Siri Hustvedt: ¡°El feminismo es una forma de humanismo¡±
La escritora logra el Princesa de Asturias de las Letras por sus novelas y ensayos en los que la memoria, el arte, la ciencia y la reivindicaci¨®n de las creadoras olvidadas se dan la mano
La notica de la concesi¨®n del premio Princesa de Asturias de las Letras 2019 sorprendi¨® este mi¨¦rcoles a la escritora?Siri Hustvedt (Northfield, EE UU, 64 a?os) en Londres, donde andaba de promoci¨®n de su nueva novela, Recuerdos del futuro (Seix Barral). R¨¢pidamente se mont¨® una conferencia de prensa en la sede del Instituto Cervantes. ¡°Los premios llegan del cielo¡±, explic¨® sonriente. ¡°Mi padre, acerca de la noci¨®n luterana de la gracia, dec¨ªa que es algo que no te mereces y que no necesariamente te has ganado, pero la respuesta correcta es el agradecimiento. Este premio es una forma de gracia m¨¢s humana y peque?a, pero mi respuesta es agradecimiento, sorpresa y felicidad¡±.
Su primera vocaci¨®n fue la poes¨ªa y no public¨® una novela hasta principios de los a?os noventa, a los 37 a?os. Era Los ojos vendados ¡ªrecientemente reeditada por Seix Barral¡ª, en la que Hustvedt adelantaba el juego de espejos que caracteriza su obra: la protagonista se llamaba Iris (pal¨ªndromo de Siri) y se apellidaba Vegan, nombre de soltera de la madre de la escritora, ven¨ªa del Medio Oeste estadounidense y trataba de abrirse paso como estudiante en Nueva York.
En 1978, Hustvedt, la mayor de cuatro hermanas, hijas de una bibliotecaria y un profesor de literatura noruega en St. Olaf College en Minnesota, lleg¨® a esa misma ciudad para completar su doctorado en la Universidad de Columbia. En 1981, a la salida de una lectura de poes¨ªa se cruz¨® en su camino el escritor?Paul Auster y un a?o despu¨¦s se casaron, convirti¨¦ndose en la pareja m¨¢s atractiva del mundo intelectual de Brooklyn. Hustvedt se ha ganado con creces un lugar en el panorama literario actual ¡ªcomo subrayaba el acta del jurado, reunido en Oviedo, del premio, que est¨¢ dotado con 50.000 euros¡ª, pero se resigna a escuchar una y otra vez la inevitable pregunta. ?Le molesta que se refieran a ella como la mujer de Paul Auster? ¡°No es algo personal, lo entiendo¡±, respondi¨® este mi¨¦rcoles en Londres. ¡°Se trata m¨¢s bien de algo que tiene que ver con el hombre, la mujer y el sexismo, con la idea continua de que la identidad de una mujer se forma y se vincula a la de un hombre, de un modo en que no les ocurre a ellos. En mi caso, el reconocimiento ayuda a derrotar esa idea, pero eso no quiere decir que desaparezca. Y aunque en mi caso desaparezca, no les ocurre lo mismo a otras mujeres que trabajan en ese contexto¡±.
Pese a sus suspicacias, el juego literario de Hustvedt y su esposo (padres de la cantante Sophie Auster) son frecuentes, y la escritora siempre ha dicho que la escritura es parte esencial de su matrimonio. ¡°Siempre hemos sido el primer lector de la obra del otro¡±, declar¨® en 2009 a este peri¨®dico. Valga como ejemplo el caso de un personaje de Hustvedt que fue rescatado por Auster en uno de sus libros. Ahora se abre un nuevo cap¨ªtulo en la peculiar trama literaria de esta pareja al obtener Hustvedt el mismo galard¨®n que recibi¨® su esposo en 2006, y unirse as¨ª a la lista de eminentes escritoras que han sido premiadas, como Susan Sontag, Margaret Atwood, Doris Lessing o, en la ¨²ltima edici¨®n, Fred Vargas.?
Hustvedt ha enarbolado hoy de nuevo la bandera del feminismo, pero no perdi¨® la ocasi¨®n de detenerse en los dos hombres que m¨¢s le obsesionan hoy, para bien y para mal: Charles Dickens, el escritor ingl¨¦s sobre el que vers¨® su tesis doctoral y el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump. ¡°Trump es un psic¨®pata, en t¨¦rminos m¨¦dicos. El problema es que millones de personas le votan¡±.
Todo cuanto am¨¦ la lanz¨® en 2003 internacionalmente. Hustvedt adoptaba en esas p¨¢ginas una voz masculina y situaba a sus protagonistas en la escena neoyorquina ochentera del arte. En ese mismo ambiente coloc¨® a la audaz protagonista de El mundo deslumbrante, que, ya en la madurez, decide presentar su trabajo art¨ªstico como si hubiera sido realizado por hombres. La relaci¨®n entre lo femenino y lo masculino, la distinta percepci¨®n que el p¨²blico tiene de las obras seg¨²n el g¨¦nero fue central tambi¨¦n en su revelador ensayo La mujer que mira a los hombres que miran a las mujeres. ¡°Necesitamos el feminismo porque la historia no ha terminado¡±, sostuvo. ¡°Y porque es una forma muy profunda de humanismo. Es un modo de afrontar la liberaci¨®n de las restricciones impuestas por el g¨¦nero¡±.
Filosof¨ªa y ciencia
Con m¨¢s de un metro ochenta, elegante y con un aire n¨®rdico, a Hustvedt le interesa la filosof¨ªa de Kierkegaard y de Wittgenstein. Tanto en sus novelas como en sus ensayos mezcla desde reflexiones sobre el proceso creativo y la cr¨ªtica literaria, hasta apuntes cient¨ªficos sobre psiquiatr¨ªa y neurobiolog¨ªa. Nunca ha tenido miedo a introducir aspectos de su vida en sus escritos, dedicando La mujer temblorosa o historia de mis nervios a investigar desde todos los puntos de vista posibles sus ya famosas migra?as, el aura y los procesos neurol¨®gicos. Hustvedt empez¨® a o¨ªr voces a los 11 a?os y a los 20 ten¨ªa alucinaciones de enanos rosas antes de sufrir terribles jaquecas.
En su ¨²ltima novela, Recuerdos del futuro, la protagonista trata de descubrir qu¨¦ la une a aquella atractiva e ingenua joven que una vez fue. De paso, vuelve al arte y a la reivindicaci¨®n de creadoras que han sido ignoradas, por ejemplo, la gran dama dad¨¢, la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven que est¨¢ detr¨¢s del orinal de Duchamp. ¡°?Por qu¨¦ resulta tan dif¨ªcil la autoridad intelectual y creativa de artistas y escritoras? ?Por qu¨¦ la influencia evidente de Lee Krasner en Jackson Pollock no ha sido reconocida durante d¨¦cadas? ?Por qu¨¦ el pensamiento de Simone de Beauvoir ha sido atribuido a Sartre?¡±, se preguntaba el pasado marzo en un art¨ªculo.
Hustvedt, a pesar de su altura, sabe bien lo dif¨ªcil que puede resultarle a una mujer ser vista y escapar a la larga sombra masculina.?
Babelia
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