Muere Cl¨®vis Rossi, el maestro de varias generaciones de periodistas en Brasil
El reportero ha muerto este viernes a sus 76 a?os. Destac¨® por su labor en la 'Folha de S. Paulo' como cronista pol¨ªtico, enviado especial y corresponsal. Tambi¨¦n por su generosidad
Cl¨®vis Rossi ten¨ªa 76 a?os y una columna en el diario Folha de S. Paulo, pero nunca dej¨® de ser un reportero. ¡°El reportaje es la mejor versi¨®n de la verdad¡±, afirm¨® hace unos meses el veterano periodista brasile?o que no quer¨ªa ser jefe. En el oficio desde 1963, Rossi ha muerto en la madrugada de este viernes en su casa. Se recuperaba de un infarto que tuvo hace una semana, tal y como ¨¦l mismo revel¨® el pasado mi¨¦rcoles en una columna titulada Parte m¨¦dico. Contaba a sus fieles lectores el motivo de su ausencia y detallaba c¨®mo hab¨ªan sido las operaciones. Aseguraba que no era grave y que pretend¨ªa regresar a su rutina laboral la semana entrante. ¡°Agradezco a mis compa?eros de la Folha que me apoyaron y hasta mintieron diciendo que me echaban de menos¡±, terminaba el art¨ªculo, con el humor de siempre. Nadie esperaba que ser¨ªa el ¨²ltimo.
Varios periodistas de varios medios y generaciones relataban en las primeras horas de este viernes lo importante que hab¨ªa sido Rossi en sus vidas profesionales. ¡°Sensaci¨®n de orfandad, como si hubiera muerto el adulto del sal¨®n, el tipo que fue el modelo para mi generaci¨®n¡±, escribi¨® el reportero de Nexo Jornal Jo?o Paulo Charleaux. Hay algo en que todos coinciden: la generosidad. No solo era un periodista admirable, que escrib¨ªa rapid¨ªsimo unos textos muy comprensibles sobre temas densos sin ser simplista, sino tambi¨¦n una persona maravillosa que siempre echaba una mano a sus colegas. Incluso a los m¨¢s j¨®venes, a quienes le gustaba ense?ar. ¡°El mi¨¦rcoles le pregunt¨¦ qu¨¦ tal estaba, si ya pod¨ªa visitarle. Sin nunca perder el humor dijo: ¡®Pata, fueron cuatro stents, un coraz¨®n nuevo, pero el mismo amor por ti¡¯. Dif¨ªcil parar de llorar¡±, cont¨® la antigua corresponsal y columnista de Folha Patricia Campos Mello en Twitter.
Arranc¨® en 1963, un a?o antes del golpe militar en Brasil, y trabaj¨® en peri¨®dicos como O Estado de S?o Paulo, Correio da Manh? y Jornal do Brasil. Escrib¨ªa en la Folha desde 1980 y era miembro de su consejo editorial. Se convirti¨® en una referencia de la casa y de la renovaci¨®n period¨ªstica que emprend¨ªa entonces. Destac¨® por su labor como cronista pol¨ªtico, enviado especial a todas las partes del mundo y corresponsal en Argentina y Espa?a. La Folha recordaba en su obituario que, para ¨¦l, su mejor reportaje ser¨ªa el siguiente. Pero ten¨ªa un especial orgullo de la cobertura que hizo de la transici¨®n espa?ola. Tambi¨¦n es m¨ªtica su cobertura en 2004 de los atentados del 11-M en Madrid. Siempre mantuvo una relaci¨®n cercana con Espa?a: sus equipos de f¨²tbol eran el Palmeiras y el Barcelona; sus peri¨®dicos favoritos eran la Folha y EL PA?S, que devoraba todos los d¨ªas y al que a menudo hac¨ªa referencia en sus columnas. Lleg¨® a escribir el blog Algo Mais que Samba en este diario. Cuando se abri¨® la delegaci¨®n brasile?a en 2013 y pudo ser su columnista, tuvo que rechazarlo por el contrato que manten¨ªa con la Folha. ¡°Siento como si estuviera diciendo ¡®no¡¯ al Barcelona¡±, se lament¨® entonces.
Rossi tambi¨¦n cubri¨® la Revoluci¨®n de los Claveles de Portugal y la dictadura militar argentina como corresponsal. Vivi¨® y relat¨® tantos golpes y transiciones democr¨¢ticas, la de Brasil incluida, que hay un elemento esencial presente en todos sus textos: el aprecio por la democracia.
Su periodo en Argentina sirvi¨®, adem¨¢s, para ampliar la mirada a los vecinos latinoamericanos y establecer el pa¨ªs como pilar de cualquier cobertura internacional de los diarios brasile?os. La estrecha relaci¨®n con Latinoam¨¦rica ¨Cno solo Brasil y Argentina¨C result¨® en los premios Maria Moors Cabor, de la Universidad de Columbia, y de la Fundaci¨®n Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Sin embargo, el largo recorrido le daba una mirada esc¨¦ptica y poco apasionada de los hechos. Incluso en los periodos de mayor optimismo en la regi¨®n, como durante la ola de izquierdas de la primera d¨¦cada de los 2000.
La suerte de un becario era coincidir con ¨¦l cubriendo un tema. Era tambi¨¦n un privilegio para los m¨¢s veteranos, sobre todo los corresponsales y enviados especiales. Y un orgullo estar bajo la sombra de sus casi dos metros de altura cuando un diplom¨¢tico o un mandatario brasile?o o extranjero, sobre todo los latinoamericanos, se paraban en el pasillo solo para hablar con ¨¦l ¨Chab¨ªa una inversi¨®n de papeles¨C. Dif¨ªcilmente tomaba notas en su libreta, pero escrib¨ªa tan r¨¢pido bajo miradas de admiraci¨®n que unos y otros dec¨ªan: ¡°No intenten repetirlo en casa, ni?os¡±.
Cl¨®vis Rossi fue un maestro de periodistas, una referencia constante a quienes se dedican o quieren dedicarse a este oficio. En su libro Qu¨¦ es el periodismo, obligatorio en la Universidad, explica que de nada sirve la mejor preparaci¨®n si esta no viene acompa?ada de un valor esencial: la honestidad. Defend¨ªa que las condiciones precarias a las que muchos periodistas est¨¢n ¨Cestamos¨C sometidos no es una excusa para renunciar a nuestra responsabilidad. Porque el periodismo, dec¨ªa, no es un oficio t¨¦cnico, sino una funci¨®n social relevante. ¡°El deber fundamental del periodista no es con su empleador, sino con la sociedad. Es para ella y no para el patr¨®n que el periodista escribe¡±, ense?¨®.
Alternaba periodos cubriendo pol¨ªtica brasile?a y pol¨ªtica internacional, a la que se dedic¨® en los ¨²ltimos a?os como enviado especial en viajes presidenciales o cumbres internacionales ¨Csobre todo la de Davos¨C y en sus columnas. Explicaba el mundo a los brasile?os, y lo hac¨ªa como nadie. Pas¨® a trabajar en la novena planta del edificio de Folha, donde est¨¢ la secci¨®n de Opini¨®n. Pero se le celebraba cuando bajaba a la cuarta planta, donde est¨¢ la redacci¨®n, para pasear entre las mesas, debatir la coyuntura y contar historias. Al contrario de lo que escribi¨® el mi¨¦rcoles, s¨ª se le echar¨¢ de menos.
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