¡°Mis personajes son una versi¨®n de mis neurosis¡±
Daniel Clowes reivindica el papel del 'pulp' en la historieta y asegura que el c¨®mic ¡°ha perdido la pasi¨®n¡± de otra ¨¦poca porque ¡°se toma demasiado en serio a s¨ª mismo¡±
Daniel Clowes naci¨® en Chicago, cuna del c¨®mic indie estadounidense. Si hubiera que resumir su vida en tres vi?etas, en la primera aparecer¨ªa su hermano mayor. Hab¨ªa crecido en los cincuenta y para cuando Daniel aterriz¨® en casa (en 1961) era un voraz consumidor de cultura pulp. Novelas de ciencia ficci¨®n, novelas terror, c¨®mics de todo tipo. Tambi¨¦n escuchaba m¨²sica sin parar. "Era un coleccionista", sentencia. Puesto que pasaba poco tiempo en casa, Daniel no pod¨ªa evitar sentirse atra¨ªdo por, literalmente, "todas aquellas monta?as de historietas" que se acumulaban en el suelo, por todas partes, en su habitaci¨®n. As¨ª que su primer recuerdo es estar hoje¨¢ndolas. "Ni siquiera entend¨ªa lo que dec¨ªan", dice a su paso por Barcelona. Es su primera vez en el multitudinario Sal¨®n del C¨®mic. Algo que no le gusta demasiado porque no est¨¢ acostumbrado a la gente.
En la segunda vi?eta aparecer¨ªa ese Clowes ni?o, un ni?o de apenas cuatro a?os, dibujando su primer c¨®mic, "con garabatos en vez de palabras" en los bocadillos. ?Que qui¨¦n saldr¨ªa en la tercera? Por ejemplo, David Lynch espet¨¢ndole "?Largo de aqu¨ª!" un segundo despu¨¦s de que ¨¦l y su mujer se atrevieran a confesarle su amor. "Te queremos", acababan de decirle. Era el a?o 2002. Clowes era el dibujante m¨¢s famoso del mundo. Terry Zwigoff hab¨ªa convertido Ghost World en el primer fen¨®meno cinematogr¨¢fico que hab¨ªa sido antes un c¨®mic descaradamente indie. El propio Clowes estaba nominado al Oscar, por eso hab¨ªan coincidido con Lynch, en la comida previa a la entrega de premios. Clowes era candidato por la adaptaci¨®n de la historia de Enid y Rebecca. Historia que, por cierto, se basa en la comedia de los sesenta Dos chicas y un seductor (que fue antes una novela de Nora Johnson), en la que dos adolescentes persiguen a un exc¨¦ntrico pianista que a su vez persigue a una mujer casada por toda la ciudad.
La tercera vi?eta ser¨ªa, en cualquier caso, una representaci¨®n del fracaso al que Clowes aboca a sus personajes, una y otra vez. "Digamos que todos intentan encajar, y hacen lo posible por hacerlo, pero nunca es suficiente", dice. "Los dibujantes estamos chiflados. Pero es l¨®gico, pasamos el 99% de nuestro tiempo solos. Es un trabajo raro, si lo piensas. Vivimos como lo har¨ªamos en una celda de aislamiento en prisi¨®n. Por eso no veo raro que la mayor¨ªa se compadezca de s¨ª mismo en sus propias vi?etas. Nuestro papel en el mundo es extra?o", dice. Y as¨ª volvemos al asunto del fracaso. Incluso el nombre que le dio a su revista, Bola Ocho, en la que nacieron todas sus historias -que acogi¨® desde el inicial Lloyd Llewellyn hasta David Boring, pasando por la t¨¦trica Un guante de seda forjado en hierro y la propia Ghost World- tiene que ver con eso, dice.
Porque, ?qu¨¦ ocurre cuando alguien, jugando al billar, mete, sin querer, la bola ocho en uno de los agujeros? Que pierde autom¨¢ticamente. "Eso es, la bola ocho est¨¢ maldita", dice. Adem¨¢s, a?ade, le gustaba la idea de que su universo fuese redondo, como un planeta, y negro, decididamente oscuro. Porque sus historias son oscuras, o tienden a volverse oscuras. "Si a Lynch le decapit¨® ver a aquella mujer desnuda en la carretera cuando era un ni?o -visi¨®n a la que el genio atribuye su pasi¨®n por lo extra?o-, en mi caso la muerte sobrevino por acumulaci¨®n de cortes durante mi infancia, as¨ª que podr¨ªa decirse que mi obra es el fruto de al menos un millar de cortes". ?Y por qu¨¦ los personajes tienden a ser insoportables? ?Por qu¨¦ pierden siempre? "Intento escribir sobre tipos a los que la vida les va estupendamente y luego ocurre y todo se fastidia, pero me resulta imposible. Soy incapaz de crear gente feliz. Supongo que mis personajes son una versi¨®n de mis neurosis, profundamente exagerada y delirante", contesta.
De Ghost World, su a¨²n m¨¢s recordado ¨¦xito -aunque cada nuevo ¨¢lbum de Clowes es, para los iniciados, un acontecimiento: el ¨²ltimo, Paciencia (Fulgencio Pimentel, 2016)-, no quiere siquiera pensar en la posibilidad de una autocensura, de haberse publicado por primera vez hoy. Son numerosas sus referencias a la pedofilia -hay personajes que directamente producen fotograf¨ªas de ni?os en situaciones inc¨®modas, eso s¨ª, por ordenador-, y despu¨¦s de todo las protagonistas persiguen a tipos mayores. "Me da miedo pensar lo que habr¨ªa ocurrido con Ghost World hoy", asegura. Durante un tiempo, precisamente el tiempo posterior al ¨¦xito cinematogr¨¢fico de Ghost World, pens¨® en dedicarse al cine, pero lo descart¨® de inmediato: "Cuando vi que el filme no se parec¨ªa en nada a lo que hab¨ªa imaginado, me dije que que el tiempo que pasamos aqu¨ª es limitado y que no pienso hacer otra cosa que dibujar, porque es para lo que he nacido. De hecho, espero morir sentado en mi mesa de dibujo".
Admira el logro de Nick Drnaso ¨Cel primer dibujante nominado al Man Booker por Sabrina¨C y, en general, lo lejos, en profundidad y esp¨ªritu totalizador, que est¨¢ llegando la historieta, pero a la vez lamenta la p¨¦rdida de lo que ¨¦l llama ¡°el chute el¨¦ctrico¡±. ¡°Los c¨®mics a los que vuelvo son c¨®mics del pasado, donde el autor no era consciente de estar creando algo m¨¢s trascendente que un pu?ado de p¨¢ginas para ganarse la vida, y que, sin embargo, estaban por todas partes en lo que escrib¨ªan y dibujaban, y el contenido, el valor de lo que hac¨ªan, nos llega por accidente, y con una intensidad que nada de lo que se hace hoy tiene. El mundo de la historieta ha perdido la pasi¨®n de entonces¡±, dice. Habla, por ejemplo, de Steve Ditko. ¡°A trav¨¦s de lo que dibujaba, improvisada y pasionalmente, nos llegaba su visi¨®n del mundo, y a la vez, pedazos de su vida, y lo hac¨ªa sin que nos di¨¦ramos cuenta. Hoy los c¨®mics se toman demasiado en serio a s¨ª mismos. Tengo la sensaci¨®n de que Robert Crumb fue el ¨²ltimo de una generaci¨®n que no era nada consciente de lo que estaba creando y estaba creando algo maravilloso¡±, confiesa.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.