Francisca Aguirre, Premio Nacional de las Letras 2018
El jurado la ha elegido ¡°por estar su poes¨ªa (la m¨¢s machadiana de la generaci¨®n del medio siglo) entre la desolaci¨®n y la clarividencia, la lucidez y el dolor"
Francisca Aguirre ha escrito en uno de sus ¨²ltimos poemas que su casa es ¡°una vieja enciclopedia¡± a la que alguien ha arrancado algunas hojas. ¡°Algo dentro de m¨ª se revuelve y protesta¡±, dice tambi¨¦n. Nacida en Alicante en 1930, Aguirre no se ha movido de esa casa ¡ªun quinto piso en el barrio madrile?o de Chamber¨ª¡ª desde que ten¨ªa 10 a?os. Ahora tiene 88. En ella recibi¨® este martes la llamada que le anunciaba el Premio Nacional de las Letras, dotado con 40.000 euros y establecido para reconocer la obra completa de un autor en cualquiera de las lenguas de Espa?a. Que esa obra completa ¡ªpublicada en enero pasado por la editorial Calambur¡ª se titule en el caso de Francisca Aguirre Ensayo general da una idea del car¨¢cter discreto de una autora a la que se le agolpan los recuerdos en la cabeza pero que no la pierde para ofrecer caf¨¦, agua, ¡°un libro que necesites¡±, a los periodistas que la visitan con motivo del premio. ¡°No os disculp¨¦is por venir a trabajar¡±, dice. ¡°Los que nos hemos ganado la vida con nuestro sudor estamos del lado de los trabajadores¡±.
El jurado que le ha concedido el premio la describe como ¡°la m¨¢s machadiana de la generaci¨®n de los a?os cincuenta¡± y a ella le parece, sencillamente, ¡°bien¡±. Sobre todo lo de machadiana. Lo de las generaciones le da un poco igual: ¡°Nunca quise formar parte de ning¨²n club¡±. Tampoco, explica, siente que ahora se haga justicia con ella ni que el galard¨®n la sit¨²e donde no quisieron situarla las antolog¨ªas can¨®nicas: ¡°No me he sentido relegada¡±. A su lado, su hija, la tambi¨¦n poeta Guadalupe Grande, le lleva la contraria. Un poco: ¡°Este premio servir¨¢ para reivindicar la herencia de todas esas voces femeninas que fueron quedando de lado. A veces dos veces: por ser mujeres y por estar exiliadas¡±. ¡°Eso s¨ª¡±, concede Francisca Aguirre, que en 1939 cruz¨® la frontera francesa huyendo de las tropas franquistas. Todav¨ªa recuerda que su padre, polic¨ªa republicano y pintor, le cont¨® que a la vez cruz¨® Antonio Machado: ¡°Luego le¨ªmos su poes¨ªa y nos quedamos chiflados¡±. Aguirre habla en plural se?alando un retrato en la pared: es su marido, F¨¦lix Grande, que muri¨® en 2014, una d¨¦cada despu¨¦s de recibir el mismo galard¨®n que acaba de recibir su esposa. ¡°F¨¦lix era un poeta magn¨ªfico. ?l, Guadalupe y yo nos le¨ªamos lo que ¨ªbamos escribiendo. ?ramos implacables y amorosos¡±.
'Ya nada podr¨¦is'
Ya nada podr¨¦is,
porque la fuerza no estaba en
vosotros, estaba en mi debilidad.
Nada conseguir¨¦is
abandon¨¢ndome, porque el vac¨ªo no era vuestra ausencia
sino mi necesidad de compa?¨ªa.
Cuando llam¨¦is
tendr¨¦is mi coraz¨®n a mano, como siempre
Ahora
el mundo se ha amueblado
con la delicadeza de lo m¨ªnimo
con la tierna disposici¨®n de lo posible.
Y todo es una patria extensa y manual,
un alfabeto misterioso
con el que estoy nombrando, recreando
reviviendo de nuevo el universo.
Poema del libro Los trescientos escalones (1976)
As¨ª es un poco su conversaci¨®n, su memoria. Ella dice que es fruto de la educaci¨®n que su madre les dio a ella y a sus dos hermanas despu¨¦s de que ejecutaran a su padre en la c¨¢rcel de Porlier: ¡°Pens¨® que era m¨¢s probable que lo mataran los alemanes en Francia que Franco en Espa?a. Pas¨¢bamos mucha hambre y volvimos despu¨¦s de 10 meses. Aqu¨ª ¨¦ramos los malditos rojos¡±. Detuvieron al padre y lo mataron en 1942. ¡°Me hice adulta con 12 a?os¡±, suele decir. Ese hecho marc¨® su vida y su poes¨ªa: ¡°Nuestra madre nos inculc¨® que vivi¨¦ramos sin odio pero con la memoria clara¡±. Tambi¨¦n sus versos son claros. ¡°Escribo de lo que he vivido¡±, explica sin m¨¢s. Autora de 11 libros de poemas que caben en un volumen de 600 p¨¢ginas, Francisca Aguirre se estren¨® tarde como poeta. Fue en 1971 con ?taca. Y con 41 a?os. Ese arranque tard¨ªo, su talante discreto ¡ª¡°No soy vanidosa¡±¡ª y el car¨¢cter autobiogr¨¢fico de lo que escribe ¨C¡°Hablo conmigo misma¡±-, la llevaron a seguir su marcha sin preocuparse de que el ambiente fuera, durante a?os, poco propicio a las mujeres y a la memoria hist¨®rica. Ella iba a lo suyo: ¡°Escribes para no andar a gritos y para no volverte loca. La poes¨ªa tranquiliza. A m¨ª me ayuda. El mundo es injusto pero el lenguaje es inocente. El poder de las mujeres es tener la oportunidad de decir que no. Por eso es tan importante la educaci¨®n, la independencia. Queda mucho por hacer porque la desigualdad sigue siendo enorme: entre hombre y mujeres, entre ricos y pobres¡¡±. En 2011, el Premio Nacional de Poes¨ªa concedido a Historia de una anatom¨ªa (Hiperi¨®n) puso el foco sobre una autora que respondi¨® al anuncio de aquel premio preguntando al portavoz del jurado si no se hab¨ªan equivocado de persona.
En la fachada del edificio donde vive Francisca Aguirre hay una placa que reza: ¡°En esta casa vivi¨® entre 1963 y 2014 el poeta, narrador, ensayista y flamenc¨®logo F¨¦lix Grande¡±. Cuando ella oye decir a los visitantes que el Ayuntamiento tendr¨¢ que ir preparando otra con su nombre, replica: ¡°D¨¦jate de plaquitas. Prefiero seguir viva¡±.
'Propietarios'
Ni siquiera la vaga sombra de futuro
que a nuestra infancia responsable pervert¨ªa.
Porque no somos due?os de nada,
ni aun del propio dolor
que con asombro hemos mirado tantas veces.
Porque, sin duda, tener no es lo nuestro,
y s¨ª so?ar desesperadamente
que todo lo tenemos al borde de la mano,
de esta tozuda mano que nos nombra
con m¨¢s rigor que un apellido.
Due?os de desearlo todo: qu¨¦ tristeza.
Due?os del miedo, el polvo, el humo, el viento.
Poemas de su primer el libro publicado ?taca (1971).
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.