Los directores de ¡®El caso Alc¨¤sser¡¯: ¡°All¨ª vimos que el mal est¨¢ entre nosotros¡±

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Crimen de Alc¨¤sser: el espanto y el espect¨¢culo del tali¨®n

Aquel infierno de Alc¨¤sser

P. ?Qu¨¦ historia quedaba por contar de Alc¨¤sser?

El¨ªas Le¨®n Siminani: Nuestro trabajo es una cr¨®nica, desde noviembre de 1992 cuando desaparecen las ni?as, hasta b¨¢sicamente hoy. La sentencia del juicio se emiti¨® en 1997 pero su herencia social llega a nuestros d¨ªas.

Ram¨®n Campos: Arrojar luz puede curar heridas y las del caso son hondas. Los medios entraron sin pensar lo que estaban haciendo en aquel pueblo y llegaron a lo m¨¢s profundo. En Valencia, las sociedades musicales son muy importantes, el coraz¨®n del pueblo. La de Alc¨¤sser est¨¢ al lado del ayuntamiento. Pues el fat¨ªdico programa de Nieves Herrero, en el que se entrevistaba a las familias mientras se hac¨ªan las autopsias, se hizo all¨ª. Para m¨ª es una met¨¢fora de lo profundo que se entr¨® y lo hondas que est¨¢n las heridas.

P. ?Por qu¨¦ seguimos atra¨ªdos por una historia tan contada?

R. C.: Ocurri¨® en 1992: Espa?a estaba en apogeo, los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, la Expo, a¨²n no hab¨ªa crisis, el PSOE a¨²n no se hab¨ªa desplomado. Entonces desaparecen tres ni?as y esa burbuja explota, llega una bofetada de realidad y de repente vemos que el mal est¨¢ entre nosotros. Fue un homicidio triple, de una violencia espantosa, y las televisiones privadas que acababan de nacer demostraron hasta qu¨¦ punto iban a luchar por la audiencia.

E. L. S.: Es un muestrario de cosas para entender la sociedad en la que vivimos hoy.

R. C.: Y luego la fuga de Antonio Angl¨¦s, el principal sospechoso. Si en un crimen no est¨¢ el protagonista, el inter¨¦s se multiplica.

P. Una de las principales tramas de la serie es el descenso a los infiernos de Fernando Garc¨ªa, el padre de una de las v¨ªctimas, que cae en una espiral de negar la investigaci¨®n oficial y volver y volver al caso en programas de prime time?con teor¨ªas cada vez m¨¢s estrafalarias. ?C¨®mo se lo encontraron hoy?

R. C: Ha rehecho su vida. Tiene una hija de la edad de Miriam. En el primer cap¨ªtulo, un psic¨®logo ya alerta: ¡°Cuando a una v¨ªctima la haces sentir protagonista por ser v¨ªctima, le provocas algo que es peligroso. Va a querer seguir siendo v¨ªctima¡±. Es jodido que los medios desaparezcan de tu lado, te sientes hu¨¦rfano.

P. El descenso empieza cuando conoce al crimin¨®logo Juan Ignacio Blanco, un personaje tirando a turbio.

E. L. S: Para m¨ª el caso tiene dos tiempos. El primero son los 75 d¨ªas entre noviembre de 1992 y enero de 1993, entre la desaparici¨®n de las ni?as y el hallazgo de los cuerpos, que tiene su cl¨ªmax con los programas especiales que se emitieron aquella noche. Y luego est¨¢ 1997. Espa?a es otro pa¨ªs, en otro momento pol¨ªtico, socioecon¨®mico y televisivo. Blanco aparece en ese segundo acto. Fernando Garc¨ªa est¨¢ recogiendo firmas por toda Espa?a para cambiar la ley y que asesinos y violadores cumplan sus penas. Entonces llega Blanco y le ofrece volver al foco de los medios.

P. ?C¨®mo est¨¢ Blanco hoy?

R. C: Alc¨¤sser ha supuesto una carga de por vida para todos los implicados. Blanco est¨¢ denostado, apartado del mundo del periodismo. Ha pagado por lo que hizo.

P. La gran exclusiva del programa es el v¨ªdeo del juicio. ?Estaba escondido?

E. L. S.: Jes¨²s Carrascosa, director de lo que era entonces Canal 9, pens¨® que si en Estados Unidos el juicio de O. J. Simpson se televis¨® por su alto inter¨¦s social, este caso, con la cantidad de teor¨ªas conspiratorias que hab¨ªa provocado, deber¨ªa ser el primer juicio filmado de nuestra historia. No logr¨® que se retransmitiese, pero s¨ª que se filmase y se archivase en Canal 9 para que lo consultaran estudiantes de periodismo y en los juzgados los estudiantes de Derecho.

R. C: Nadie sab¨ªa exactamente d¨®nde estaba. Ten¨ªamos que haber entregado el documental el a?o pasado, pero entonces, tras un a?o de negociaciones, apareci¨®. 700 cintas betacams, 400 horas de metraje.

P. En la serie presentan muchas ideas que luego resultan ser teor¨ªas conspiratorias.

R. C.: Eso fue lo que ocurri¨® en Espa?a. Desaparecieron las ni?as, se investig¨® el crimen, nacieron las teor¨ªas y se retransmitieron en el prime time de Esta noche cruzamos el Missisissippi.

P. ?Ahora ser¨ªa distinto?

R. C: Hemos ganado en transparencia. Cuando Alc¨¤sser, la Guardia Civil no ten¨ªa ni gabinete de prensa, no entend¨ªa que le hiciera falta, lo cual fue pasto para que se montasen teor¨ªas alternativas en otros medios. Compara esa situaci¨®n con la de Diana Quer, donde los agentes dieron una rueda de prensa desglosando el caso minuciosamente, para que nadie pudiera ponerlo en duda.

P. ?Y los medios qu¨¦ hemos aprendido desde entonces?

R. C: Yo sigo viendo im¨¢genes como las que se vieron entonces y que te revolv¨ªan el est¨®mago.

E. L. S: La demanda para crear contenidos, para sobrevivir al yugo de la inmediatez informativa, sigue hoy igual.