¡°El libro es perfecto, como el bacalao al pilpil¡±
Hay que plantar la semilla que lleva al deseo de leer. Y se planta en casa, viendo leer, con barra libre de libros
¡°Negroponte predijo en 2010 que al libro en papel le quedaban seis a?os de vida. Y ahora del gur¨² no se acuerda nadie y el libro sigue tan campante¡±. Lo dijo el fil¨®sofo Gregorio Luri hace una semana en Barcelona, en el F¨®rum Edita, y levant¨® la moral. El libro es perfecto, continu¨®, ¡°tan perfecto como el bacalao al pilpil¡±.
Otra cosa es que se lea. ?l es un ap¨®stol, no se rinde. Con un ej¨¦rcito de pedagogos, editores o bibliotecarios, comparte la convicci¨®n de que esa ¡°experiencia gozosa¡± salvar¨¢ a Espa?a de su mediocridad lectora.
Luri cont¨® que ¡°la madre de Benjamin Carson, director de neurocirug¨ªa pedi¨¢trica en el Centro Johns Hopkins, era una empleada dom¨¦stica que not¨® que quienes le¨ªan libros y no atend¨ªan a la televisi¨®n en las casas que limpiaba era gente de ¨¦xito¡±. Racion¨® la tele a sus hijos, los mand¨® a la biblioteca y les hizo resumir sus lecturas. Ella simulaba revisar esas redacciones. A?os despu¨¦s, Carson supo que su madre era una analfabeta que percibi¨® el camino del saber para crecer.
Carme Fenoll, ¡°una inmensa bibliotecaria¡± de gran influencia, cuenta que, en Finlandia, ¡°todos los s¨¢bados las familias llevan a sus hijos a la biblioteca para que saquen libros, para que escuchen cuentos¡±. Aqu¨ª hay buenas bibliotecas p¨²blicas, bibliotecarios inmensos, pero se carece del desvelo de Finlandia, y por eso nos gana en todas las ligas de Pisa.
Otro ap¨®stol de los libros, Emili Teixidor, escritor, pedagogo, puso en marcha la Fundaci¨® Bet¨¢nia-Patmos en Catalu?a. Al frente de este para¨ªso de la lectura est¨¢ ahora Jacint Bass¨®, al que tambi¨¦n nos encamin¨® Luri. ¡°Ah, Teixidor. A veces llegaba al aula con tres libros. Se dirig¨ªa a los chicos y les dec¨ªa: ¡®Uno de estos tres libros no es para vosotros¡¯. Y al cabo de un rato se iba. ?Y todos los alumnos se lanzaban al libro que no era para ellos! Era en realidad el que Emili quer¨ªa que leyeran¡±.
La lectura, dice el continuador de aquel profeta, ¡°encierra deseo y pasi¨®n¡±. ?l es maestro, sabe que ¡°puedes educar en el miedo o en el deseo. Si puedes educar en el deseo tienes m¨¢s posibilidades de que los alumnos hagan lo que persigues¡±. Hay que plantar la semilla que lleva al deseo de los libros. ¡°Si la semilla ha estado bien plantada vuelve a resurgir¡±. Y se planta en casa, viendo leer, ¡°con los padres rodeados de libros y de cuadros. ?Barra libre a los libros!¡±.
Santiago Tob¨®n naci¨® en 1975 en Colombia, ten¨ªa 21 cuando Negroponte y otros gur¨²s dijeron que el libro de papel ser¨ªa arrasado por la estrella digital. Ahora ¨¦l edita al frente de Sexto Piso en Espa?a en los dos formatos. Su exsuegro, el editor Rafael Mart¨ªnez Al¨¦s, escuch¨® agoreros y le avis¨® de que estas cosas que se anuncian como apocalipsis ¡°hacen da?o¡± pero terminan pasando. ¡°Leer es tambi¨¦n para divertirse, no solo como obligaci¨®n. Si es ocio tambi¨¦n ser¨¢ felicidad¡±.
A Carme Fenoll la hizo lectora la madre, cont¨¢ndole cuentos, y Platero y yo ¡°lo he le¨ªdo cincuenta mil veces¡±. A Bass¨® leer le ayuda ¡°a caminar, a pensar, a imaginar¡±, siempre con los hijos. En casa de Luri, en Asagra, Navarra, hab¨ªa un solo libro. Era El conde de Montecristo. Su hermana ten¨ªa escondido La dama de las camelias. Los devor¨®. Entonces a¨²n no hab¨ªa ca¨ªdo en que esos alimentos del deseo eran tan perfectos como el bacalao al pilpil.
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