Colm T¨®ib¨ªn: ¡°En muchos sentidos, hoy Espa?a es incomprensible¡±
El escritor irland¨¦s publica 'Madres e hijos', una colecci¨®n de relatos


Cuando escribe un cuento, Colm T¨®ib¨ªn (Enniscorthy, de 64 a?os), el irland¨¦s errante que ama por encima de todo la prosa de Henry James, se siente completamente libre. Las novelas, dice, ejercen cierta presi¨®n sobre ¨¦l, porque al fin y al cabo se dirigen a un lector, a alguien a quien deben seducir lo suficiente como para que decida instalarse en ellas por un tiempo. ¡°No nos enga?emos, las novelas venden, los cuentos no¡±, subraya. Es una calurosa tarde de julio en Barcelona, la ciudad en la que pas¨® tres a?os (tres a?os capitales para la historia de Espa?a: de 1975 a 1978) y a la que vuelve a menudo. Habla un perfecto catal¨¢n y un perfecto espa?ol. Responde casi siempre en ingl¨¦s, aunque no teme hacerlo en cualquiera de los otros dos idiomas. ?Y es por el hecho de que los cuentos no vendan que se siente m¨¢s libre? ¡°Exacto. El cuento es inocente en su relaci¨®n con el mundo. No pretende nada. Es el arte por el arte. Algo parecido a escribir poes¨ªa¡±.
Si habla de cuentos es porque acaba de publicarse Madres e hijos (Lumen en castellano y ?msterdam en catal¨¢n), una antolog¨ªa de relatos que re¨²ne los mejores de dos, la propia Mothers and Sons, publicada en 2006, y The Empty Family, de cuatro a?os despu¨¦s, m¨¢s Verano del 38, un cuento publicado en The New Yorker que relata un episodio real que le narr¨® un historiador a T¨®ib¨ªn cuando visit¨® La Pobla de Segur (Lleida) y que se remonta a una noche cualquiera en mitad de la Guerra Civil. ¡°Me cont¨® ese historiador que hab¨ªa invitado a un exgeneral franquista a visitar el pueblo para contarle lo que all¨ª hab¨ªa pasado y en estas que est¨¢n paseando por sus calles y al militar le saluda una vecina, una mujer mayor, deb¨ªa de tener unos 75 a?os, como si le conociese much¨ªsimo. ¡®Hombre, qu¨¦ haces t¨² por aqu¨ª¡¯, le solt¨® la mujer. Y resulta que hab¨ªan flirteado una de aquellas noches en que los soldados sacaban las guitarras y beb¨ªan m¨¢s de la cuenta¡±, explica.
As¨ª se construyen sus cuentos. A partir de cosas que le explican o de que cosas que ha vivido o que alguien ha vivido por ¨¦l. Como Henry James, dirige el espect¨¢culo desde fuera, aunque el material con el que juega es sensible. ¡°Evidentemente, lo que sienten los personajes es algo que he sentido yo, pero lo deformo y lo enfr¨ªo, como lo hac¨ªa ¨¦l, hasta que parece otra cosa¡±, afirma. Y tanto es as¨ª que, en Barcelona, 1975, un relato en el que asegura: ¡°No hay nada que no sea cierto¡±, en el que detalla distintas relaciones sexuales con chicos en un piso de la Plaza Real los d¨ªas anteriores e inmediatamente posteriores a la muerte de Franco, nada te hace sospechar que pueda tratarse de una autoficci¨®n. Su modernismo apasionantemente cl¨¢sico dota todo lo que toca de un aire tan universalmente british, pero de un british deslocalizado, como el de Henry James, que parece elaborad¨ªsimo artificio.
Admite que en su obra es ¡°motor¡± constante la deslocalizaci¨®n, el desarraigo, y sobre ello tratan precisamente algunos de los relatos, como La familia vac¨ªa. Tambi¨¦n habla de la p¨¦rdida, de c¨®mo la p¨¦rdida de alguien a quien se ama puede transformarse ¡°en una energ¨ªa que jam¨¢s hubieras sospechado que pod¨ªas tener¡±. ¡°Le ocurri¨® a mi madre, cuando enviud¨®¡±, agrega, y le ocurre a la protagonista de la casi nouvelle El quid de la cuesti¨®n. Barcelona es un personaje clave en la colecci¨®n. T¨®ib¨ªn viaja al pasado para retratar c¨®mo, durante la Transici¨®n, ¡°no ocurri¨® nada¡±, en La Nueva Espa?a, relato en el que una joven que emigr¨® en los sesenta vuelve a su casa tras la muerte del dictador y descubre que en la mentalidad de sus padres nada ha cambiado. Tambi¨¦n arremete contra los excesos posol¨ªmpicos y la Barcelona ¡°oscura y aterradora¡± en la que desembarcan los inmigrantes paquistan¨ªes en Calle.
"La situaci¨®n hoy es muy preocupante. Nadie entiende qu¨¦ hacen esos pol¨ªticos en la c¨¢rcel. En muchos sentidos, la Espa?a de hoy es incomprensible desde fuera. Ocurren cosas que te esperas que pasen en Azerbaiy¨¢n, cuando se deber¨ªa estar celebrando la diversidad. En ning¨²n otro lugar se hablan con la normalidad con la que aqu¨ª lo hacen tantas lenguas propias. Ojal¨¢ en Irlanda se hablase irland¨¦s tanto como aqu¨ª se habla el catal¨¢n o el vasco, ?es que no lo entienden? ?Es un milagro!¡±, sentencia. Sobre la relaci¨®n entre madres e hijos, que da t¨ªtulo al volumen y que se explora en profundidad en dos de los relatos, Una canci¨®n y Un cura en la familia, afirma que la que le interesa no es tanto ¡°la visceral¡± que se da en los primeros a?os de vida, sino ¡°la social¡± que aparece cuando el ni?o se convierte en hombre, el ¡°hasta qu¨¦ punto eres un extra?o para quien te ha dado la vida¡±.
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