Cuando la m¨²sica se puede tocar

La evoluci¨®n de Big Thief se narra justo al rev¨¦s de c¨®mo se cuenta la historia de casi todas las bandas. Donde en otros cada a?o, cada disco, cada hora perdida en un aeropuerto y cada resaca en una furgoneta hace que los miembros de la entidad se distancien m¨¢s los unos de los otros, en el caso de este cuarteto con sede en Brooklyn la evoluci¨®n parece ser justo la contraria. Solo hay que echarle un vistazo a las fotos de promoci¨®n de UFOF, su tercer ¨¢lbum. En casi todas, aparecen abrazados, unos encima de otros¡­ De una forma u otra, siempre se tocan. Y esto, que puede parecer balad¨ª, es en realidad uno de los elementos clave para entender por qu¨¦ este largo es tan especial, est¨¢ tan bien armado, es tan delicado y, sobre todo, a pesar de tener una l¨ªder tan seductora como Adrianne Lenker, suena casi asambleario. En otras entidades, que su l¨ªder lanzara un a?o antes un ¨¢lbum en solitario hubiera provocado fricciones o se hubiese eliminado de la narrativa de este largo. Aqu¨ª, en cambio, se incluyen dos temas de aquel Abysskiss, con nuevos arreglos en un ejercicio de generosidad sin precedentes.

Con todo esto, UFOF se presenta como una colecci¨®n de canciones que definen un universo propio, uno que partiendo del folk, la americana y el indie m¨¢s solitario abre una zanja entre lo rural y lo urbano, lo planeado y lo accidental, la amistad y el desenga?o. M¨¢s moroso que sus anteriores referencias, logra abandonar casi todos los elementos que podr¨ªan hacernos creer que el caj¨®n en el que podr¨ªamos meter a Big Thief es uno que lleva a?os llen¨¢ndose y en el que no caben m¨¢s cowboys de ciudad tristes, ensimismados y algo abatidos, cuya ¨²nica capacidad es la de lograr, a trav¨¦s de las mismas progresiones de acordes de siempre, arrancarnos alguna lagrimilla nueva.

Contact arranca el disco haciendo lo mismo que hac¨ªa I Am Trying to Break Your Heart en el Yankee Hotel Foxtrot de Wilco. Pero al rev¨¦s. Aqu¨ª vamos de la delicadeza al caos, y ya jam¨¢s vamos a volver a ese caos. Pero tampoco lo vamos a olvidar. Cattails y el tema que da t¨ªtulo al ¨¢lbum son dos maravillas. Aquel tipo de canci¨®n que uno echa de menos el mismo segundo en que termina.

UFOF es, como aquel cl¨¢sico de Wilco, un trabajo en el que la sombra de Radiohead transita por casi todos sus cortes. Pero donde los de Jeff Tweedy abrazaron esas canciones de Thom Yorke que son el sonido de un hombre algo trastornado haciendo nudos imposibles, los de Lenker lo hacen con aquellas otras que evocan a alguien tumbado en una cama deshaciendo sin prisas, ni casi esperanzas, un nudo inexpugnable. Desde la falsa sencillez de Open Desert al pop de mentira de Strange, pasando por la dulzura artesanal de Terminal Paradise o ese mantra con ansiol¨ªticos que es Jenni, acaso la obra cumbre de este disco que te abraza tanto como ganas te dan de abrazarlo. M¨¢s que escucharse, UFOF se toca.