Aumenta el consumo legal ¡®online¡¯ de cultura, seg¨²n un informe de la industria

Los piratas inform¨¢ticos navegan con rumbo m¨¢s incierto. Su bot¨ªn sigue siendo considerable, pero los bucaneros de Internet han sufrido una nueva reducci¨®n de su actividad. El crecimiento de la oferta legal o la mayor firmeza de los tribunales han contribuido a la tercera bajada consecutiva en los accesos a contenidos culturales il¨ªcitos: hubo 4.348 millones en Espa?a en 2018, con un descenso del 3% respecto al a?o anterior y un 12% menos desde 2015, seg¨²n el Observatorio Anual de la Pirater¨ªa, presentado hoy por la Coalici¨®n de Creadores. La reciente reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, que facilita el cierre de una web reincidente sin pasar por el juez, es otra noticia celebrada por este grupo de presi¨®n de la industria de la propiedad intelectual. El informe detecta tambi¨¦n un aumento en el consumo legal online de todos los sectores estudiados (cine, videojuegos, libros, series o m¨²sica), aunque subraya problemas que se arrastran desde hace a?os: la presencia de publicidad en casi todas las webs con obras no autorizadas, que ayuda a financiarlas, as¨ª como la tendencia a piratear sobre todo los ¨²ltimos lanzamientos, m¨¢s caros y jugosos. En parte por eso, el lucro cesante para la industria cultural no se reduce, sino que sube: 1.923 millones, en c¨¢lculos del estudio.

El Observatorio Anual de la Pirater¨ªa trae cada a?o una infinidad de datos y una contradicci¨®n. Por un lado, el informe despliega una serie de n¨²meros, estad¨ªsticas y tendencias detalladas por sector, en un ¨¢mbito en que los estudios escasean, entre otras cosas por la dificultad de obtener cifras fiables. Y justo aqu¨ª se encuentra la criticidad del Observatorio: lo realiza la consultora GfK, con 4.047 entrevistas a internautas residentes en Espa?a entre 11 y 74 a?os, de toda la geograf¨ªa nacional. Pero lo encarga la Coalici¨®n de Creadores, es decir, una parte m¨¢s que interesada. Una de las acusaciones m¨¢s frecuentes es un c¨¢lculo exagerado del lucro cesante: el informe estima que, por cada 100 contenidos obtenidos de forma il¨ªcita, los usuarios habr¨ªan estado dispuestos a pagar por ocho. Y de ah¨ª saca su conclusi¨®n. Hace un a?o, una investigaci¨®n de dos economistas de la Comisi¨®n Europea sostuvo que en Espa?a desaparece un 10,4% de ventas legales (entre salas, DVD o streaming), que se producir¨ªa si no existieran los canales no autorizados.

Al margen del lucro que pudo ser y no fue, los sectores culturales celebran un aumento real del consumo legal tanto en la Red como en formato f¨ªsico. Hay, sin embargo, matices: el libro sonr¨ªe a media boca, ya que un 11% de los entrevistados accedi¨® de forma autorizada online frente al 10% del a?o anterior, pero en papel se baj¨® del 45% al 43% de los encuestados. El cine, en cambio, recibe m¨¢s alivios: el 61% de los usuarios lo disfrut¨® en Internet de forma legal en 2018 (era el 49% en 2017) y el 15% en DVD y Blu-ray, con un aumento del 1%. En medio, m¨²sica, videojuegos o series tienen sus razones para la alegr¨ªa. Aunque todos tambi¨¦n comparten un problema: las obras m¨¢s buscadas en canales piratas ¡ªentre el 42% y el 68%, seg¨²n el sector¡ª son las estrenadas en el ¨²ltimo a?o. Y es precisamente ah¨ª donde el consumo no autorizado m¨¢s puede da?ar el recorrido de un producto cultural. Otro estudio reciente, adem¨¢s, introduc¨ªa un elemento preocupante para el sector: los archivos BitTorrent representaron el 22% del tr¨¢fico mundial de subida y el 2,84% de las descargas en todo el mundo y lideran ese tr¨¢fico de subida en la regi¨®n de en Europa, Oriente Pr¨®ximo y ?frica (EMEA) con el 31%, superando a Netflix, seg¨²n el informe The Global Internet Phenomena Report de la consultora Sandvine.

El Observatorio incluye tambi¨¦n una serie de datos menos controvertidos y por eso, quiz¨¢s, m¨¢s ¨²tiles: por ejemplo, m¨¢s del 90% de las webs que dan acceso a contenidos no autorizados cuenta con anuncios publicitarios; y la mitad de estos corresponde a sitios de apuestas y juego online. Otra fuente de financiaci¨®n procede de los datos de los usuarios: un 66% tuvo que registrarse en esas webs para usarlas, a la vez que un 22% de los internautas ha llegado a pagar por obras piratas. Finalmente, el estudio tambi¨¦n detecta las principales v¨ªas de navegaci¨®n para asaltar los tesoros de la cultura: el 60% utiliza buscadores ¡ªes decir, Google¡ª para acceder a contenidos no autorizados, aunque su importancia se ha reducido respecto al 79% de 2017; crece, en cambio, el papel de aplicaciones para m¨®viles y tabletas (las emplea el 22%) o redes sociales (el 21%).

En otros a?os, este apartado tambi¨¦n se convert¨ªa en un ataque a las operadoras telef¨®nicas, acusadas de no sumarse al frente antipirater¨ªa. Ahora, sin embargo, ya no aparecen en el centro de la diana de la Coalici¨®n de Creadores. Tal vez se deba a una colaboraci¨®n m¨¢s eficaz: hace pocas semanas la Justicia orden¨® a Telef¨®nica, Vodafone y Orange, los tres principales proveedores de telecomunicaciones en Espa?a, que inhabilitaran el acceso de sus usuarios a cinco webs desde las que se consum¨ªan ilegalmente pel¨ªculas. En el fondo, estas compa?¨ªas son el punto de partida de la navegaci¨®n en Internet. Si cierran sus muelles, los piratas no pueden ni zarpar.