La cantante negra y trans que resiste a Bolsonaro
Las letras combativas de la banda brasile?a de Liniker y Os Caramelows son un fen¨®meno musical y social
En el Brasil de Bolsonaro no hay lugares nobles reservados a mujeres negras, transexuales y pobres. Lideran los ranking de v¨ªctimas de violencia antes que los de ¨¦xitos, pero Liniker de Barros Ferreira (S?o Paulo, 23 a?os) ha roto el molde, con la ayuda de su madre y de Internet. Sus videoclips acumulan m¨¢s de 40 millones de visualizaciones en YouTube, llena conciertos en media Europa y la aplauden como uno de los rostros de la vanguardia de la m¨²sica brasile?a. ¡°La m¨²sica negra brasile?a¡±, puntualiza siempre. Ella, criada en un pa¨ªs en el que se asesina a un joven negro cada 23 minutos, quiere dejar de dar las gracias por estar viva.
Liniker y su banda Os Caramelows nacieron en un garaje en 2015, con un pu?ado de cartas de amor nunca enviadas y 34 euros para pagar billetes de autob¨²s y comprar bocadillos. Sus tres primeros videoclips se grabaron en el sal¨®n de la madre del guitarrista, se viralizaron y en cinco d¨ªas eran un fen¨®meno. ¡°Hoy los m¨¢s j¨®venes no escuchan m¨²sica, ven m¨²sica, y eso es algo importante para entender nuestro ¨¦xito¡±, ilustra Liniker antes de su concierto en junio en las Naves Matadero, en Madrid. Su est¨¦tica andr¨®gina, con carm¨ªn en los labios, perilla, grandes pendientes y vestidos de lentejuelas quiebra el muro de los prejuicios de Brasil, el pa¨ªs donde mueren m¨¢s transexuales asesinadas de todo el mundo. Sus letras y su m¨²sica, una combinaci¨®n de soul con ritmos tropicalistas, son en s¨ª mismas una reivindicaci¨®n pol¨ªtica.
Con apenas tres canciones, sin disco ni discogr¨¢fica y sin saber muy bien qu¨¦ hacer, la banda sali¨® de gira a los dos meses de lanzarse en Internet. La Red ya hab¨ªa catapultado a otros fen¨®menos como Rico Dalasam, negro y gay, que conquist¨® el mundo machista y hom¨®fobo del rap. Y ese mismo a?o, 2015, la artista drag Pabllo Vittar comenzaba en YouTube una ascensi¨®n que la convertir¨ªa en estrella y ni?a bonita de patrocinadores como Adidas o Avon. Algo estaba cambiando en Brasil.
¡°Vivimos en un pa¨ªs muy dif¨ªcil. Empezamos a reconocernos y a querer salir porque no ten¨ªamos representatividad. Quer¨ªamos entrar en los espacios en los que hasta ese momento no ten¨ªamos acceso¡±, cuenta Liniker en su camerino. La llegada del ultraderechista Jair Bolsonaro a la presidencia del pa¨ªs ha supuesto una decepci¨®n para la banda, defensora de todas las causas que el mandatario desprecia. ¡°Con Bolsonaro en el poder, tenemos miedo, estamos expuestos¡±, lamenta.
Hace cuatro a?os, Liniker no ten¨ªa un centavo en el bolsillo. Ni siquiera pasaporte. Estudiaba teatro y comenzaba a redescubrirse. Apareci¨® por primera vez en su ciudad, en el interior de S?o Paulo, con ropa de mujer y comenz¨® la catarsis. Mientras parte de su familia la observaba con recelo, su madre, ?ngela, profesora de baile y su mayor inspiraci¨®n, la animaba. ¡°Si mi madre, que me hab¨ªa criado, estaba tranquila, estaba todo bien. Al resto, que le den¡±, cont¨® a EL PA?S en 2015, cuando apenas sal¨ªa del cascar¨®n.
Hoy la banda tiene dos discos, se mantiene como un grupo independiente y va por la quinta gira internacional. Ha visto a fans con su cara tatuada en el brazo y se ha convertido en una referencia, un papel agotador tambi¨¦n. ¡°A veces, tengo la sensaci¨®n de que me colocan de una forma masticada para que la gente entienda etiquetas como el no-binarismo. Pero este proceso que yo he vivido es algo complejo, que necesita tiempo¡±, asegura. ¡°Hay una exigencia demasiado fuerte para que explique las cosas¡±.
Los viajes los conciertos, la batalla por hacerse un hueco lejos de lo mainstream han moldeado al grupo. ¡°Creo que hemos conseguido crear nuestra firma. Es un sonido poco procesado, donde escuchas el ambiente, los detalles. Es tambi¨¦n nuestra forma brasile?a de expresarnos. Hemos creado un sonido tropical, vivo, muy conectado con lo que ocurre¡±, ilustra la cantante. ¡°Ahora no consigo verme m¨¢s creando r¨¢pido, en eso tambi¨¦n he madurado¡±.
Babelia
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