesivas, se han ido incorporando casi todos los nombres relevantes del arte espa?ol de la segunda mitad del siglo XX.
La entrada del arte internacional lleg¨® de la mano del euro. La sala de acceso a la espectacular biblioteca p¨²blica del banco acoge tres ejemplos de contempor¨¢neo realizados por mujeres: un pol¨ªptico de Elena Asins, dos fotograf¨ªas de libros amontonados de Alicia Mart¨ªn y un collage de Sara Ramo con aire tot¨¦mico hecho con recortes del Financial Times.
La ampliaci¨®n del edificio realizada en 2006 por Rafael Moneo es una prolongaci¨®n muy respetuosa de la construcci¨®n original. Aqu¨ª est¨¢n las salas de car¨¢cter institucional adornadas con los artistas m¨¢s importantes de la transici¨®n: Barcel¨®, Sicilia, Campano, Garc¨ªa Sevilla, Quejido o Gordillo.
En los ¨²ltimos tiempos, con un presupuesto no muy alto ¡ªunos 150.000 euros anuales¡ª, el banco ha seguido aumentando su colecci¨®n a base de encargos y compras en ferias como Arco. Uno de los ¨²ltimos encargos lo realiz¨® Jorge Ribalta, con una serie de fotograf¨ªas con las que documenta las obras de restauraci¨®n de la fachada finalizadas en 2018.
En las ¨²ltimas compras se han ido colando las preocupaciones sociales y pol¨ªticas de artistas m¨¢s j¨®venes como el brasile?o Caio Reisewitz, de quien se expone una espectacular fotograf¨ªa de un paisaje en el bosque de Managua (R¨ªo de Janeiro), una zona virgen en la que la naturaleza parece temblar ante la amenaza de la especulaci¨®n. No menos impresionante es la fotograf¨ªa de los portugueses Jo?o Maria Gusm?o y Pedro Paiva en la que hablan del abismo a partir de unas manos que parecen recoger mercurio en vez de agua para lavarse el rostro o saciar la sed.
El dinero como inspiraci¨®n se encuentra en muchas obras visibles en los corredores: un billete de 100 pesetas atado con un lazo medio deshecho, realizado por Mariano Fortuny, cuelga junto a una obra de Francesc Ruiz, un peculiar montaje de los billetes de la democracia dise?ados por Cruz Novillo a petici¨®n del banco. Aunque la pieza m¨¢s espectacular de este g¨¦nero es Zona euro, de Ignasi Aball¨ª, con la que se unifican las cinco plantas del recorrido que hace el ascensor acristalado. Entre planta y planta, con recortes en los que se reconoce la tipograf¨ªa de EL PA?S, se pueden leer palabras como paro, poblaci¨®n, ingresos, gastos, despidos o hipotecas seguidos de una cifra sin valor estad¨ªstico.
De Cristina Lucas se exhiben dos fotograf¨ªa tituladas La c¨¢mara del tesoro, obra realizada en la famosa C¨¢mara del Oro del banco. La artista retrata a los brillantes lingotes como un resto arqueol¨®gico.
Muy cr¨ªtico con el sistema es el collage sobre cart¨®n Contrato, de la hispanobrasile?a Sara Ramo. Realizado en el contexto de la gran crisis de 2008, denuncia c¨®mo millones de personas de todo el mundo se vieron atrapadas por las obligaciones derivadas de contratos de productos bancarios de car¨¢cter especulativo de los que no hab¨ªan sido suficientemente informadas.
En la misma l¨ªnea puede leerse la obra de Javier Balde¨®n ADN, DNI, Dinero; un conjunto de im¨¢genes realizadas con las mismas t¨¦cnicas antifalsificaci¨®n de los billetes. El resultado es una inquietante similitud con la estructura del ADN que contiene las instrucciones gen¨¦ticas del ser humano.
Son 809 pinturas, 153 esculturas, 369 dibujos, 405 fotograf¨ªas, 2.753 estampas y 848 piezas de artes decorativas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.