El fundador de Seriesyonkis: ¡°Para m¨ª era un ¡®hobby¡¯, yo solo era el programador¡±
Alberto Garc¨ªa Sola declara en la primera jornada del juicio contra los due?os de la "mayor red de pirater¨ªa de Espa?a". Se enfrentan a penas de dos a cuatro a?os de prisi¨®n
A la media hora, el acusado estall¨®: ¡°Creo que usted no ha entendido nada de lo que le he respondido¡±. Se dirig¨ªa al fiscal pero, en la sala, m¨¢s de uno se dar¨ªa por aludido. El ministerio p¨²blico llevaba un buen rato pregunt¨¢ndole a Alberto Garc¨ªa Sola por Seriesyonkis y Peliculasyonkis, las webs que fund¨® en 2007 y se convirtieron en la fuente para millones de usuarios sedientos de acceso gratuito ¡ªe il¨ªcito¡ª a series y filmes online. Pero siempre obten¨ªa la misma respuesta, ali?ada con tecnicismos: ¨¦l solo era ¡°el programador¡±, todo lo dem¨¢s lo hac¨ªan los internautas.
El fiscal, Juan Pablo Lanzarote, en cambio, est¨¢ convencido de la responsabilidad de Sola y los otros tres acusados ¡ªAlexis Hoepfner, Jordi Tamargo y David Mart¨ªnez, sucesivos due?os de Seriesyonkis¡ª: pide dos a?os de prisi¨®n por un delito contra la propiedad intelectual. La acusaci¨®n particular de Egeda (entidad de gesti¨®n de los derechos de autor de la industria audiovisual) duplica la petici¨®n de c¨¢rcel y estima un perjuicio econ¨®mico de 546 millones de euros. Razones de sobra para que el proceso, que arranc¨® esta ma?ana en la sala penal n¨²mero cuatro de Murcia, se considere el m¨¢s importante celebrado en Espa?a sobre pirater¨ªa en Internet. No por nada Seriesyonkis lleg¨® a estar entre las 20 webs m¨¢s visitadas del pa¨ªs y la defensa cuenta con penalistas estrellas como Crist¨®bal Martell, abogado de causas como la Gurtel, los Pujol o el caso Messi. Siete tomos enormes descansaban esta ma?ana sobre la mesa de Isabel Mar¨ªa Carrillo, la juez que resolver¨¢ el enredo.
Sola relat¨® que cre¨® como ¡°hobby¡± a los 22 a?os, cuando era becario en la universidad de Murcia, un portal para discutir sobre series. Gener¨®, en sus palabras, ¡°un soporte para una comunidad¡±. Afirm¨® que ten¨ªa otros trabajos que le ocupaban, que a veces arreglaba alg¨²n desperfecto, pero lo dem¨¢s lo aportaban los internautas: las sinopsis, las car¨¢tulas y, sobre todo, la marea de links a otras p¨¢ginas donde ver o descargar de forma il¨ªcita cientos de obras. El fiscal sacud¨ªa los brazos y miraba a la juez, como en busca de compasi¨®n. Sola le soltaba frases como ¡°cualquiera que tenga un m¨ªnimo conocimiento de inform¨¢tica¡± o ¡°Gemail, como lo dice usted¡±. Y Lanzarote respond¨ªa con el tono de quien cree que le est¨¢n contando una f¨¢bula. Hubo llamamientos al respeto mutuo y los ¨¢nimos se apaciguaron. Pero el choque de argumentos continu¨® durante las cuatro horas y media que dur¨® la sesi¨®n.
Ah¨ª, al fin y al cabo, se halla la clave del juicio. Los acusados sostienen que Seriesyonkis o Peliculasyonkis nunca alojaron contenidos piratas: eran p¨¢ginas de enlaces. Es decir, proporcionaban links para acompa?ar a los usuarios hasta otras webs. No guardaban el tesoro pirata: entregaban el mapa para encontrarlo. ¡°En la web nunca se han subido ni se pod¨ªan subir pel¨ªculas¡±, lo resumi¨® Sola. Y explic¨® que autoriz¨® algunos internautas ¡°de confianza¡± a editar las p¨¢ginas y ceder a su vez las claves a otros. Lo que pasara depend¨ªa de ellos.
La fiscal¨ªa no puede estar m¨¢s en desacuerdo, como consta en el sumario: ¡°Sola, actuando con ¨¢nimo de lucro y a sabiendas de lo il¨ªcito de su actividad [¡], desde terminales inform¨¢ticos en la universidad de Murcia y en su propio domicilio, a trav¨¦s de las webs de las que fue administrador [¡] ha venido poniendo a disposici¨®n de los usuarios de Internet el acceso a material audiovisual protegido por derechos de propiedad intelectual¡±. Los anuncios publicitarios ¨Cy los datos de internautas remitidos a otras empresas- demuestran el intento de enriquecerse a costa de la industria cultural, seg¨²n las acusaciones.
Desde luego, as¨ª lo crey¨® Sherlock Films. La distribuidora interpuso el 22 de mayo de 2009 la denuncia que abri¨® el caso, despu¨¦s de que su filme La antena apareciera en Peliculasyonkis cinco d¨ªas despu¨¦s del estreno en salas. Porque, en una ¨¦poca en la que la oferta legal online apenas despegaba, Seriesyonkis promet¨ªa todo gratis y ya. Man¨¢ para los internautas; veneno mortal para la carrera comercial de filmes y series.
Ese mismo a?o, Sola fue detenido, sufri¨® un registro en su casa y decidi¨® vender: ¡°Ten¨ªa toda la industria en mi contra, me hab¨ªan tratado como un posible criminal. Estaba deseando quitarme la web¡±. A su rescate acudi¨® Burn Media SL, la empresa de Hoepfner, Tamargo y Mart¨ªnez, con 610.000 euros. Trato hecho, y paso de testigo. Sola, al parecer, se limit¨® a informarlos de que hab¨ªa "una causa abierta" contra ¨¦l. Los compradores tampoco preguntaron o investigaron m¨¢s.
Para la fiscal¨ªa, en todo caso, los tres ¡°continuaron su actividad il¨ªcita¡±. Ellos, en cambio, declararon hoy ante la juez que compraron Seriesyonkis por sus millones de usuarios, que pretend¨ªan trasladar a una red social que lanzar¨ªan. Los nuevos due?os aseguran que dieron aun m¨¢s libertad a los internautas: cualquiera pod¨ªa hacer y compartir lo que quisiera. ¡°La web funcionaba sola¡±, terci¨® Hoepfner, que al cabo de un a?o se qued¨® como administrador ¨²nico.
?l tambi¨¦n termin¨® por vender Seriesyonkis y Peliculasyonkis, en 2014, a la empresa Imb-Fx 2019. Antes, en febrero de ese a?o, la Guardia Civil hab¨ªa pedido su cierre cautelar. No hizo falta: las propias webs bloquearon sus enlaces, temerosas de la llegada de la nueva Ley de Propiedad Intelectual, que abri¨® la puerta desde 2015 a actuar contra las p¨¢ginas de enlaces.
El proceso, sin embargo, arranca cuatro a?os despu¨¦s. De ah¨ª que Carlos S¨¢nchez Almeida, letrado de Sola, agitara el espectro de la prescripci¨®n. En las cuestiones previas, tambi¨¦n se habl¨® de trasladar el juicio a Madrid, de retirar un perito y de invalidar a la otra acusaci¨®n particular, la Federaci¨®n Antipirater¨ªa, porque ya no existe. En apenas media hora, la tensi¨®n de la contienda era evidente. ¡°Este juicio no puede convertirse en un guirigay entre los acusados y sus abogados¡±, espet¨® la jueza. Eso s¨ª, los cuatro se negaron a declarar ante la acusaci¨®n particular.
Est¨¢ previsto que, durante tres d¨ªas m¨¢s, comparezcan testigos y peritos para aclarar tanto el presunto perjuicio econ¨®mico como el funcionamiento de la web. Luego, la juez tendr¨¢ que cerrar este thriller, lleno de dinero, polic¨ªas, pol¨ªtica e intriga; tan costumbrista como internacional: empez¨® en Murcia, lleg¨® a las pantallas de medio mundo e inquiet¨® incluso al FBI. Desde luego, toda una pel¨ªcula.
Los enlaces de la discordia
Las p¨¢ginas de enlaces como Seriesyonkis y Peliculasyonkis fueron durante a?os objeto de discordias te¨®ricas y judiciales, al menos hasta el endurecimiento que trajo la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual de 2015. Sus due?os siempre insistieron en que son intermediarios, que no realizan ning¨²n acto de comunicaci¨®n p¨²blica y no se les puede culpar de lo que compartan los usuarios. Varias sentencias de absoluci¨®n en aquellos a?os fortalecieron su argumento. Frente a ello, las acusaciones recuerdan que tambi¨¦n hay fallos, como el caso Svensson ante el Tribunal de Justicia de la UE, que s¨ª responsabilizan a las p¨¢ginas de enlaces.
Cuando el fiscal esta ma?ana quiso entender si Alberto Garc¨ªa Sola al menos era consciente de los enlaces a contenidos piratas que su criatura acog¨ªa, este contest¨®: ¡°Pod¨ªa saber ciertas partes pero no todo en directo. Era algo vivo, era imposible¡±. Agreg¨® que tan solo recibi¨® un pu?ado de notificaciones de creadores que le ped¨ªan borrar un enlace sospechoso, algo que cumpli¨®. Cuando su declaraci¨®n termin¨®, tras una hora y media, se acerc¨® a su abogado a preguntarle c¨®mo lo hab¨ªa hecho. ¡°De maravilla¡±, le contest¨®.
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