Mecano o cuando el pop en Espa?a se hizo mayor de edad
Un libro y un disco tributo repasan la carrera de la banda que alcanz¨® un ¨¦xito sin precedentes en los ochenta
El primer amor de Javier Adrados (Moradillo de Roa (Burgos), 1979) se llamaba Mecano. Ocurri¨® en plena adolescencia, cuando las hormonas borbotean y el cerebro activa el despertar de los sentidos m¨¢s b¨¢sicos. No fue una pasi¨®n de besos robados en recreos ni cartas de amor bajo el pupitre, era de p¨®steres en la habitaci¨®n, de escuchas compulsivas y de defensa a ultranza frente a los detractores, los haters de antes. Con Descanso Dominical lleg¨® el cl¨ªmax: ¡°Sent¨ª un orgasmo. Para m¨ª fue como una reivindicaci¨®n porque yo dec¨ªa que me gustaba Mecano y la gente me insultaba, y cuando se produjo el boom del disco a todo el mundo le encantaba la banda, fue como una salida del armario masiva¡±.
Adrados rinde culto a la banda madrile?a en forma de una biograf¨ªa, y un disco de versiones en los que participan voces del imaginario popular espa?ol como Zahara, Elefantes, Iv¨¢n Ferreiro y Santi Balmes o Nancys Rubias. Un homenaje a un grupo que trascendi¨® fronteras: ¡°Muchos sab¨ªamos d¨®nde estaba Jap¨®n gracias a Mecano. Verles apuntarse a la moda de entonces e ir a grabar a Tokio demostr¨® que eran m¨¢s modernos que todo lo que hab¨ªa pasado en la movida. Era como los Michael Jackson de la ¨¦poca¡±.
Al elenco se ha unido la banda Miss Cafe¨ªna. ¡°Adrados nos contact¨® a trav¨¦s de nuestro m¨¢nager para pedirnos una canci¨®n, pero ¨¦l no se acordaba c¨®mo se llamaba. Nosotros dijimos que s¨ª, pero solo si cant¨¢bamos H¨¦roes de la Ant¨¢rtida, y luego descubrimos que era la que hab¨ªa pensado Javier. Lo afrontamos con la ilusi¨®n de haber sido fans. Acabo de reencontrarme con mi caja llena de sus discos, pero el respeto de lo que supone y sabiendo que no podr¨ªamos igualarlo, si te fijas solo la letra y la melod¨ªa son iguales, el resto era completamente diferente¡±, relata Alberto Jim¨¦nez, vocalista del grupo.
En las p¨¢ginas de mecano, Adrados sumerge al lector en una suerte de an¨¦cdotas y un lujo de detalles contados en tercera persona. Pero la narraci¨®n esconde toda una vida como espectador, la del propio escritor, que relata las experiencias de la banda como si mirase a sus propios recuerdos a trav¨¦s de la mirilla de una puerta. ¡°He querido reivindicarme y lo he hecho para que no se banalice la palabra fan. Me he volcado mucho en estos 15 a?os para hacer este libro, y lo he hecho exponi¨¦ndome mucho en la obra, hasta el punto de sentir que me desnudaba¡±, explica el autor.
Lo cuenta desde el punto de vista de una, sino tres, cada uno de los integrantes de Mecano, un legado tan grande que marc¨® las carreras en solitario de todos ellos en el futuro. Para Jim¨¦nez fue una banda que se super¨® a s¨ª misma, arrancando en el underground, para pasar al pop m¨¢s comercial y a coquetear con la canci¨®n de autor. Fueron reconocidos por el ministro de cultura de entonces, Jorge Sempr¨²n con una placa que les reconoc¨ªa haber vendido un mill¨®n de unidades de Descanso Dominical: "No lo hab¨ªa conseguido ni Julio Iglesias antes. El legado que dejan es incalculable. Canciones como La fuerza del destino, que trascendi¨® al propio Mecano... Yo no recuerdo ni que canciones como Mujer contra mujer, fuesen lanzadas con la intenci¨®n de ser el himno LGTBi que es hoy en d¨ªa. El pop se hizo mayor con Mecano¡± sentencia Adrados.
Eso s¨ª, ante la eterna duda de un posible nuevo encuentro, el mayor fan de Mecano lo tiene claro: ¡°No, no creo que vuelvan. Pero si lo hiciesen har¨ªan feliz a mucha gente, tendr¨ªan tanto que ense?ar a los artistas de hoy¡ Por otra parte, me parecen muy honestos con ellos mismos. Tienen el p¨²blico, las ventas aseguradas, pero si no lo han hecho es porque no lo sienten¡±.
Babelia
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