Chiclana concluir¨¢ una iglesia dos siglos despu¨¦s
La localidad gaditana culminar¨¢ la construcci¨®n de las dos torres de su Iglesia Mayor, paralizadas desde la Guerra de la Independencia
Un retrato colgado de un pilar de la Iglesia Mayor de Chiclana de la Frontera recuerda que, gracias al ¡°desprendimiento, piedad y solicitud¡± de Antonio Pizano, el templo se pudo consagrar en 1814. Y dos siglos despu¨¦s de aquello, el benefactor y comerciante con las Indias va a consumar su donaci¨®n p¨®stuma a este monumento del siglo XVIII. Su pintura ha sido clave para poder materializar el proyecto de terminaci¨®n de los dos campanarios neocl¨¢sicos que quedaron por construir por culpa de la Guerra de la Independencia y que, ahora, en pleno siglo XXI est¨¢n m¨¢s cerca de hacerse realidad.
Las dos torres quedaron inmortalizadas en un alzado pintado como fondo del retrato de Pizano, pero nunca llegaron a levantarse en la realidad. La fachada de este templo neocl¨¢sico, proyectado por Torcuato Cay¨®n y su sobrino Torcuato Benjumeda, qued¨® inconclusa, como ha ocurrido a lo largo de la historia en otros tantos monumentos del mundo. Pero la ausencia de las torres en Chiclana se ha convertido en una cuesti¨®n que lleva d¨¦cadas de debate p¨²blico y de empecinamiento tanto del alcalde de la localidad, Jos¨¦ Mar¨ªa Rom¨¢n, como de Jos¨¦ Mar¨ªa Esteban, el arquitecto que lleva batallando desde 2004 por verlas por fin construidas.
Aunque el t¨¦cnico tiene listo el proyecto desde 2010, no ha sido hasta ahora cuando el Ayuntamiento ha presentado el estudio complementario necesario para la construcci¨®n, elaborado por el estudio Pardo & Asociados Arquitectos T¨¦cnicos y coordinado de la Oficina de Proyectos del Consistorio. La idea del alcalde -con el consenso del p¨¢rroco y del Obispado de C¨¢diz, propietarios del edificio- es comenzar ahora a buscar de la financiaci¨®n externa de los 1.232.000 euros que se estima que costar¨¢ tanto levantar los campanarios como para restaurar e impermeabilizar todas las cubiertas.
Las obras de la tambi¨¦n conocida como iglesia de San Juan Bautista comenzaron en 1776 bajo el dise?o de Torcuato Cay¨®n, arquitecto que marc¨® la transici¨®n del barroco al neocl¨¢sico en C¨¢diz con dise?os e intervenciones en la Catedral o el Oratorio de la Santa Cueva. A los siete a?os del inicio, le relev¨® su sobrino y ahijado, Torcuato Benjumeda, uno de los grandes maestros del neocl¨¢sico andaluz que firma proyectos como la fachada del Ayuntamiento de C¨¢diz o la C¨¢rcel Real. ¡°Los dos se depuran en templos anteriores y llegan a este que es de los mejores edificios religiosos en ese estilo de Andaluc¨ªa¡±, explica Esteban.
Las obras avanzaban con br¨ªo hasta que se ven sorprendidas, a principios del XIX, por la Guerra de la Independencia y la invasi¨®n francesa de la ciudad. Con el fin de la contienda, la ambici¨®n se limit¨® a cerrar las cubiertas y culminar una c¨²pula m¨¢s sencilla de lo previsto. Los campanarios quedaron descartados, pero no olvidados. ¡°Ha sido un clamor popular, al menos desde los 80. A mi, como chiclanero, ver esa iglesia sin terminar siempre me ha llamado la atenci¨®n. Las mejores catedrales de Europa se empezaron en el siglo XV y se terminaron en el XIX. La arquitectura es algo vivo¡±, sentencia Esteban.
El arquitecto ha dedicado m¨¢s de dos a?os en redactar el proyecto para la ejecuci¨®n de ambos campanarios en una iglesia que est¨¢ protegida como monumento desde los a?os 80. No ha sido f¨¢cil: ¡°Hab¨ªa que trabajar de una forma segura, prudente y justificada¡±. Esteban recurri¨® a planos y secciones originales que a¨²n hoy se conservan y al alzado, solo hoy documentado en el cuadro de Pizano. Luego vino el estudio al detalle de las obras neocl¨¢sicas realizadas por Cay¨®n y Benjumeda en otros monumentos o la traducci¨®n de pies y varas a las medidas actuales. Todo qued¨® cristalizado en un documento que cuenta con m¨¢s de 140 planos -muchos de ellos dibujados a mano- que, ahora jubilado, ha decidido donar a la ciudad de Chiclana.
El proyecto de Esteban contempla elevar dos campanarios de 17 metros que coronar¨ªan la altura del templo hasta los 37 metros. El dise?o seguir¨ªa las trazas neocl¨¢sicas establecidas por los Torcuato, pero se adaptar¨ªa a las t¨¦cnicas de construcci¨®n del presente. Eso explica que se use hormig¨®n para la estructura que, posteriormente, ir¨¢ recubierto con un aplacado de sillares de piedra arenisca, la misma piedra empleada a finales del XVIII. El arquitecto tiene claro que la obra implicar¨¢ incluso la puesta en marcha de un taller de canter¨ªa en la misma iglesia.
¡°Ha sido un placer adentrarme en el neocl¨¢sico desde hoy en d¨ªa. He intervenido en muchos monumentos, pero el m¨¢s complicado y querido es este. Me hace joven la idea de verlo terminado¡±, explica Esteban con orgullo. El arquitecto es consciente de que las futuras obras son controvertidas pero defiende que se trata de un proyecto ¡°con valor de ciudad, hecho desde el consenso¡±. De hecho, ya en 2010 la idea lleg¨® a superar la comisi¨®n de Patrimonio de la Delegaci¨®n Provincial de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa y la del Obispado.
El plan de Esteban recab¨® hasta 5.000 firmas de chiclaneros a favor. Y, para ¨¦l, esa es una de las claves que hacen a estos campanarios diferentes a otros monumentos inacabados: ¡°Cada caso es diferente. En el patrimonio hay dos posturas contrapuestas, la que defiende que los bienen deben terminarse y la que dice que deben tener derecho a morir y que la ruina es bella. En medio, hay grises. Si la sociedad quiere, se har¨¢¡±.
Con el permiso de los chiclaneros, las futuras torres neocl¨¢sicas del siglo XXI comenzar¨¢n a levantarse cuando la financiaci¨®n sea tangible. ¡°No es tanto dinero para el proyecto que es. Conozco a empresarios y emprendedores que querr¨¢n invertir. Adem¨¢s, habr¨¢ que abrir una cuestaci¨®n entre los fieles¡±, explica Esteban. Cuando eso ocurra, el t¨¦cnico cree que las torres ser¨¢n realidad tras no m¨¢s de un a?o y medio de obras. Ser¨¢ entonces cuando, por fin, el ¨²ltimo favor del comerciante Pizano se har¨¢ realidad.
Babelia
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