Muere Isabel Sarli, icono del cine er¨®tico argentino
La actriz, de 89 a?os, rompi¨® los c¨¢nones de la ¨¦poca con los primeros desnudos en la pantalla
El 17 de mayo de 1979, el diario EL PA?S escribi¨®: ¡°Isabel Sarli. Actriz cinematogr¨¢fica argentina, vio impedida su salida del pa¨ªs, en el aeropuerto de Ezeiza, cercano a Buenos Aires, por parte de funcionarios de la polic¨ªa, que descubrieron que la actriz hab¨ªa alterado la fecha de nacimiento de su pasaporte. Donde la anotaci¨®n original dec¨ªa ?fecha de nacimiento, 9 de julio de 1929?, aparec¨ªa un borr¨®n y el a?o hab¨ªa sido corregido, quedando ?9 de julio de 1939¡±. En esos a?os de dictadura militar, alterar un pasaporte pod¨ªa costar muy caro. ?Midi¨® Isabel Sarli el peligro? Claro que no. La actriz era por ese entonces un icono del cine er¨®tico y mucho mejor tener 40 a?os que 50. Solo eso. As¨ª era ella: una mezcla de aut¨¦ntica candidez y femme fatal. La Coca, como le dec¨ªan en Argentina, muri¨® este martes a los 89 a?os en una cl¨ªnica de Buenos Aires, v¨ªctima de una complicaci¨®n pulmonar que la mantuvo ingresada durante semanas.
¡°Yo alguna vez fui la nena de mam¨¢ y ahora soy una mujer de su casa, con mis hijos. El cine siempre fue un trabajo, yo no pienso en el mito¡±, dijo Isabel Sarli en una entrevista en 2010. Los periodistas le preguntaron si ten¨ªa idea de la fama que la acompa?aba y de cu¨¢nto hab¨ªa hecho por el cine argentino. La Coca Sarli tiene desde hoy un sitio en el pante¨®n de los pr¨®ceres de su pa¨ªs, entre Carlos Gardel, Diego Maradona o Juan Manuel Fangio. Porque Sarli rompi¨® con los c¨¢nones de una ¨¦poca, donde el cine era pacato, con mujeres rubias platinadas y tel¨¦fonos blancos, y lo hizo saltar por los aires.
El 2 de octubre de 1958, el cine Gaumont de Buenos Aires estren¨® a sala llena El trueno entre las hojas, dirigida por Armando B¨® y escrita por el paraguayo Augusto Roa Bastos. La multitud vio entonces en la pantalla el primer desnudo total del cine argentino. Isabel Sarli se acercaba a un r¨ªo poco caudaloso, se quitaba la ropa y nadaba ante la mirada de un desconocido oculto en la maleza. Fue un ¨¦xito inmediato y tambi¨¦n un esc¨¢ndalo, dos variables que acompa?aron a toda la carrera art¨ªstica de la actriz.
A?os m¨¢s tarde, Sarli cont¨® que firm¨® la escena enga?ada. B¨® le dijo que usar¨ªa un ba?ador color carne y que la c¨¢mara estar¨ªa lo suficientemente lejos como para ocultar los detalles. El ba?ador nunca lleg¨® y Sarli se introdujo desnuda en el agua. El lente que us¨® B¨® garantiz¨® que en la edici¨®n final los detalles fuesen lo m¨¢s importante. As¨ª naci¨® el icono del cine er¨®tico argentino, protagonista de pel¨ªculas con titulares tan poco sutiles como Insaciable (1976), Lujuria tropical (1962), Fuego (1969), Fiebre (1971), Desnuda en la arena (1969) o Carne (1968), donde su personaje es violada por siete hombres en un frigor¨ªfico. ¡°D¨¦jeme, no ve que no puedo m¨¢s¡±, le dice al ¨²ltimo de la lista, con su voz suave de siempre.
Pero su frase m¨¢s c¨¦lebre pertenece a Y el demonio cre¨® a los hombres (1960).? Un B¨® actor se le acerca en la playa y la besa con toda la pasi¨®n del momento. ¡°Qu¨¦ quiere de m¨ª¡±, le dice con inocencia. La escena termina en el agua, una constante en el cine de B¨®, con la pareja enlazada bajo las olas mientras el plano se aleja.
No puede pensarse a Sarli sin B¨®. La pareja se conoci¨® en 1956, en un programa de televisi¨®n donde Sarli deb¨ªa entregar la corona de Miss Argentina que hab¨ªa ganado un a?o antes. Entonces ella se dej¨® moldear sin resistencia y ¨¦l la convirti¨® en una estrella. Y no s¨®lo en Argentina. En los a?os setenta, las pel¨ªculas de la diva eran un ¨¦xito en Estados Unidos, Europa y hasta en China y Jap¨®n. En los setenta, Sarli fue portada de las revistas Time y Life y lleg¨® a firmar contrato con Columbia Pictures. Su pel¨ªcula Fuego (1968) recaud¨® en su estreno en Estados Unidos casi un mill¨®n de d¨®lares. En 2010, el Lincoln Center de Nueva York organiz¨® una retrospectiva de la actriz argentina.
Kitch o naif sirven para definir, con la distancia de los a?os, el erotismo de las pel¨ªculas de Sarli. Pero hace cincuenta a?os, la reacci¨®n fue menos cuidada. El ¨¦xito la Coca Sarli en Argentina fue tan grande como devastadoras las cr¨ªticas de los expertos, que consideraban su cine vulgar y demasiado osado, cuando no era t¨¦cnicamente defectuoso. ¡°A igual distancia del absurdo y del realismo, algunos momentos de Fiebre crean cierto clima irreal. Pese al mismo B¨®¡hay algunas escenas interesantes sobre la vida sexual de los caballos¡±, public¨® en 1972, con ¨¢nimo destructivo, el diario La Opini¨®n.
La censura, en tanto, cortaba las cintas donde B¨® se hab¨ªa pasado de la raya. La continuidad de las escenas quedaba trunca y los saltos eran notables. Pero el p¨²blico amaba su cine y amaba a Sarli, porque la conjunci¨®n de ambos romp¨ªa l¨ªmites en tiempos especialmente duros.
B¨® muri¨® en 1981. El golpe fue devastador para Sarli. El director hab¨ªa sido su ¨²nico hombre, el amante que la hab¨ªa creado como artista y el ¨²nico que os¨® tocarla en c¨¢mara. La actriz se refugi¨® en su casa, junto a sus dos hijos adoptivos, y no film¨® durante casi 30 a?os. Hasta que, en 2010, el director Juan Jos¨¦ Jusid la llam¨® para interpretar el papel de una gran diva del pasado en Pasado con Gloria. ¡°Fue un trabajo particular porque ella se daba cuenta de que demandaba un personaje dram¨¢tico. Se prest¨® con devoci¨®n y fue responsable¡±, cont¨® el director al canal TN. Meses atr¨¢s, Sarli tuvo un accidente dom¨¦stico y se rompi¨® la cadera. Una pulmon¨ªa complic¨® su cuadro y la diva ya no se recuper¨®. Ahora naci¨® el mito, ese que Sarli no consider¨® posible.
Babelia
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