El nuevo retorno de los brujos nazis
Una novela reactiva el debate hist¨®rico sobre la importancia de lo sobrenatural en el III Reich
Desde Indiana Jones, que se enfrentaba a los nazis por el arca de la Alianza y el Grial, al Capit¨¢n Am¨¦rica, que luchaba a brazo y escudo contra el agente hitleriano y archivillano Cr¨¢neo Rojo, pasando por Los ni?os del Brasil y su plan de clonar al l¨ªder nazi y videojuegos como Castle Wolfenstein, nuestra cultura popular est¨¢ llena de referencias a la relaci¨®n del nazismo con el ocultismo, lo sobrenatural y la ciencia en los m¨¢rgenes de la magia y la charlataner¨ªa.
Un hito fundamental en la concepci¨®n del nazismo como un movimiento profundamente imbricado con lo esot¨¦rico y lo irracional fue la publicaci¨®n en 1960 de El retorno de los brujos, de Louis Pauwels y Jacques Bergier (edici¨®n en castellano en Plaza & Jan¨¦s), popurr¨ª de misterios y ensayo de ribetes novelescos ¨Cy a ratos deliciosamente chapuza- que descubr¨ªa supuestos secretos y que se convirti¨® en un best seller, dando pie a todo un nuevo g¨¦nero de realismo fant¨¢stico que se ha revelado muy prol¨ªfico. En su tan entusiasta como alocado discurso, Pauwels y Bergier daban p¨¢bulo a las teor¨ªas m¨¢s abracadabrantes sobre la relaci¨®n de los nazis con lo oculto y entremezclaban hechos reales con criptohistoria, teor¨ªa conspirativa, ufolog¨ªa y puro disparate para configurar un III Reich de las sombras y sostener que exist¨ªa una historia ¡°espiritual¡± del nazismo escondida por la oficial. En El retorno de los brujos muchos o¨ªmos hablar por primera vez de la tierra c¨®ncava y el mundo helado de Hans Horbiger, las sociedades del Vril y Thule, los Superiores Desconocidos que dictaban sus ¨®rdenes a Hitler, los experimentos pseudocient¨ªficos nazis, o las b¨²squedas enloquecidas de la Orden Negra, las SS, en pos de extravagantes fuentes de poder f¨ªsicas o espirituales.
Ahora, una novela, El triunfo de las tinieblas (Grijalbo), de otros dos autores de muy distinto signo, Eric Giacometti y Jacques Ravenne (populares escritores de thrillers y autores de un ensayo sobre Dan Brown), explora desde la ficci¨®n el universo nazi de lo sobrenatural aprovechando para relanzar el debate sobre qu¨¦ hay de cierto en todo ese batiburrillo y ¡°arrojar un poco de luz¡±. La novela, que acaba de aparecer en castellano, es la primera parte de la ¡°saga del sol negro¡±, una trilog¨ªa de la que en Francia ya se ha publicado la segunda entrega, La nuit du mal. En la trama, los nazis consiguen un grimorio que explica c¨®mo localizar una serie de esv¨¢sticas con poderes m¨¢gicos que les permitir¨¢n ganar la guerra. La b¨²squeda les lleva al T¨ªbet, a Montserrat, a Monts¨¦gur, a Cnossos (es cierto que los nazis excavaron all¨ª) y a otros lugares, mientras una serie de agentes de ambos bandos se enfrentan en una mortal lucha secreta. La gracia es que Giacometti y Ravenne se basan en documentaci¨®n aut¨¦ntica sobre las indagaciones esot¨¦ricas del III Reich. Incluidos nuevos hallazgos como lo que han revelado las excavaciones del castillo original de Monts¨¦gur (que no es el que se visita, de construcci¨®n posterior), el de 13.000 libros sobre magia, brujer¨ªa y demonolog¨ªa de la colecci¨®n personal de Himmler descubiertos recientemente escondidos en Praga, o el de un tratado de alquimia franc¨¦s del XVII robado por los nazis y hallado en un archivo del ej¨¦rcito ruso.
Giacometti y Ravenne confiesan hab¨¦rselo pasado estupendamente utilizando a espuertas todos los mitemas del nazismo fant¨¢stico. Pero subrayan a la vez su ¡°voluntad did¨¢ctica¡±. Quieren que su obra sirva para escarbar en ese humus subterr¨¢neo y heterog¨¦neo del III Reich y esclarecer qu¨¦ forma parte de la Historia y qu¨¦ es pura ficci¨®n. ¡°Lo nuestro es literatura de diversi¨®n, pero a diferencia de Dan Brown decimos lo que es verdad y lo que no, creemos que tenemos esa responsabilidad¡±. Al respecto, sus libros cuentan con sendos ap¨¦ndices bajo el ep¨ªgrafe ¡°separar lo verdadero de lo falso¡±, en los que se ofrecen aclaraciones e indicaciones ¡°para saber m¨¢s¡± a fin de que nadie se llame a enga?o. ¡°El nazismo no es un Harry Potter a la cabeza de divisiones Panzer¡±, dicen. Los autores se alinean ¨Cy los citan en una bibliograf¨ªa recomendada- con los historiadores m¨¢s en boga en la investigaci¨®n seria sobre el nazismo sobrenatural, como Eric Kurlander (Hitler¡¯s monsters, a supernatural History of the Third Reich, Yale University Press, 2018, ¡°nuestra Biblia¡±), Stephane Fran?ois (Le nazisme revisit¨¦, l¡¯occultisme contre l¡¯histoire, Berg, 2008), o Nicholas Goodrick-Clarke (hay edici¨®n en castellano de su obra seminal sobre el tema, Las oscuras ra¨ªces del nazismo, Ed. Sudamericana, 2005), tres libros imprescindibles en el debate.
La cuesti¨®n, acuerdan en una entrevista en Par¨ªs, es que es muy dif¨ªcil, sobre todo para el profano, trazar una clara l¨ªnea divisoria en el nazismo entre lo racional y lo irracional, lo cient¨ªfico y lo paracient¨ªfico. ¡°Hablamos de un movimiento que obviamente se impregn¨® en sus inicios de teor¨ªas fant¨¢sticas sobre fuerzas ocultas de la historia y poderes espirituales¡±, explica Ravenne, ¡°aunque luego al llegar al poder se distanciara de esas creencias y hasta pudiera combatirlas ocasionalmente¡±. El propio Hitler, que en sus primeros a?os avanzaba intuitivamente componiendo su ideolog¨ªa a base de lo que iba tomando oportunistamente del mercado nacionalista v?lkisch (el nacionalismo cultural y ¨¦tnico arraigado en Alemania desde Herder), racista y antisemita de la ¨¦poca, flirte¨® (si es que se puede imaginar a Hitler flirteando) con sociedades y personajes como los ariosofistas de la Sociedad Thule, de la Germanenorden y otros grup¨²sculos, e incluso con la parapsicolog¨ªa (en su biblioteca personal hay libros del tema subrayados). De hecho, la cruz gamada es un s¨ªmbolo muy antiguo con hondas resonancias esot¨¦ricas que estaba en el ambiente en los a?os veinte y que Hitler simplemente modific¨® poniendo rectos los brazos, que eran curvos, y d¨¢ndole los colores de la bandera guillermina, el negro, el blanco y el rojo. ¡°Hitler estructura en su teor¨ªa pol¨ªtica un magma que contiene tambi¨¦n algunas ideas completamente irracionales¡±, reflexionan Giacometti y Ravenne.
En todo caso, Hitler ¡°en los a?os treinta se aleja del esoterismo¡± y cree m¨¢s en la fuerza de un movimiento de masas moderno y en un mont¨®n de divisiones bien mecanizadas capaces de someter Europa que en los oscuros arcanos y los supuestos poderes ocultos de m¨ªsticos y astr¨®logos. Sin embargo, la necesidad de apuntalar un nuevo sistema de creencias centradas en la tierra y la sangre, de afirmar su liderazgo cuasi religioso de corte mesi¨¢nico y de justificar las injustificables teor¨ªas racistas y la guerra le empujaban a cohabitar con el pensamiento irracional (?hay algo m¨¢s irracional que el antisemitismo y que Auschwitz?). En esa contradicci¨®n en el seno del nazismo medraban personajes, temas e iniciativas que parecen fuera de lugar en un Estado moderno o simplemente cuerdo y que aprovechaban y ahondaban la grieta del III Reich hacia lo emotivo, lo oculto y lo sobrenatural.
Y no hay que olvidar que varios de los m¨¢s importantes l¨ªderes nazis, especialmente Heinrich Himmler, Rudolph Hess y Alfred Rosenberg, eran firmes adeptos a las creencias ocultas y siguieron si¨¦ndolo. Las SS del primero eran una fuerza muy material pero a la vez Himmler las revisti¨® de un halo esot¨¦rico propio de una orden secreta inspirada los templarios de la leyenda. ¡°Hess¡±, recuerda Ravenne, que es mas¨®n, ¡°estaba obsesionado con la astrolog¨ªa, empleaba astr¨®logos en plena guerra y puso su pol¨¦mico vuelo a Inglaterra bajo el influjo de los astros¡±. Por su parte, ¡°Himmler era un tecn¨®crata que orient¨® eficientemente la Soluci¨®n Final de manera industrial¡±, se?ala Giacometti, ¡°pero a la vez era un iluminado capaz de lanzar a las SS en b¨²squeda del martillo de Thor y otras reliquias germ¨¢nicas fant¨¢sticas a las que atribu¨ªa un poder real¡±. Exist¨ªa en esos l¨ªderes nazis ¡°un verdadero pensamiento m¨¢gico¡±.
¡°La documentaci¨®n demuestra que hubo en el III Reich un impulso desde determinadas instancias hacia ¨¢mbitos irracionales, como la pr¨¢ctica de una arqueolog¨ªa de una cientificidad espuria o perversa¡±, explican Giacometti y Ravenne. ¡°Las actividades de la Ahnenerbe, el instituto de investigaci¨®n ancestral de las SS, que han inspirado las pel¨ªculas de Indiana Jones, son disparatadas pero tuvieron un papel decisivo en la construcci¨®n de la cuesti¨®n jud¨ªa y acabaron con experimentos con prisioneros en los campos. El nazismo ¡°es un ¨¢rbol frondoso y monstruoso con ra¨ªces muy profundas, hay razones econ¨®micas, sociales y pol¨ªticas en el movimiento, pero tambi¨¦n otros impulsos secundarios aunque asimismo determinantes que no han sido suficientemente reconocidos, dej¨¢ndolos en manos de los charlatanes. Eso est¨¢ cambiando¡±.
Giacometti y Ravenne consideran que la voluntad de esclarecer esa zona oscura del nazismo, que no significa en absoluto relativizar su criminal responsabilidad hist¨®rica ni hacer m¨¢s interesantes a los nazis, tiene un inter¨¦s muy actual en el mundo de las fake news y cuando desde distintos ¨¢mbitos antimodernos se cuestionan irracionalmente principios cient¨ªficos o la historia establecida. Los autores recuerdan que los nazis cre¨ªan en formas de sanaci¨®n alternativas al margen de la medicina e investigaron fuentes de energ¨ªa y armas milagrosas descabelladas (un tema que entronca con los platillos volantes nazis y la legendaria Die Glocke, La Campana). Afortunadamente pensaban que la fisi¨®n at¨®mica formaba parte de la ciencia degenerada jud¨ªa¡
De Montserrat al T¨ªbet pasando por los castillos de Monts¨¦gur y Wewelsburg
Uno de los personajes protagonistas de la obra de Giacometti y Ravenne, el malo de la funci¨®n, es Karl Weistort, de la Ahnenerbe, en el que se puede reconocer, aunque le han cargado las tintas, al m¨ªstico ariosofista, militar y ocultista, Karl Maria Wiligut, que tom¨® el sobrenombre de Weisthor, en honor del dios n¨®rdico Thor. Willigut fue miembro de sociedades esot¨¦rico paganas y luego form¨® parte del c¨ªrculo ¨ªntimo de Himmler, que lo promovi¨® a coronel y despu¨¦s general de las SS. En la novela aparecen tambi¨¦n Ernst Sch?fer, el jefe real de la misi¨®n enviada al T¨ªbet por Himmler, Goering (del que se explica en passant que ten¨ªa una pasi¨®n por los sostenes ¨Cla colecci¨®n fue hallada por los Aliados en 1945-), Hess, Otto Skorzeny, el propio Himmler y el mism¨ªsimo Hitler, que eructa con olor a col cocida en una escena tremenda. Protagoniza tambi¨¦n la saga, junto a un ex miembro de las Brigadas Internacionales, la ambigua Erika Von Essling personaje basado en Erika Trautmann, arque¨®loga afiliada a las SS cuya apasionante biograf¨ªa han rastreado los autores. Aparece asimismo Aleister Crowley que se alinea con los Aliados para luchar contra los nazis en la sombra. Entre los escenarios, destaca Montserrat, cuya abad¨ªa visit¨® Himmler y donde pregunt¨® por el Grial. "En Francia se desconoce ese episodio, y lo hemos incluido en la novela". Sale tambi¨¦n el castillo de Wewelsburg, el centro espiritual de las SS, donde Himmler celebraba sus ceremonias.
Babelia
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