Las dos Espa?as del caso Alc¨¤sser
Fueron los cap¨ªtulos finales de la serie documental, los de las teor¨ªas conspiranoicas y los del juicio, los que me destruyeron el aparato digestivo
Mi plan era ver solo el primer episodio de El caso Alc¨¤sser y dedicar la noche a leer, pero no pude apagar la tele y me dieron las tres y pico de la ma?ana, hasta que cayeron los cr¨¦ditos del quinto y ¨²ltimo cap¨ªtulo. Me acost¨¦ con muy mal cuerpo y me despert¨¦ varias veces con pesadillas. Influy¨®, claro, que el mundo retratado era mi mundo: tengo casi la misma edad que tendr¨ªan hoy M¨ªriam, To?i y Desi y su paisaje era el m¨ªo, pues viv¨ªa en un pueblo valenciano de por ah¨ª cerca. La ropa, el acento, la gestualidad, la forma de las calles y hasta la est¨¦tica de los recreativos donde se las vio por ¨²ltima vez me hablaban de mi propia infancia.
Pero no fue aquel golpe proustiano lo que se me hizo bola, como tampoco se me indigest¨® el descenso al barro de las teles privadas. Fueron los cap¨ªtulos finales, los de las teor¨ªas conspiranoicas y los del juicio, los que me destruyeron el aparato digestivo.
En esa parte de la historia se enfrentan dos Espa?as. Una moderna, democr¨¢tica y profesional, con una polic¨ªa capaz de resolver un crimen complejo y dilucidar los hechos en un juicio con todas las garant¨ªas procesales. Es una Espa?a que fracasa al capturar y condenar a uno de los culpables, porque es falible, pero aspira a ser honesta. Frente a ella, hay una Espa?a milagrera que se cierra en torno a un mes¨ªas y prefiere creer cualquier cuento antes que confiar en los polic¨ªas y los jueces. Una Espa?a que se agarra al pensamiento m¨¢gico como las beatas al rosario y de la que se aprovechan estafadores y sacacuartos de toda condici¨®n.
Tuve pesadillas porque sent¨ª que la primera Espa?a es una caba?ita muy fr¨¢gil que puede ser aplastada en cualquier momento por esa segunda Espa?a ignorante y vengativa.
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