¡®Berl¨ªn¡¯, el espect¨¢culo
Hermoso de Mendoza y Lea Vicens cortaron dos orejas cada uno y salieron por la puerta grande
EL CAPEA / HERMOSO, VICENS
Toros despuntados para rejoneo de El Capea, bien presentados, encastados, nobles y codiciosos a excepci¨®n de los dos primeros, mansos.
Hermoso de Mendoza: cinco pinchazos (silencio); tres pinchazos y rej¨®n en lo alto (silencio); rejonazo trasero fulminante (dos orejas). Sali¨® a hombros por la puerta grande.
Lea Vicens: rejonazo muy trasero (oreja); cinco pinchazos, rej¨®n tendido y dos descabellos (silencio); rejonazo bajo (oreja). Sali¨® a hombros por la puerta grande.
Plaza de Las Ventas. 8 de junio. Vig¨¦simo sexta corrida de feria. Casi lleno (20.924 espectadores, seg¨²n la empresa). Asistieron el rey em¨¦rito Juan Carlos y la infanta Elena.
El triunfo clamoroso de Hermoso de Mendoza lleg¨® ante el quinto, el toro noble, con las fuerzas y la acometividad necesarias para que el rejoneador navarro ofreciera un espect¨¢culo del toreo a caballo. Y el caballo se llama Berl¨ªn,un torerazo a cuatro patas, de capa negra y ocho a?os de edad, que dice conocer los misterios del rejoneo. Tore¨® como los grandes, dibuj¨® muletazos extraordinarios, templ¨® maravillosamente ¡ªhermosinas incluidas¡ª y cort¨® varias veces el viaje del codicioso toro por los adentros dejando a su oponente y al p¨²blico con la boca abierta. Adem¨¢s, los quiebros fueron perfectos, y Hermoso confirm¨® una vez m¨¢s que es un maestro consagrado. Mat¨® de un rejonazo fulminante y le concedieron con todo merecimiento las dos orejas que lo elevaron a hombros, por octava vez, por la puerta grande.
El caballero navarro se las vio en primer lugar con una referencia del toro manso, inv¨¢lido, descastado y desganado, y la lidia fue la representaci¨®n m¨¢s lamentable del rejoneo actual. La imagen del caballero dando vueltas alrededor de un paralizado animal moribundo no ten¨ªa ning¨²n sentido. Adem¨¢s, fall¨® reiteradamente con el rej¨®n de muerte y todo qued¨® muy desva¨ªdo.
Su labor ante el tercero fue otro curso de lidia a caballo ante un toro manso que dificult¨® el desarrollo de toda la faena, pero permiti¨® momentos brillantes de un gran rejoneador con una cuadra excepcional.
Lea Vicens ofreci¨® la mejor versi¨®n de s¨ª misma ante su primero, el toro m¨¢s encastado y codicioso de la tarde. No es que se apretara mucho en la colocaci¨®n de rejones y banderillas, pero se le not¨® poco. Templ¨® muy bien con B¨¦tico, mat¨® con prontitud y pase¨® una oreja.
Sin embargo, se afan¨® con muchos apuros ante el cuarto de la tarde, con el que ofreci¨® una imagen de rejoneadora inexperta. Los encuentros con el toro los realizaba a larga distancia, y los quiebros con Gacela superaron la lejan¨ªa permitida. Ocurri¨® entonces que en el siguiente intento, el animal se arranc¨® hacia el caballo, este no tuvo espacio suficiente para el quiebro y sufri¨® un fuerte atropello y no acab¨® en la arena de puro milagro.
Otro toro encastado fue el sexto, y Lea Vicens volvi¨® a lucir su elegancia como torera con graves defectos que no pueden esconder sus caballos. Insisti¨® una y otra vez en clavar en la distancia, y m¨¢s que colocar rejones y banderillas parece que los lanza con un brazo articulado. A pesar de ello, el p¨²blico, siempre tan generoso, no dio muestras de tenerlo en cuenta, y protest¨® m¨¢s la labor de los auxiliares que la de la rejoneadora. Degoll¨® al toro con un rej¨®n bajo y sin los m¨¦ritos oportunos, acompa?¨® a Hermoso de Mendoza por la puerta grande.
La corrida del domingo
Toros de Baltasar Ib¨¢n, para Curro D¨ªaz, Pepe Moral y Rom¨¢n, que sustituye a Emilio de Justo.
Babelia
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